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Nacional

21 de Marzo de 2014

Villalobos responde a Huenchumilla diciendo que los varones mapuches vivían “entregados al alcohol”

Por tercer día consecutivo El Mercurio ha servido de arena para la “lucha” historiográfica entre el historiador Sergio Villalobos y el intendente de la Araucanía Francisco Huenchumilla. Ayer este último respondía a la primera carta de Villalobos publicada el miércoles 19. Huenchumilla escribió “ese lenguaje no prestigia al señor Villalobos, lo aleja de su condición […]

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Por tercer día consecutivo El Mercurio ha servido de arena para la “lucha” historiográfica entre el historiador Sergio Villalobos y el intendente de la Araucanía Francisco Huenchumilla. Ayer este último respondía a la primera carta de Villalobos publicada el miércoles 19. Huenchumilla escribió “ese lenguaje no prestigia al señor Villalobos, lo aleja de su condición de “Profesor”; así, con mayúsculas”, refiriéndose a la las constantes catalogaciones del historiador a los mapuches: “araucanos”, algunos “inertes y violentos”.

El Premio Nacional de historia 1992 -y reconocido por su posición conservadora y mirar la historia desde la elite-, contestó de vuelta rápidamente, anotando: “Cree (Huenchumilla) que la incorporación de la Araucanía se debió a los intentos de una aristocracia deseosa de enriquecerse. La verdad es que existía una gran demanda mundial de alimentos y era necesario explotar hasta el último rincón”.

“Era inaceptable que hubiese tierras desperdiciadas en manos de los naturales de la Araucanía”, lanza Villalobos reafirmando sus conceptos iniciales. Prosiguió defendiendo el avance de la “nación chilena” más allá del río Biobío. “Los círculos gobernantes procuraron que el avance se efectuase ordenadamente, en los posible sin violencia y dictando medidas para reservar tierras suficientes a los araucanos o mejor dicho, a los mestizos descendientes de aquellos”.

El profesor de Historia continua profundizando en su interpretación de la época: “No tengo la menor duda de que las tierras eran mal trabajadas, porque de acuerdo con la cultura ancestral, el hombre escasamente participaba en faenas. Era fundamentalmente un guerrero y un cazador, que vivía relajadamente y entregado al alcohol. Las mujeres, sometidas totalmente, eran las que desempeñaban las pocas tareas productivas”, escribe y afirma.

Por último, Villalobos conmina a Huenchumilla a actuar de manera más serena considerando el cargo que ostenta. El historiador niega un giro ideológico hacia la derecha y cualquier filiación con la democracia cristiana en algún momento de su vida.

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