LA CALLE
4 de Mayo de 2013Fútbol: El fin del Barcelona
Vía El Puerco Espín por Simón Klemperer Corren 17 minutos del partido de vuelta de las semis de la Champion. El Barça tiene que remontar un 4–0 contra una máquina increíble y yo no aguanto más. Apago la tele y me siento a escribir la despedida. Lo único bueno de suspender esa trasmisión es que no […]
Vía El Puerco Espín por Simón Klemperer
Corren 17 minutos del partido de vuelta de las semis de la Champion. El Barça tiene que remontar un 4–0 contra una máquina increíble y yo no aguanto más. Apago la tele y me siento a escribir la despedida. Lo único bueno de suspender esa trasmisión es que no tengo que escuchar más a ese tal Niembro. El Barça juega sin Puyol, sin Busquets, sin Messi, y Xavi se va apagando. Brillan por su ausencia los pilares del equipo que fue. Es como una estrella que alumbra con una luz que se apagó hace tiempo. Es el desenlace de un final que comenzó hace varios meses. Es el final del mejor equipo de fútbol que vi jugar en mi vida. No digo que fue el mejor equipo de la historia porque existió, previo a mi existencia, otro fútbol que yo no conocí. Pero sí es, sin lugar a dudas, lo mejor que pude ver.
Por eso, y solo por eso, no puedo vivir con tristeza este final. Solo puedo vivirlo con la alegría de haber tenido el privilegio de estar presente mientras esto sucedía. La costumbre, tan mala como inevitable, se hace presente. La costumbre se hizo latente el día que Guardiola se fue de Barcelona.
Pep se fue cuando se deberían haber ido todos, pero eso era materialmente imposible.
Pep cumplió un ciclo –un ciclo de años de innombrables maravillas.
Pep se fue cuando supo que, tarde o temprano, el tiempo iba a cumplir su inexorable rol.
Pep se fue antes que lo latente se hiciera manifiesto.
El Barça llegó a lo más alto que el fútbol podía dar. Al tocar el techo solo podía comenzar a bajar. Es una ley de la naturaleza. La única constante universal es el cambio y mejorar el equipo de Pep era, por varias razones, imposible.
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