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Opinión

14 de Abril de 2024

Columna de Marco Moreno | Riesgos del bibloquismo polarizado

Bibloquismo Foto: Senado

El columnista de The Clinic, Marco Moreno, escribe sobre el blibloquismo y cómo este ha generado diferentes bloques al momento de las elecciones "El término 'bibloquismo' se puede usar para referirse a una situación en la que dos grupos compiten por el poder, como en un sistema político". "Uno de los riesgos de este bibloquismo imperfecto es la preponderancia de las posiciones extremas en cada uno de los bloques, lo que significa que no hay lugar ni siquiera para la comprensión o acuerdo, ni siquiera para la negociación o incluso para la conversación. El peligro es que esta nueva etapa de paso a un bloquismo polarizado".

Por Marco Moreno

De manera imperceptible el paisaje político chileno ha venido experimentando una silenciosa transformación. Los incentivos y restricciones para los actores del sistema político a propósito del actual ciclo electoral parecen confirmar algunos rasgos de esta transformación. 

El cambio en las reglas electorales que se llevó a cabo en 2015, al reemplazar el sistema electoral binominal por uno más inclusivo y proporcional está teniendo efectos. Y es que a pesar de los beneficios en términos de representatividad, la transición al sistema proporcional ha presentado desafíos en términos de gobernabilidad, particularmente en la creación de mayorías estables para la aprobación de leyes y la implementación de políticas.

Otro rasgo que parece estar consolidándose en el último tiempo es el de la lógica de conformación de bloques. La inscripción de pactos electorales el pasado miércoles 10 de abril ratifica en los hechos que el actual paisaje político se está sombreando de bibloquismo.

El término “bibloquismo” se puede usar para referirse a una situación en la que dos grupos compiten por el poder, como en un sistema político. El paradigma del bipartidismo, definido por el diccionario de la RAE como “sistema político con predominio de dos partidos que compiten por el poder”, es la base de su construcción. 

Bibloquismo se deriva del elemento compositivo bi- (“dos”), que se refiere a una “agrupación generalmente ocasional de partidos políticos, países o asociaciones”, y del sustantivo -ismo, que se refiere a términos como “doctrina”, “sistema”, “escuela” o “movimiento”.

La reciente inscripción de pactos ante el Servel permite observar con mayor nitidez la conformación de bloques. Uno de izquierda y centro izquierda en torno al pacto “Contigo Chile Mejor”, el cual representará al oficialismo en los próximos comicios de octubre. Esta es una alianza amplia que va desde el Partido Comunista a la Democracia Cristiana. Del lado de la oposición, pero más desplazado hacia el eje de derechas y centro se inscribieron dos pactos, Chile Vamos —UDI, RN, Evópoli— y el pacto Centro Democrático conformado por Demócratas, Sentido Común y Amarillos por Chile.

Si bien es cierto que en este caso no inscribieron primarias ni pactos oficiales, es un hecho que Demócratas y Amarrillos vienen desarrollando una acción política conjunta con Chile Vamos. La elección de la mesa del Senado y muy probablemente también la de testera de la Cámara y los probables acuerdos de omisión para la elección de cargos uninominales en octubre próximo confirman el acercamiento táctico y estratégico de estas fuerzas de centro con la derecha política.

Además, la ciudadanía y la opinión pública lo ven de esta manera, aunque Demócratas y Amarillos puedan pensar lo contrario. Es importante recordar que cada vez las cosas no son lo que realmente son, sino lo que parecen ser.

Por fuera de los estos pactos, el partido Republicano —que competirá solo— y el pacto Partido Social Cristiano independiente buscarán ganar espacios de poder en las próximas elecciones. No obstante, lo anterior, estas fuerzas políticas tienen un evidente parecido de familia con el bloque opositor de centro derecha. Es razonable asociarlas con ese bloque para fines prácticos y analíticos. 

La contienda electoral de octubre agravaría la postura bloquista en la política chilena. La división de tres tercios que se estableció después de la modificación de las normas electorales en 2015 parece estar cambiando hacia un bibloquismo en el que, tanto a la derecha como a la izquierda, hay dos grupos formados por diversos partidos políticos con enfoques más o menos distintos.

Uno de los riesgos de este bibloquismo imperfecto es la preponderancia de las posiciones extremas en cada uno de los bloques, lo que significa que no hay lugar ni siquiera para la comprensión o acuerdo, ni siquiera para la negociación o incluso para la conversación. El peligro es que esta nueva etapa de paso a un bloquismo polarizado. De esta forma la política chilena podría estar moviéndose al enfrentamiento, resultado de la polarización desde arriba como comentábamos en este mismo espacio hace unas semanas. 

El FA, PDG, Demócratas y Amarillos llegaron a la escena electoral intentando evitar la división izquierda-derecha, pero ya se han metido de lleno en este sistema y forman parte de uno de los bloques. El próximo 26 y 27 de octubre los chilenos iremos a votar. Hoy hay más partidos que nunca, pero con mucho olor al pasado, y dos bloques enfrentados.

Pasamos de un periodo 2015-2023 abierto e impredecible a uno cerrado y predecible anclado en dos grandes bloques que buscan agrupar al electorado. El bibloquismo y la aritmética parlamentaria parecen estar conduciéndonos a una nueva etapa política caracterizada por a una incertidumbre continua.

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