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Opinión

12 de Mayo de 2014

George Tsebelis, constitucionalista: “En Chile quieren incluir muchos derechos sociales en la Constitución”

George Tsebelis, profesor titular de Ciencias Políticas en la Universidad de Michigan, vino a Chile a presentar su cátedra “Una Constitución larga es (posiblemente) una mala Constitución”, en la UDP. El intelectual estadounidense asegura que las Constituciones largas son difíciles de cambiar y que es peligroso para las futuras generaciones asegurar los derechos sociales en el principal documento que rige al país. Aquí nos explica por qué tenemos que hacerla corta.

Matías Castro
Matías Castro
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-¿Qué cantidad de palabras se considera una Constitución larga?
En la mayoría de los países que pertenecen a la OCDE, las Constituciones tienen alrededor de 10 mil palabras. Chile está mucho más arriba, con 27 mil y el número más alto lo tiene México con 55 mil palabras.

-Usted establece que una Constitución larga es, posiblemente, una mala carta fundamental. ¿Por qué?
Mi punto es que una Constitución larga no es satisfactoria para la gente porque tiene muchas restricciones y bloqueos. Es por eso que quieren realizar cambios y muchas veces no pueden hacerlos.

-¿Cómo la extensión misma puede asegurar que sea más o menos rígida?
Podemos descubrir en las Constituciones que hay prevenciones para los cambios. Por ejemplo la Constitución chilena requiere de tres quintos para hacer cambios, para otros se necesitan dos tercios. Entonces estos segundos tipos de artículos son más rígidos que los primeros. La evidencia empírica indica que las Constituciones más largas son más difíciles de modificar.

-¿Hay un mecanismo, como plebiscito o asamblea constituyente, que asegure una Constitución corta?
Si incluimos un referéndum en la Constitución obviamente habrá un artículo incluido que afecte su longitud. Mi punto es que no hay razón para tener un referéndum en la Constitución, puedes tener una ley normal sobre referéndums. Aún así los referéndums tienen problemas muy serios de representatividad. Lo que llamas plebiscito es algo en que el gobierno decide cuál va a ser la pregunta y cuándo se va a preguntar. Ese es el tipo de referéndum menos democrático. En Dinamarca el gobierno puede hacer una ley y la oposición puede decir: quiero que la gente diga si ésta debe ser implementada o no. Ese es un referéndum más democrático. Pero incluso en las formas más democráticas, muchas veces la forma de la pregunta está dictada por intereses organizados y la gente responde en forma de sí o no, lo que no asegura una mejor respuesta. En California hubo una pregunta acerca de aumentar o reducir los impuestos a las propiedades. La respuesta fue reducirlos. Luego se preguntó si una persona que ha violado la ley tres veces debe ser encarcelada de por vida. La gente -asustada por el crimen- dijo sí. Mira lo que estos referéndums hicieron, uno redujo el presupuesto del gobierno y el otro aumentó sus gastos. Deben tener estos problemas en mente y tratar de encontrar formas de evitarlos o solucionarlos.

Jugadores con veto
-Otras de sus teorías más estudiadas es sobre los veto players.
 ¿En qué consisten?
Mientras más veto players haya, más se bloquearán reformas políticas y más protegido estará el statu quo. Por ejemplo, en Chile Pinochet fue muy efectivo en asegurar el statu quo al tener un sistema electoral con dos representantes por distrito, uno de derecha y otro de izquierda. Además de los senadores designados, que ayudaban también a mantener el statu quo. Ese es usualmente un bloqueo y ustedes tienen experiencia en esto.

-En Chile el sistema binominal se impuso pensando en la estabilidad política del país, pero en la actualidad se le considera más que nada un problema.
Los ciudadanos pueden tener diferentes opiniones. Este es el fundamento principal de la democracia. En una democracia hay que ser capaces de hacer lo que los ciudadanos quieren, y no actuar en defensa del statu quo. Es por eso que mi sugerencia es que no pongan cosas en la Constitución y las bloqueen, a menos que estén seguros de eso.


Una constitución para Chile
-¿Es necesario dejar de hacer modificaciones a la Constitución chilena y derechamente crear una nueva?
Déjame decirte una cosa, en Chile tienen verdaderas razones involucradas que son importantes para querer cambiarla, por como fue redactada, en primer lugar, así que este es un asunto político que tienen que considerar también.

-Un tema muy fuerte en Chile es querer asegurar los derechos sociales en la Constitución, como el trabajo, la salud, la educación y la vivienda. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Hoy en día todos están considerando que la educación es un asunto muy importante en Chile, pero ¿consideraría la educación en la lista de deseos para ser incluido en la Constitución? Déjame darte un ejemplo. La constitución griega es la única de la OCDE que tiene un artículo que prohíbe instituciones privadas en el nivel universitario. Esta es una prescripción aplicable muy inconsiderada, porque sabemos que universidades muy importantes en el mundo son privadas. No hay razón para excluir estas instituciones y tenerlo dictaminado en la Constitución, porque si cambiamos de parecer no podemos hacer nada al respecto y se puede volver un problema.

-¿Tiene alguna idea de cómo debe ser el proceso de construcción de nuestra, posible, nueva Constitución?
Es un problema de marco mental, ¿quieres incluir todos tus deseos, quieres hablar sobre tu derecho a trabajar, sobre educación? Puedes, pero no va a afectar nada, por ejemplo, no puedes dejar a todos contentos solamente hablando sobre la felicidad en la Constitución. Si tienes esta mentalidad vas a tener una Constitución larga que no va a cambiar nada, lo importante en una Constitución son las disposiciones restrictivas, las que son ejecutables, y debes tener solo las que sabes, de forma segura y definitiva, que no se van a cambiar por un período largo de tiempo, ya que las aseguras y botas la llave. No deberían tratar de cazar futuras generaciones con esas ideas, porque lo que van a hacer es querer rectificar esa Constitución, pero mientras tanto habrá problemas.

-¿Ese mensaje suyo ha tenido cabida en su charla y las conversaciones que ha tenido en Chile con estudiantes y académicos?
No. En Chile quieren incluir muchos derechos sociales en la Constitución. Mi país tuvo una crisis económica muy seria, con más de la mitad de los jóvenes sin trabajo, y a ellos no les ayuda tener el derecho a trabajar incluido en la Constitución. El asunto es que cualquiera podría ir a la corte y decir que la Constitución está siendo violada, y de hecho pasó en la corte de Grecia y Portugal. Entonces se está judicializando cualquier disposición de la Constitución. 



-Según usted nuestro error es creer mucho en la Constitución y querer incluir todas las demandas ahí.

En mi opinión ese es el problema, y a menos que no lo entiendan, tendrán una Constitución larga, restrictiva y estarán contraídos por ella.

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