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Nacional

22 de Agosto de 2013

Corporación 11 de septiembre y la renuncia de Cheyre: “se sacrificó una vez más por Chile, por su patria, por su Ejército que tanto ama”

La organización Pinochetista señaló que ex Comandante en Jefe del Ejército "nunca pensó que podía ser tan fuerte el acoso a través de todos los medios de los cuales dispone la izquierda y el comunismo en Chile actualmente" y que su renuncia lo hizo por el bien de Chile, no porque se haya sentido culpable de algo. "Fundamentalmente, lo que nosotros hemos visto respecto del general Cheyre es que a raíz de una persecución inusitada, como perros rabiosos que ha hecho la izquierda, mi general ha tenido que presentar su renuncia en forma voluntaria", dicen.

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Con un poco de desazón recibieron ayer en la noche en la Corporación 11 de Septiembre la noticia de la renuncia del Comandante en Jefe del Ejército (r) Hernán Cheyre, a la presidencia del Consejo consultivo del Servel. Esto tras la polémica provocada tras la divulgación de que el ex general de entregar a Ernesto Lejderman, el hijo de una pareja argentino-mexicana asesinada por militares en diciembre de 1973, a un convento cuando tenía apenas dos años de edad.

“Fundamentalmente, lo que nosotros hemos visto, respecto del general Cheyre -actualmente en retiro y ocupando un cargo alto en el Servel- es que a raíz de una persecución inusitada, como perros rabiosos que ha hecho la izquierda, mi general ha tenido que presentar su renuncia en forma voluntaria nada más que sacrificándose una vez más por Chile, por su patria, por su Ejército que tanto ama y tanto amará hasta los últimos días de su vida”, dijo René López Farías, segundo vicepresidente de la corporación.

El abogado señaló que Cheyre “nunca pensó que podía ser tan fuerte el acoso a través de todos los medios de los cuales dispone la izquierda y el comunismo en Chile actualmente, para lograr hacer que su persona fuera perseguida de tal manera y denunciada a los tribunales de justicia por hechos que no están comprobados y que, actualmente, como todos sabemos, si la constitución nos asegura, la inocencia se presume”.

Según López, el general retirado dejó su cargo “como lo habría hecho un hombre de bien, en razón justamente de los principios que el Ejército le entregó”.

¿Cree usted que cometió un error al haberse expuesto a un cara a cara con Ernesto Lejderman?

No, yo pienso que no fue un error del general Cheyre haber ido al programa de TVN. Nosotros estamos acostumbrados a que en tribunales se trate a nuestra gente como genocidas, como lo peor que ha parido la tierra. Entonces, no nos asombra que el día de mañana digan, qué se yo, que fue genocida, que fue esto, que fue lo otro. Nos da lo mismo. Nosotros estamos tranquilos porque sabemos cuáles son nuestras convicciones, nuestros valores y sabremos llevarlos adelante como lo hemos prometido siempre.

¿Cree que actúo de manera correcta al renunciar?

Yo creo que lo hizo de una manera muy correcta, pero hacia Chile. Porque él pensó que no tenía que sentirse perseguido ni hostigado por nada que no fuera su consciencia. Y veo que si ha hecho esto, lo ha hecho por el bien de Chile. Pero no porque él se haya sentido culpable de algo. Son las presiones que se han ejercido una vez más, como se dicen las grandes instituciones de derechos humanos en Chile, a través de Lorena Fríes y un montón de personas más que actúan por los DDHH, pero los DDHH en Chile actúan para un un solo lado y no hay otro.

¿Coincide usted con la chapa de Cheyre como un “militar sandía”: verde por fuera y rojo por dentro?

Lo que yo le puedo decir, es que como general tengo solo una visión y no puedo tener otra que la que tengo siempre de los comandantes en jefe del Ejército de Chile: todos han sido dignos de dirigir nuestro Ejército, por algo han sido elegidos para el cargo.

¿No le han perdido el cariño por el histórico “Nunca más” o la validación del informe Valech, por ejemplo?

El comandante en Jefe es soberano dentro de su calidad de efectuar las declaraciones y actos que él estime pertinentes. Por lo tanto, no somos nadie para criticarlo dentro de su actuar legítimo.

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