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Poder

22 de Diciembre de 2015

La comentada columna de Joaquín Fermandois sobre el “Milicogate” y el uso de La Ley Reservada del Cobre

"Descuidar la seguridad es ignorar el grito desgarrado del mundo actual, aunque su monto debe tener un límite. Han existido demasiados ejemplos de gastos militares ruinosos que al final erosionan fatalmente las bases mismas de la seguridad. La Ley Reservada del Cobre puede ser una anomalía en las legislaciones contemporáneas y sin embargo cumplió su propósito sin producir ninguna grave consecuencia; el antiguo sistema -en un país mucho más pobre, de acuerdo- sencillamente no resultaba. En la hora de la reforma no se debe olvidar la lección", escribe el historiador.

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milicogate

“Milicogate” es el vocablo que eligió el historiador Joaquín Fermandois para referirse al uso que se ha hecho de La Ley Reservada del Cobre, esto a propósito (sin nombrarlo) de la investigación de The Clinic respecto del caso por el cual hay procesados y detenidos del Ejército.

Sin más rodeos, apunta que “no está claro todavía si los fondos comprometidos provienen del presupuesto ordinario o de los fondos del cobre, este último fuente esencial para la adquisición de armamento de las Fuerzas Armadas”.

Según el académico, “si se tratara de un caso en el Ministerio de Salud, igual podría haber escándalo público, pero a nadie se le ocurriría dejar de financiar compras de insumos para el sistema hospitalario. En el caso de la defensa en cambio los criterios son distintos debido a que, por ejemplo, es fácil plantear que las necesidades en salud y educación tienen prioridad sobre la defensa”.

Para Fermandois, con todos sus vicios, “el sistema tal como está resultó. Rindió muchos frutos, en especial en la primera década del siglo actual. En cambio en los años del régimen de Pinochet el cobre casi siempre tuvo malos precios, por lo que el significado del aporte fue más bien modesto, amén de que embargos políticos de los proveedores pusieron demasiadas cortapisas a la renovación de material, lo que persistió hasta 1990”.

El historiador cierra su escrito, manifestando que “descuidar la seguridad es ignorar el grito desgarrado del mundo actual, aunque su monto debe tener un límite. Han existido demasiados ejemplos de gastos militares ruinosos que al final erosionan fatalmente las bases mismas de la seguridad. La Ley Reservada del Cobre puede ser una anomalía en las legislaciones contemporáneas y sin embargo cumplió su propósito sin producir ninguna grave consecuencia; el antiguo sistema -en un país mucho más pobre, de acuerdo- sencillamente no resultaba. En la hora de la reforma no se debe olvidar la lección”.

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