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Nacional

11 de Agosto de 2016

El editorial que nunca pensaste leer en La Segunda: “La táctica de aparecer como profeta del Apocalipsis”

"No está de más escuchar con cierta frecuencia, las voz de aquellos que han ejercido responsabilidades de las envergadura de la Presidencia de la República o el Ministerio del Interior. Tampoco despreciar el daño que la frivolidad de la clase política y cierta chapucería del Gobierno han hecho a distintos aspectos de nuestra convivencia. Pero conviene también calibrar esos juicios (...) la táctica de aparecer como profetas del Apocalipsis, para ofrecerse luego como salvador de la patria, es más vieja que el hilo negro. Un verdadero riesgo país sería dejar de observar los datos y tomarse excesivamente en serio a los agoreros obnubilados".

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Mientras se han puesto de moda las visiones dantescas de un país descarrilado, sumido en una crisis institucional y política nunca antes vista, que auguran un próximo gobierno que tendrá la ardua tarea de reconstruir, La Segunda sorprende con su editorial de este jueves, donde -apoyada en un dato técnico- afirma que nada de eso es cierto, y que de hecho los inversionistas pretenden seguir metiendo plata en este confín del mundo.

Según el vespertino, de acuerdo a los Credit Default Swaps o primas por riesgo de quiebra, antecedente que mide el riesgo país, Chile alcanzó esta semana un índice “68,7 para los instrumentos a cinco años”. Qué decir esto, que en el fondo, invertir en Chile es de muy bajo riesgo, al nivel de países emergentes como República Checa o Corea del Sur.

Por eso que La Segunda sostiene que “el juicio del mercado no se condice con el páramo que han intentado dibujar algunos prohombres de la política”. Al respecto, cita por ejemplo las afirmaciones de los expresidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, y la del exministro del Interior, Jorge Burgos.

Como para redondear la idea, agrega que “no está de más escuchar con cierta frecuencia, las voz de aquellos que han ejercido responsabilidades de las envergadura de la Presidencia de la República o el Ministerio del Interior. Tampoco despreciar el daño que la frivolidad de la clase política y cierta chapucería del Gobierno han hecho a distintos aspectos de nuestra convivencia. Pero conviene también calibrar esos juicios (…) la táctica de aparecer como profetas del Apocalipsis, para ofrecerse luego como salvador de la patria, es más vieja que el hilo negro. Un verdadero riesgo país sería dejar de observar los datos y tomarse excesivamente en serio a los agoreros obnubilados”.

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