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Nacional

10 de Febrero de 2014

La última entrevista de la “Kournikova Chilena”: “Me voy a ir a la tumba con la raqueta”

Doris Leiva Maúlen, conocida como Candy Kourneycoba o la Kournicova chilena, falleció la madrugada del domingo pasado debido a un accidente automovilístico cuando viajaba de regreso a Santiago alrededor de las 07:50 horas. Doris fue una reconocida stripper en nuestro país por la performance que realizaba con una raqueta. A continuación, extractos de la última […]

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Doris Leiva Maúlen, conocida como Candy Kourneycoba o la Kournicova chilena, falleció la madrugada del domingo pasado debido a un accidente automovilístico cuando viajaba de regreso a Santiago alrededor de las 07:50 horas. Doris fue una reconocida stripper en nuestro país por la performance que realizaba con una raqueta. A continuación, extractos de la última entrevista que realizó para El Dínamo.

Candy estuvo dos años fuera de Chile, debido a un tumor lumbar que la obligó a trasladarse a Alemania. Sin embargo, el tratamiento no funcionó y se tuvo que operar en nuestro país en 2011, por lo que tuvo que realizar sus shows con un corset que le protegiera la espalda. “Es especial. Afecta algunos movimientos, es que yo antes era súper eléctrica en el escenario, corría de aquí para allá, ahora estoy más tranquila, estoy madurando, jajaja. Pero igual hago mis cosas, ya no con tanta pirueta como antes”, expresó.

También se desempeñó como empresaria en un negocio integrado por 25 chicas, y de forma paralela abrió un negocio de lechugas hidropónicas con un amigo de la Región de O’Higgins. Además, todos los años instalaba una feria navideña en Peñaflor con el nombre “La Boite”.

“¡Estoy lista para sobrevivir!”. “Es que yo soy del campo, tengo hasta horno de barro, hago pan. Yo a todos los despierto con desayuno, pan amasado, huevo a la copa. Soy querendona y me gusta atender. Soy más de piel, yo creo que por eso me siguen llamando para trabajar”, comentó.

Vía Facebook “Candy Kournycoba” efectuaba los contactos de su negocio de bailes, servicios y animación. La llamaban principalmente de empresas, mineras, discotecas, despedidas de solteros, fiestas mechonas y para los eventos de cierre de campaña de los candidatos. “(la elección de 2013) Estuvo muy buena, fui como a diez actos de cierre de campaña. Ya estaba hasta media aburrida, jajaja”, afirmó la stripper a El Dinamo y agregó que trabajaba con políticos de derecha y de izquierda, pues el color político no le importaba. “Yo voy donde están las lucas, aparte que no voto. El negocio personal es mejor si voy sola, porque mi show es caro. Yo sola vendo mucho más que si ando con niñas. No tan, tan, tan caro, pero si me llevan a mí a lo mejor podrían llevar cinco niñas, pero a veces ellos prefieren el mío porque es distinto a los demás. Obviamente que es más fuerte. La ventaja es que yo no necesito tanta publicidad, porque la gente me conoce”, aseguró.

El trabajo al que se dedicó durante su vida le gustaba, se sentía “viva, bien, útil” y durante el periodo que estuvo en Alemania, extrañó realizar sus performance, que no podía realizar debido al dolor de espalda.

Respecto a sus clientes, específicamente los de la minería, señaló que “amarretes no son. Normalmente las mineras me contratan y estas empresas ponen harta plata en la Teletón. Los que salen a dar la plata ¡son los mismos que a mí me contratan! Yo los llamo y los leseo. Les digo: “Oye, ¡que tenís buen corazón!” Jaja. Yo veo que en esa parte hay bastante dinero”.

La Kournicova chilena cada cierto tiempo aumentaba el precio de sus shows, debido a la gran cantidad de dinero que gastaba en el cuidado de su cuerpo. “Yo subo igual como todo en la vida. Sube el azúcar, sube el pan, pero los sueldos no suben. Sin embargo, mi sueldo yo lo tengo que subir porque uno invierte sus lucas en su cuerpo, en ropa, movilización. Uno tiene que subir el precio del cuerpo, porque además ¡entre más maduro, mejor!, aseguró.

A pesar de lo mucho que le agradaba su trabajo, también quería dedicarse a hacer otras cosas. “No me gustaría hacer desnudos toda la vida, me gustaría hacer menos destape y más show, más vedette, algo que en Chile no hay. La vedette es más sensual, de movimientos finos, hace un baile. Hoy en día cualquiera se sube al escenario a sacarse la ropa y le van a pagar 15 o 20 lucas, pero a una vedette no”, recalcó.

Doris Leiva comenzaba su día a día de forma ajetreada. Comía de forma liviana, y antes de las ocho de la mañana ya había tomado desayuno. No tenía nana debido a malas experiencias. Vivía con uno de sus tres hijos. “Tengo que estar preocupada de que no salga a la piscina, que no vaya a abrir el portón del condominio. Es complicado, tengo que levantarme muy temprano, hacer el aseo, el almuerzo, lavar la ropa, secar. Hago de todo, menos planchar”, indicó.

A sus vecinos los calificaba como tímidos, y no se preocupaba de vestirse de cierta para forma para realizar las tareas de su casa, “porque los únicos que me están mirando son ellos y nadie más”. No obstante, admitió que igual ponía un poco de “picardía” cuando salía a barrer o cuando lavaba la piscina. “odos los domingos tengo a los hijos de mis vecinos bañándose en mi piscina, porque van mis amigas y mis amigos. Ahí tengo mi barra pop, jaja”, dijo.

Cuando veía fotos de ella de tiempo atrás, sufría al ver los cambios, pero aun así decía que era “de gusto chileno”, y no como las “flacuchentas” con las que se topaba en el trabajo. “Al chileno le gusta agarrar, no le gustan las minas flacuchentas. Si te vas a agarrar un pedazo de carne, tienes que tener de dónde agarrarlo, ¿no?, consignó.

Se consideraba una mujer sencilla, a pesar que en los eventos que realizaba podía ganar uno o dos millones de pesos. El show de la Kournicova se le ocurrió debido a que en ese tiempo pololeaba con Rodrigo Pinto, quien era arquero de Santiago Morning. Ambos compraban muchas cosas en Puma, y un día el encargado del local le dijo a Pinto que tenía un regalo para su polola. “Como yo siempre iba a comprar utensilios de tenis, porque yo jugaba, me regaló un vestido de tenis y varios accesorios más. Yo en ese tiempo ya trabajaba de stripper y lo vi y como que se iluminó. Pensé: “Todas se visten igual, que la secretaria, que la colegiala, que la enfermera. No, yo voy a salir de tenista”, recordó.

“Agarré el vestido y lo enchulé, lo acorté, le puse velcro atrás, unos brillitos y listo. Yo tenía un raquet que era de un niñito, que estaba adaptado para la mano de un niño chiquitito. Le puse harto grip nuevo, para que no se resbalara y quedara firme. Y así llegué a la Scratch de Viña y el encargado me pregunta de qué iba a salir. Yo entonces tenía el pelo mucho más largo y me hacía una trenza. Me miró y me dijo: “Ya sé, tu vas a ser la que está de moda: La Kurnicova”. Y así partió”, añadió.

Una vez que se subió al escenario por primera vez vestida de tenista, comenzó a sacarse la ropa y en un momento sintió que se iba a caer, entonces se apoyó en la raqueta. “¡Ay!”. Pensé, “aquí muero… qué hago” y me paré con la raqueta puesta, porque si me la sacaba se iba a ver feo. Atrás había un tremendo espejo que hacía que el público te viera por los dos lados. Y ahí nació la Kurnicova para siempre. Nació de un chascarro, puras casualidades de la vida, gracias a Dios. Gracias a eso le debo mi casa, mi auto, mis negocios, el bienestar de mi familia, todo”, afirmó.

Posteriormente comenzó a realizar eventos los fines de semana con Noellia Arias, más conocida como la Licenciada Tetarelli, ahí trataba de no hacer el show de la raqueta, sin embargo, el público lo pedía. “Todos empiezan a gritar: “¡La raqueta, la raqueta!”. Yo creo que nunca voy a poder deshacerme de la raqueta, me voy a ir a la tumba con la raqueta”.

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