Martina Cañas, escritora: “La mujer borracha de familia conservadora cae bien”

“El anonimato es clave porque yo sólo represento a la mujer borracha, pero la mujer borracha somos todas, no es necesario una cara visible”.

Así explica la autora del libro y página de Facebook “Relatos de una mujer borracha” las razones por las que desea mantener su anonimato en este fan page o grupo en el que se cuentan historias reales de viviencias de mujeres con relación al copete.

En ese sentido decidió autollamarse “Martina Cañas”, una mujer relativamente conservadora que a su juicio es “hija no planificada, pero bienvenida, que llegó sin la marraqueta bajo el brazo, pero sí con la petaca fondeada”.

Pues bien, en entrevista con el diario La Segunda, Martina precisó que “la mujer borracha de familia conservadora igual cae bien”, ya que “en mi caso, todos saben que siempre los haré reír o me desubicaré en algún minuto”.

Agrega que “me conocen y me quieren así. La desinhibición nos acerca un poco más al inconsciente, decimos lo que pensamos y que no diríamos nunca, y hacemos esas cosas que sobrias son impensables”.

Por todo eso, dice la autora, “es rico darle un momento de relajo al inconsciente que está siempre ahí, reprimido el pobre”.

En otros pasajes de la conversación, la autora se atreve a definir a las borrachas chilenas: “Cae bien, porque la mujer borracha no es chaquetera. La mujer borracha vive y deja vivir. Ahora bien, para algunos hombres y mujeres más tranquilos, la mujer borracha choca un poco porque los enfrenta a sus propias inseguridades. En tonces, nos bombardean, nos juzgan, nos cuestionan o nos menosprecian, pero la verdad, no nos interesa”.

Al ser consultada por los tipos de borrachas chilenas, Martina detalló que “la más adorable sin duda es ‘la estrella fugaz’, esa que sin avisarle a nadie desaparece, pero todos saben que llegará bien”.

añadió que “otra agradable es la ‘porotito verde’ que las baila todas, toda la noche sin importar dónde ni con quién. Otra que dependiendo de la intensidad del episodio puede ser o no agradable es la ‘supéralo por el amor de Dios’, esa es la que llama al ex curá”.

También recordó que “una que es de temer es la ‘curá de karaoke’, esa que no suelta el micrófono porque, claro, uno la ve empezar y terminar, parte afinadito y termina como el loly. Y la más peligrosa es sin duda la ‘curá brote psicótico’, esa que termina peleando, robando y joteándose al taxista”.