Viudo de Viviana Haeger y asesino confeso son formalizados tras revelación de escabrosos detalles del crimen

“Opuso muy poca resistencia, no tuve que pegarle, sólo la sujeté y la controlé con mi peso (…) le dije a don Jaime lo que él me había pedido, es decir que su señora estaba en peligro, luego de lo cual él me cortó el llamado, que era precisamente lo que él me dijo que iba hacer”, es parte del macabro relato de José Pérez Mancilla, asesino confeso de Viviana Haeger, palabras que durante la jornada formarán parte de la formalización que enfrenta presunto el sicario y por las que deberá responder además el viudo de la contadora, Jaime Anguita, identificado como quien supuestamente pagó para ultimar a su mujer.

La audiencia se realiza en el Juzgado de Garantía de Puerto Varas, instancia en la que el Ministerio Público deberá exponer las pruebas que darían cuenta del vínculo entre el viudo y el carpintero.

Durante la semana, antes de que La Tercera revelara parte de la declaración de Pérez Mancilla, tanto el abogado de Anguita, Jorge Vásquez, como su hija, Vivian Anguita, habían asegurado que el hombre no tenía participación alguna en el crimen acontecido en agosto de 2010.

 

“Yo sigo creyendo en Jaime y sigo con la defensa de Jaime”, dijo el defensor en conversación con T13.

“Jaime Anguita no ha cambiado ningún antecedente, no ha cambiado su forma de comportarse, no ha cambiado de modo ninguno. Jaime pudo haber huido en varias ocasiones”, agregó.

Vivian, por su parte, ocupó su cuenta de Facebook para escribir que “por todas partes han distorsionado los hechos que han ocurrido con respecto al caso de mi mamá y descaradamente creado otros que jamás existieron. Si hago esto es porque me duele ver como hacen mierda la imagen de mi papá, alguien inocente y honesto que no ha hecho más que recibir mierda injustamente”.

De acuerdo a la declaración del supuesto sicario, reproducida de manera parcial por La Tercera, Haeger “opuso muy poca resistencia, no tuve que pegarle, sólo la sujeté y la controlé con mi peso, porque era muy flaquita. Tomé el cuerpo y con la ayuda de un choapino lo trasladé hasta la puerta del entretecho que está en el mismo dormitorio, la que tenía solo un pequeño pestillo que la cerraba. Una vez ahí me metí yo primero y luego la tomé por debajo de las axilas, con la cabeza adelante cerca de mi pecho, empezando a avanzar, caminando yo hacia atrás, pisando las vigas, arrastrándola”.

“Me trasladé hacia un centro de llamados ubicado en calle Varas. Al ingresar me dí cuenta que estaba atendiendo un joven a quien le pedí una llamada, diciéndole el teléfono de don Jaime Anguita”. “El joven enseguida me pasó la llamada a una cabina donde le dije a don Jaime lo que él me había pedido, es decir que su señora estaba en peligro, luego de lo cual él me cortó el llamado, que era precisamente lo que él me dijo que iba hacer. Posteriormente tomé un colectivo y me trasladé a mi casa (…) revisé la mochila, procediendo a abrir la caja metálica, la cual tenía en su interior un anillo de oro, unas perlas de fantasía y varios papeles. Ese día boté la caja con las perlas y los papeles, dejándome sólo el anillo, junto con la cámara de video, y la cámara fotográfica, las que mantuve en mi poder por casi una semana”, se lee también en su crudo testimonio.

Cabe recordar que Viviana Haeger fue encontrada muerta en el ático de su casa en Puerto Varas en agosto de 2010 después de varias en que se presumió desaparecida.