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Cultura

10 de Diciembre de 2014

Documental “Chile Traspuesto”: La canción del campo

Hace casi 10 años Verónica Qüense hizo un documental al que “nadie le dio mucha pelota”. En el marco del festival de documentales In Edit se presentará en la sala de cine del Centro de Extensión UC de manera gratuita. “Chile Traspuesto” es una antología de versos y payas que solo existen en la memoria de los cantores populares del país, una estirpe campesina que anta la falta de renovación ve amenazada sus últimas notas.

Simón Espinosa
Simón Espinosa
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Una guitarra traspuesta es una guitarra desafinada o con una afinación distinta a la tradicional pero que, tradicionalmente, se ha utilizado en el canto popular chileno: el Canto a lo Divino y el Canto a lo Humano.
“En el pasado, cuando el pueblo no sabía ni leer ni escribir, el poeta popular iba dejando huella de su pasar y esta experiencia se transmitía -de memoria- en el tiempo. Eso al día de hoy, no sé si existe”, declara la fotógrafa y realizadora del documental, Verónica Qüense.

Desde siempre este arte se traspasó de una generación a la siguiente, en misas y despedidas de angelitos –funerales de niños recién nacidos- , o en bares, peñas y fondas, compitiendo con la mejor rima de la que fuera capaz el ingenio y la picardía.

“Mi relación con el mundo de la oralidad y de las tradiciones de origen campesino fue muy estrecha, desde el lenguaje cotidiano hasta las costumbres sociales y, por lo mismo, la música y los bailes”, dice Manuel Sánchez, un joven guitarronero -intérprete en guitarrón- chileno, que también forma parte del documental.

Y es que parece haber un arraigo profundo del verso en la cultura chilena. Una presencia que se ha transmitido casi clandestinamente en nuestro lenguaje. Basta poner atención a la manera en que nos expresamos para darnos cuenta que muchas de las frases que formulamos tienen ocho sílabas. Los refranes, los dichos y las canciones, en todos ellos la estructura de ocho sílabas se repite.

El documental, en las voces de distintos guitarroneros y cantores, explica que el verso octosílabo proviene de la tradición española, de misioneros que durante la Colonia evangelizaban a los lugareños con cantos religiosos y versos octosílabos, propios de la tradición castellana.

“Al peón se le ocurrió tomar con sus grandes manos de cultivador la guitarra, que era española, e inventarle su propia afinación. También toma la décima, que la había asumido de su evangelización y comienza a dar rienda suelta a su historia particular y comunitaria”, explica Verónica Qüense, que también escribe poemas en décima.

Uno de los pilares fundamentales de la identidad chilena, entonces, ha sido el verso y la rima, enraizada en la primera forma de español que fue enseñada en el país. Según plantea la película, esa tradición se ve amenazada por el sincretismo cultural y los intereses de las nuevas generaciones, que parecen preferir tendencias musicales extranjeras y otras formas culturales.

Sin embargo, Sánchez explica que “el Canto a lo Divino nunca ha estado en riesgo de desaparecer y no desaparecerá porque es una necesidad espiritual que ocupa como herramientas de expresión una estructura poética”.

La música y la tierra

Algo en la naturaleza y en la distancia de lo urbano, algo en el campo y en su ritmo particular, algo parece inspirar a los cultores de la música popular. “Los ciclos naturales se pueden percibir cuando hablamos del campo, de la naturaleza, de la Luna creciente en la siembra, del contacto directo con la naturaleza, del campesino y campesina”, dice Verónica.

Con frecuencia el folclor sirve como una plataforma de representación de la naturaleza y sus ánimos. De la misma manera que el Blues norteamericano irradió la cultura con la melancolía de las plantaciones de algodón, en Chile la música campesina fue moldeada por arados, trigales y el cantar de los pájaros.

“Chile Traspuesto” aborda la temática de manera pesimista. Lo natural y cíclico de la música popular se ve amenazado por un desarraigo de las nuevas generaciones. “Creo que el sistema económico y cultural que nos invade ha hecho su pega. Y bien hecha. ¿Cuántos quedan cantándole -hablo de los campesinos y más aún de los jóvenes campesinos- a la tierra?, pienso que pocos. Puedo estar equivocada, pero en aquellos años cuando hice el docu tuve esa sensación”, manifiesta Verónica.

Es difícil medir con precisión la prevalencia o disminución de un género musical o de una manifestación cultural. Principalmente porque quienes la representan tienen una relación espiritual que no tolera medidas: “En el guitarrón descubrí el sentido de pertenencia, despertó en mí la curiosidad por saber quién era. Eso se manifestó a través de su sonido familiar y extraño, antiguo y profundo”, recuerda Sánchez.

Los otros folcloristas del documental: Moisés Chaparro, Dángelo Guerra, Sergio Cerpa, Jorge Céspedes, Guillermo Villalobos y Víctor Quintana, piensan parecido. La conurbación se come al campo, la importación disminuye el consumo de los productos nacionales, sube los precios, se siembra menos la tierra, se aran menos los campos, se cantan menos canciones sobre el arado.

“En el estado de neoliberalismo en que estamos, no solamente es este sentir poético el que se oscurece, sino que también se van perdiendo, paralelamente, los frutos que eran propias de las tierras chilenas”, dice Verónica Qüense.

Uno detrás de otro, los testimonios de los personajes construyen una presencia hostil, que se ciñe sobre el canto campesino. La televisión, la radio, las nuevas modas musicales, la falta de interés de los jóvenes y otras razones son planteadas como una amenaza para tradiciones populares. A pesar de todo, para Manuel Sánchez la real amenaza comienza “cuando los verdaderos cultores de lo nuestro son ignorados y no ocupan los espacios que se merecen y estos mismos espacios son ocupados por falsificadores”.

Un documental, que hace diez años “no le dieron pelota”, registra algunas de las voces más importantes en la materia y algunos versos que nunca fueron escritos. “Chile Traspuesto” es la canción del campo, lamentos que temen no volver a escucharse.

In Edit: Festival de Cine y Documental
4 a 14 de diciembre Santiago
19 a 21 de diciembre Concepción
Entrada en boleterías y www.ticketek.cl

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