Cultura
3 de Marzo de 2017Escritor mexicano: Sin el siglo XIX no se entiende que un payaso haya llegado a la presidencia de Estados Unidos
Lo peor que puede pasar dice Jordi Soler, es que al presidente estadounidense "le salga bien, porque eso va a dar alas a la ultraderecha europea; Marine Le Pen está esperando los éxitos de Trump para triunfar en Francia".
Compartir
Jordi Soler presenta “El cuerpo eléctrico”, novela que sitúa en una época en la que Estados Unidos vivía el florecimiento de un “capitalismo salvaje” que explica el hecho de que, años después, un personaje como Donald Trump haya podido llegar a la Casa Blanca, asegura el autor mexicano.
“Si no se está al tanto de lo que pasaba en EE.UU. en el siglo XIX no se entiende el fenómeno de Trump, cómo es que un ‘showman’, un payaso, puede llegar a la Presidencia”, afirma el autor (La Portuguesa, Veracruz, 1963), recordando que el magnate invirtió “su dinero y su poder” para llegar a la Casa Blanca.
La novela cuenta la historia de Cristino Lobatón, un diputado mexicano que ve en la liliputiense Lucía Zárate una oportunidad para hacer fortuna en el país vecino y, más tarde, se involucra en el mundo del tráfico de opio.
Zárate, que sí fue un personaje real y fascinó a los estadounidenses de la época con su pequeño tamaño, fue solo el punto de partida para crear a su alrededor una historia más compleja en la que Lobatón, sacado de la imaginación de Soler, reflejaría lo que estaba ocurriendo en EE.UU. en la segunda mitad del siglo XIX.
“Lobatón en la tierra del capitalismo salvaje podía conseguirlo todo, en ese país si tienes dinero y poder puedes ser incluso el presidente de ese país, como lo ha demostrado Trump”, señala el escritor.
Si se tiene en cuenta que “la forma de ser de los países es una construcción”, dentro de EE.UU. “se inventó la tierra donde todo vale”: “Cuando son ricos pueden comprar todo, todo está permitido, por eso es un territorio radicalmente distinto del mundo hispano”.
En México, por ejemplo, sería “difícil” que ocurriera algo semejante, porque “al ser un país católico y afrancesado la relación con el dinero era desde el judeocristianismo”, y se tenía de él una percepción más negativa.
“El cuerpo eléctrico” narra cómo Lobatón se da cuenta de que puede aprovechar el tren que usa para los traslados de su espectáculo circense para mover el opio a lo largo del país con la ayuda de un grupo de chinos.
En esa época, “el opio no era un tema de salud pública, era un tema de racismo, lo que molestaba en realidad eran los chinos”, defiende el también autor de “Ese príncipe que fui” y “Diles que son cadáveres”.
Afirma que “a los gobiernos de los estados les daba igual que los hombres de los poblados se idiotizaran con el opio, les daba igual, el problema era que estaban beneficiando a los chinos”.
Soler vuelve a ver en este sentido un paralelismo con lo que ocurre en la actualidad, ya que “de pronto el problema de EE.UU. son los inmigrantes en general, concretamente los mexicanos; es un delirio del tamaño del racismo contra los chinos en el siglo XIX”.
Actualmente, además, ha habido un “revival de los opiáceos; hay una plaga en EE.UU. y Canadá de chicos con sobredosis”.
“Había en Twitter un chiste que decía ‘dejen que Trump construya su muro, en una semana todos los adictos con mono lo van a tirar para que pueda pasar la droga’. Y no es tan chiste”, señala el autor.
Soler vive en Barcelona, pero lleva un año residiendo temporalmente en Canadá, desde donde ha seguido de cerca lo que está ocurriendo en EE.UU. porque le parece “apasionante”: “Repugnante también, pero es un episodio, un momento histórico muy interesante”.
Subraya su interés por quienes votaron por el republicano, que “no están locos”, sino que “confían” en él por su discurso y porque piensan que “va a poner las cosas en orden”.
Y lo peor que puede pasar, agrega, es que al presidente estadounidense “le salga bien, porque eso va a dar alas a la ultraderecha europea; Marine Le Pen está esperando los éxitos de Trump para triunfar en Francia”, opina el autor.