De izquierda a derecha: el general Abdul Fattah al-Sisi; Mohamed El Baradei; Mahmoud Badr, Adly Mansour y Mohammed Morsi. La crisis política en Egipto se ha profundizado en el último mes desde que el pasado 3 de julio un golpe de Estado sacase del poder al derrocado presidente Mohamed Morsi. Este fin de semana, al […]
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De izquierda a derecha: el general Abdul Fattah al-Sisi; Mohamed El Baradei; Mahmoud Badr, Adly Mansour y Mohammed Morsi.
La crisis política en Egipto se ha profundizado en el último mes desde que el pasado 3 de julio un golpe de Estado sacase del poder al derrocado presidente Mohamed Morsi.
Este fin de semana, al menos 70 personas murieron durante una jornada de protestas en Egipto que acabaron con el enfrentamiento de los partidarios del depuesto presidente Mohamed Morsi y las fuerzas de seguridad.
Sus partidarios de los Hermanos Musulmanes no aceptan el derrocamiento de Morsi, mientras que el presidente interino designado por el ejército ha expuesto sus planes para cambiar la Constitución y convocar a nuevas elecciones.
BBC Mundo le presenta una guía para conocer a las figuras claves para seguir los eventos en la actual crisis en Egipto.
El general Abdul Fattah al-Sisi y el ejército
La intervención del ejército en el derrocamiento de Morsi subrayó la posición de las Fuerzas Armadas, lideradas por el ministro de Defensa, el general Abdul Fattah al-Sisi, como la institución más poderosa de Egipto.
Tras varios días de protestas masivas contra el presidente Morsi, el general al-Sisi advirtió que el ejército estaba preparado para actuar para “evitar que Egipto se precipitase al tunel negro del conflicto y las disputas internas”.
El ejército lanzó un ultimátum a Morsi en el que le instaba a que, si no podía responder a las demandas del pueblo en las siguientes 48 horas, debía renunciar.
Como no pudo hacerlo, fue retirado de su cargo y acabó en arresto domiciliario.
El 3 de julio, el general al-Sisi suspendió la Constitución de Egipto y llamó a celebrar nuevas elecciones. Fue respaldado por las fuerzas opositoras liberales y los principales líderes religiosos.
La reputación de los militares se empañó durante el último periodo de transición cuando gobernaron Egipto después de la caída del presidente Hosni Mubarak.
Se les acusó de no respetar los derechos humanos y de seguir con el régimen autoritario.
En esta ocasión, nombraron a un líder interino civil y diseñaron una hoja de ruta que encaminase al país a nuevas elecciones. El ejército fue visto por los manifestantes anti-Morsi como el salvador de la democracia, en lugar de como el autor de un golpe de Estado.
Mohamed El Baradei y el Frente de Salvación Nacional
El exjefe del Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU Mohamed El Baradei, era el favorito para liderar el gobierno de transición después de que Morsi fue derrocado.
El Baradei, de 71 años, es el coordinador de la principal alianza liberal y de los partidos de izquierda y grupos jóvenes conocidos como el Frente de Salvación Nacional.
La coalición se formó a finales del año pasado cuando Morsi aprobó un decreto que ampliaba sus poderes.
En aquel momento, El Baradei era partidario de una intervención del ejército al considerar que Morsi había “socavado su propia legitimidad al declararse un faraón”.
Durante esta última crisis, en un primer momento, las autoridades nombraron a El Baradei como primer ministro interino, pero su nombramiento fue rechazado por el segundo mayor grupo islamista de Egipto, el Partido Salafista Nour.
Por ello, no se le tuvo en cuenta para ese cargo, pero se le nombró vicepresidente interino para asuntos exteriores.
Tamarod (el movimiento anti-Morsi)
Tamarod, que significa “revuelta” en árabe, es un nuevo grupo de base que llamó a las protestas a nivel nacional contra Morsi el 30 de junio, un año después de su llegada al poder.
Además, organizó una solicitud para llamar a nuevas elecciones.
Después de que millones de egipcios tomaran las calles de El Cairo y otras ciudades, Tamarod le dio un ultimátum a Morsi. Le dijeron que si no dimitía, emprenderían una campaña indefinida de desobediencia civil. Su posición se vio respaldada por el ejército.
Tamarod se formó a finales de abril de 2013 por parte de miembros de otro antiguo grupo de protestas Kefaya (“Suficiente”).
Kefaya organizó con éxito protestas masivas durantes las elecciones presidenciales de 2005, pero después perdió el impulso por las luchas internas y los cambios de liderazgo.
Dos representantes de Tamarod acompañaron al general al-Sisi cuando anunció en televisión el derrocamiento de Morsi.
Uno de ellos, Mahmoud Badr, llamó a los manifestantes a “permanecer en los barrios para proteger” lo que habían conseguido.
Desde entonces, han emitido comunicados apoyando al ejército en su lucha contra lo que llaman “terrorismo”.
Adly Mansour y la Corte Constitucional Suprema
Adly Mahmud Mansour, el jefe de la Corte Constitucional Suprema de Egipto (SCC) juró como líder interino el 4 de julio.
Durante su investidura, alabó las protestas masivas que llevaron a la salida del poder de Morsi. La revolución, asegura, debe continuar para “dejar de producir tiranos”.
Mansour ha propuesto modificar el boceto de Constitución islamista y que se someta a un referendo, además de celebrar elecciones parlamentarias a principios de 2014.
Sin embargo, esos proyectos son rechazados por los Hermanos Musulmanes y han sido criticados por el Frente de Salvación Nacional y por Tamarod.
Desde las revueltas populares de 2011, la SCC, el cuerpo judicial de Egipto, ha emitido una serie de normas que han cambiado el curso de la transición democrática.
Los partidarios de Morsi y los Hermanos Musulmanes siempre han criticado que sus jueces se mantienen leales al expresidente Hosni Mubarak que les nombró.
El pasado mes de junio, la corte disolvió el parlamento, dominado por los islamistas, alegando que fue elegido de manera ilegal. También rechazó un decreto presidencial de Morsi para reinstaurarlo.
Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes
Mohamed Morsi fue el quinto presidente de Egipto y el primer civil e islamista en ocupar ese puesto. Estuvo en el cargo un año antes de ser derrocado.
Ahora supuestamente está bajo arresto domiciliario en unas instalaciones del ejército en el este de El Cairo, donde sus seguidores han comenzado una protesta.
Las tensiones aumentaron de manera dramática el 8 de julio después de que el ejército disparase contra 50 seguidores de Morsi fuera de esas instalaciones en circunstancias poco claras.
Los Hermanos Musulmanes aseguraron que el ataque fue completamente no provocado y llamó a “una revuelta”. El ejército aseguró que les atacaron con balas, cócteles molotov y piedras.
En ese mismo lugar, este sábado al menos 70 personas murieron en el enfrentamiento de los partidarios del depuesto presidente y las fuerzas de seguridad.
Cuando llegó al poder, Morsi prometió liderar un gobierno “para todos los egipcios” pero sus detractores aseguran que concentró el poder en manos de los Hermanos Musulmanes, grupo al que pertenece.
La oposición en su contra creció a finales del año pasado, cuando firmó el decreto por el que aumentaba sus poderes e impulsó una Constitución de tintes islamistas. Además, le acusaron de un mal manejo de la economía.
Los islamistas han dominado la escena política desde la revuelta de 2011 y ganaron la mayoría de escaños en el parlamento y en las elecciones presidenciales.
Los Hermanos Musulmanes, que se fundaron en Egipto en 1928, operaban bajo su ala política, el Partido Justicia y Libertad.
Pese a que estuvo prohibido buena parte su historia, su trabajo social, sus obras de caridad y su alcance ideológico les permitió construir una vasta red de seguidores.