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Mundo

3 de Septiembre de 2013

Cuando ser impuntual se vuelve una enfermedad

Un hombre que llega atrasado a todos los compromisos en su vida – desde funerales a citas románticas – posee una demora crónica diagnosticada como una condición médica. Jim Dunbar siempre va atrasado al trabajo, a las fiestas, a la cena con sus amigos, ha dejado a muchas mujeres plantadas esperando por él en las citas, e incluso tuvo que colarse en los funerales mucho después de haber comenzado.

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Vía Marcianos

El hombre de 57 años de edad, dice que su impresionante impuntualidad fue diagnosticada como un trastorno médico en una consulta en el Hospital Ninewells en Dundee, Escocia – a la que llegó 20 minutos tarde. Dunbar, un residente de la ciudad escocesa de Forfar, siguen luchando para llegar a sus compromisos a tiempo, a pesar de su diagnóstico de demora crónica.

Se cree que la enfermedad es causada por la misma parte del cerebro afectada por los que sufren de trastorno por déficit de atención (TDA), lo que significa que Dunbar no consigue evaluar adecuadamente el tiempo que tarda en concluir sus actividades. En consecuencia, el escocés se hace un enredo con los horarios y no es capaz de llegar a tiempo nunca.

“La razón por la que quiero dar a conocer esto es porque estoy seguro de que hay otras personas con el mismo problema que yo y quiero que se den cuenta de que no es su culpa”, dice. “Yo solía culparme y pensé: ‘ ¿Por qué nunca consigo llegar a tiempo? ‘. He perdido un montón de puestos de trabajo. Puedo entender la reacción de la gente y por qué no creen en mí “, se lamenta.

Algunos psicólogos creen que el atraso crónico puede ser un síntoma de un trastorno del estado de ánimo subyacente como la depresión. De hecho, muchas personas que sufren de trastorno de déficit de atención se quejan de que luchan a diario para mantener sus compromisos a tiempo.

Un estudio reciente a más de 200 personas, llevado a cabo por la Universidad de San Francisco, California, Estados Unidos, mostró que el 17% de las personas encuestadas sufrían de demora crónica. Los que no consiguen ser puntuales muestran patrones similares de comportamiento que aquellos que tienen TDA, incluyendo trastornos de ansiedad y autocontrol. Pero, hay una buena noticia: Los investigadores dicen que el problema, que afecta tanto al lado personal como a la parte profesional, no es irreversible.

Los psicólogos recomiendan que las personas afectadas se fuercen a trabajar con plazos no negociables, monitoreen el tiempo que necesitan para realizar ciertas tareas y siempre hagan planes para llegar mucho tiempo antes a ciertos lugares.

Dunbar recientemente trató de ir al cine y a sabiendas de que podría ser un problema llegar a tiempo a la sesión de las 19 horas, tomó 11 horas de anticipación. Sin embargo, logró llegar 20 minutos tarde.

“Me levanté a las 8:15 para ir a ver la película de David Bowie en Dundee, que comenzaba a las siete de la tarde. Yo sabía a qué hora debería estar allí. Esto me desanima mucho y sé que es molesto para los demás cuando llegas retrasado”.

El ex funcionario público tiene un reloj especial en su sala de estar, que utiliza frecuencias de radio sintonizadas con un transmisor ​nacional para asegurarse de que el tiempo que se muestra es siempre el correcto (incluso segundos), pero ni eso lo ayuda. Afirma que ya han intentado usar reloj de pulso, retrasar los relojes de la casa, pero no ha encontrado una solución.

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