El fantasma de los penales

“Yo juego con el pecho caliente y el cerebro frío”, Gorosito.

El penal semeja todas las cosas, y a la vez se diferencia entre la pre-ocupación y la ocupación. Si vas a lanzar un penal ´ pre-ocupado´, lo más probable es que falles; en cambio, si lo tiras ‘ ocupado’, ocupado en tu cuerpo, en la respiración, ocupado en ‘ver’ el arco, en hacer el gol, lo más probable es que hagas el gol, y la redes del alma queden infladas.

Si voy a chutear la pelota con la cabeza poblada de fantasmas, aumentan caleta las posibilidades que no sea gol. Los fantasmas, vale decir, el miedo, (y el miedo es siempre miedo a algo) (algo que a menudo es un puro fantasma), una imagen (la de tu mujer con mala cara) (qué va decir Pedro Carcuro) (todo Chile me va a odiar si fallo) una idea coloreada de persecución paranoica (me van a matar a la salida del Metro Los Héroes si la tira pajuera como Caszely contra Austria, España 82). Lo que demuestra que hay paranoias realistas: un imbécil apedreó a un hijo del crack chileno, a la entrada del colegio, sólo porque el Chino no la embocó. ¡Cómo puede haber gente tan pelotuda digo yo! Si es fútbol no más. Si son solamente penales.

El peor fantasma es la duda. La duda que se confunde con el cálculo de probabilidades. Un penal es como el juego de manos del cachipún. Sólo que en el cachipún hay tres probabilidades: piedra/ tijera/papel. No me he puesto a pensar todas las que hay en un penal, pero a vuelo de pájaro, observo al menos seis alternativas: 1) que el remate vaya alto, recto y potente. 2.-Que el remate vaya bajo, diagonal y potente. 3.- Que el remate vaya a media altura, potente y diagonal. Las mismas anteriores con una sola diferencia: que el remate salga blando y suave, engañando al arquero, a los mismos lados anteriores.

Hay un cuento genial que cita a menudo Antonio Skármeta, acerca de las lecturas mentales entre arquero y ejecutante: él sabe que yo sé, y yo sé que él sabe que yo sé/ que siempre o casi siempre la tiro abajo y fuerte y esquinado, pegadito al poste izquierdo –derecho para él- y él es zurdo, y no llega con mano cambiada, pero como sabe que yo sé, se adelantará medio metro y se arrojará a ese mismo lado, con mano cambiada y todo, pero lo que él no sabe es que ahora lo voy a fusilar, como Tito Fullú fusiló a Manuel Astorga, o Sinedim Sidan fusiló a Bufón… Algo por ahí.

Ha dicho Franz Beckenbauer: “Los alemanes somos fríos para los penales, por eso no nos molestan tanto los alargues”. Nuestro tan querido Pinigol no fue frío como los alemanes. Quizá algunas nubes poblaron su lucidez. La lucidez que sí tuvo en los minutos que entró. Y el coraje. Pero no tuvo el mismo coraje para mantener el cerebro frío. No tuvo el equilibrio del genio. Norman Mailer, que vio la pelea del siglo, Mohamed Alí- George Foreman, desde el ring side, dice en su crónica memorable sobre el mismo combate, a propósito del genio, el coraje, la frialdad, y hasta el humor del mejor artista del ring de todos los tiempos, según mi punto de vista, “¿Qué es la genialidad sino el equilibrio al borde de lo imposible?”

Qué certeros fueron Díaz y Aránguiz. Patearon sin dudas. No dejaron entrar a ningún fantasma, a la Casa de la Claridad. La tendencia chaquetera, por inercia mental, puteará, y pateará, latas de cerveza, vacías, por las calles, hasta fin de año, contra Pinilla y Alexis y Jara. “Puta los weones pencas”. “Puro dribling los weones”.

“Pura pinta los agilaos” Escuché estos comentarios en el bar donde vi el partido, más eufórico y triste de mi vida. ¡Estaba seguro que pasábamos a cuartos de final! Veía la final Chile- Alemania ¡¡¡mi alma!!! Chile-Holanda. Chile- Argentina. Y estaba todo dado. Los dados se inclinaban hacia la Roja de Todos (de todos los alienados futbolizados) ¿Mala raja?
Discrepo del querido Jarita. Declaró que los penales son una lotería. Nuestro amado épico y lírico Medel dijo “los penales son un azar”. Eso es una vulgar justificación. Y la justificación es un disfraz que oculta el rostro de los hechos.

Cualquier persona que haya comprado un boleto de la Lotería y haya ejecutado penales, o haya ejecutado penales y haya leído la novela “La Música del Azar” de Paul Auster, observa una clara diferencia. Pregúntenle a Nestor Ítalo Isella si pateaba los penales con un boleto de Lotería en la mano. Nadie sabe nada sobre el Azar. Tengo un amigo evangélico que predica contra los juegos de azar. No sé por qué. Pero Federico Nietszche, sin ser, para nada, evangélico, escribe en 1888, “El triunfador no cree en el azar”. Vicente Huidobro, pateador metafísico de penales creacionistas. Su poema “Altazor” es un golazo de penal eterno que dejó inflando las redes neuronales del Universo por los siglos sigilosos de los siglos creativos.
Pues bien muchachos, tiradores de penales chilenos todos, ojo con este verso del “Mago Valdivia” de la Poesía universal, Vicente Huidobro: “El vigor verdadero reside en la cabeza/ el músculo cuelga como recuerdo en los museos” Hay mundos nuevos que inventar, desde los doce pasos, Beausejour.

Costa Rica venció a Grecia (mi querida Grecia) 5 penales a 4. Muy tirados casi todos los penales. Costa Rica, con estilo y frialdad, y hasta con elegancia; Grecia, con potencia y fe en los dioses del Olimpo, y hasta con gracia. El nombre del griego que le hizo la pepa por su equipo es Socratis. Sócrates dijo, siglo XXI A. V. I (antes de Vicente Huidobro) “conócete a ti mismo y conocerás el Universo entero”.

Coincido con Adolfo Neff. El Gringo Neff, que atajó ene penales, por la U, por el Colo y por Chile, entero. Anoche lo vi en el CDF.

Lo entrevistaron. Dijo esto: “No nos mareemos con la Marea Roja; no nos obnubilemos: Chile ha mejorado mucho en posesión, en tenencia del balón, pero escasamente en definición”. Hay que entrevistar más al gringo Neff.

Son bonitas las emociones, pero hasta que nos obnubilan, hasta que nos empañan la esfera de cristal de la conciencia solamente.

La palabra ‘obnubilamiento es muy interesante’. Deriva del latín ob-nubil (núbil, nube) Carlos Mozón mató a su mujer en un estado obnubilado de conciencia. No es fácil la lucidez. El amor es un trabajo permanente. El amor al fútbol es una maravilla. Como fue maravillosa la actuación del equipo chileno. ¡Grande San Paoli! ¡Grande equipo chileno ¡ ¡¡¡Gracias totales!!! ¡Enorme Claudio Bravo! ¡Bravo Alexis Sánchez! Belleza y relámpago. Sólo nos está faltando poder de finiquito. Bajarle el perfil al azar y a la hora de los penales definir, no como los dioses, que parece que no existen, sino como Leonel Sánchez y Costa Rica y los fríos alemanes, que son humanos también –demasiado humanos muchas veces- y como todos los mortales también, en los penales, a veces, la tiran pajuera.