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Mundo

17 de Noviembre de 2015

La columna que saca ronchas por criticar la bandera de Francia en Facebook a raíz de los atentados

"Utilizar el filtro de Facebook para solidarizarse con las víctimas de los atentados en París es apoyar una visión del mundo en la que sólo preocupan las muertes de ciudadanos occidentales. Mediante este pequeño gesto se construye un muro más en esta fortaleza del siglo XXI que es Europa, llena de súbditos muertos de miedo que regalan su sentido crítico a empresas e instituciones públicas a cambio de un poco de sensación de seguridad", escribe el periodista catalán Èric Lluent.

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París after EFE 14

El periodista catalán Èric Lluent encendió las redes sociales luego de escribir en su blog una opinión contraria a ocupar el filtro propuesto por Facebook a propósito del atentando que tuvo lugar en París el viernes de la semana pasada.

“En esta ocasión, el filtro pretende solidarizarse con las víctimas del atentado convirtiendo tu foto de perfil en una imagen que funde la original con los colores de la bandera de Francia. Por supuesto, minuto tras minuto los usuarios van utilizando la herramienta, llevados por el choque emocional que suponen los ataques en la capital francesa. Es evidente (aunque no creo que sea deseable) que en el mundo hay muertos de primera y muertos de segunda, incluso de tercera y cuarta. Es hasta cierto punto entendible que a un ciudadano europeo le aflija más un atentado en París que otro en Beirut. De hecho, si tenemos en cuenta la cobertura mediática que se hace de uno y de otro sería de extrañar que a un ciudadano del Estado español, por ejemplo, le afectara más un ataque terrorista en Líbano que uno en Francia”, se lee en el primer párrafo del escrito.

Para Lluent, en situaciones como ésta se hace evidente la manipulación mediática de los medios. “El silencio que impera o la frialdad a la hora de exponer cifras de muertos cuando se trata de un atentado que ha tenido lugar en el conocido como Mundo Árabe contrasta con el dramatismo de la exposición cuando se trata de un atentado en territorio europeo o norteamericano”, argumenta al respecto.

Según dice, pese a tratarse de una estrategia eficaz para formar opinión, “cada vez son más los europeos que entienden que están siendo manipulados y que tratan de apartarse de la influencia de los grandes medios que con su acción o inacción construyen muros entre sociedades que parecen infranqueables. No obstante, al tratarse de una novedad, el filtro de Facebook supone un peligro que coge a la mayoría de internautas con las defensas especialmente bajas”.

“Utilizar el filtro de Facebook para solidarizarse con las víctimas de los atentados en París es apoyar una visión del mundo en la que sólo preocupan las muertes de ciudadanos occidentales. Mediante este pequeño gesto se construye un muro más en esta fortaleza del siglo XXI que es Europa, llena de súbditos muertos de miedo que regalan su sentido crítico a empresas e instituciones públicas a cambio de un poco de sensación de seguridad”, arremete.

En esa misma línea, opina que “en el Líbano, en Iráq, en Irán y en cualquier lugar del mundo, cuando estalla una bomba o cae un misil hay hermanos que sufren, padres y madres que se desmayan al conocer la noticia, amigos que buscan desesperados pistas para encontrar a compañeros de instituto o del trabajo. Es entendible (aunque no creo que sea deseable) que a un ciudadano europeo le aflija más un atentado en París que otro en Beirut. Muchos tenemos amigos en París o hemos visitado la ciudad una o varias ocasiones. Pero Facebook es una empresa global y con gestos como éste lo único que hace es establecer una estructura hegemónica de prioridades en la que los muertos occidentales preocupan y movilizan y las víctimas, por ejemplo, del atentado en Beirut de hace dos días, simplemente no cuentan. ¿O es que nos dieron la opción del filtro con la bandera del Líbano? Validar esta visión del mundo me parece extremadamente peligroso. Más si lo hacemos sin ni siquiera darnos cuenta”.

Como era de esperarse, tras publicar el blog, el periodista recibió una serie de insultos del tenor de “eres un puto subnormal”, “a ver si el siguiente [atentado] es en tu casa y te pilla de lleno, imbécil!”, “este tipo de reportajes apoyan al terrorismo y sus acciones de forma muy sutil”, “esto lo ha escrito un jihadista parece”, “Eric Lluent es un envidioso, acomplejado y racista”, “métete tu puto blog por el culo Hijo de la gran puta catalán tenias q ser” o “que dices puto catalufo. me cago en tu puta madre”.

Junto con reproducir en su propio blog las reacciones que generaron sus palabras, Lluent responde que “No me considero una persona que forme parte de ninguna élite intelectual, así que para entender mi artículo (una escueta nota de tres párrafos) es tan sólo necesario un nivel de comprensión lectora muy básico. ¿Cómo alguien (el problema es que son muchos) puede llegar a la conclusión que me dan igual los muertos de París o que estoy criticando la solidaridad con las víctimas del atentado del viernes tras leer el artículo? ¿Cómo una persona en su sano juicio puede acusarme de no respetar el duelo por las muertes de la capital francesa cuando lo único que digo es que se respete el duelo por todas las víctimas del terrorismo y que Facebook no las discrimine? En muchos comentarios hay afirmaciones que normalizan los atentados en países árabes porque, claro, “allí se matan entre ellos”. ¿Pero en qué nos hemos convertido? ¿O en qué nos han convertido?

Acciones como la impulsada por Facebook, con el filtro de la bandera francesa omitiendo los atentados que hay en tantos otros países del mundo, perpetúan una visión del mundo en que los occidentales somos el ‘Nosotros’ y el resto del mundo son los ‘Otros’. Con la creación de un mundo en el que hay dos tipos de personas, los que son como yo y los “demás”, se llegan a justificar argumentos como los que apuntan que si los árabes se quieren matar entre ellos, pues adelante, pero que a ‘Nosotros’ nos dejen tranquilos. Doble ración de tristeza este fin de semana. Por la salvajada inhumana que tuvo lugar en París (ciudad en la que estado más de diez veces y que fue mi musa de juventud) y por lo irracional de muchos ciudadanos a los que les da absolutamente igual que niños, adultos y mayores mueran desangrados tras estallar una bomba en un mercado de Irak o ahogados en un Mediterráneo cada vez más manchado de sangre”.

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