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Nacional

23 de Junio de 2018

Revelan los últimos mensajes de Nicolás Scheel, el alumno del Alianza Francesa que se quitó la vida

"Para los del colegio valgo callampa. Si estoy muerto no se preocupen por mí, en verdad... Me gustaría que les dijeran a todos que si no les importaba yo ¿para qué van a hacer un minuto de silencio? ¿Qué les va a importar mi puta vida? Colegio cu..., sabís qué, sinceramente, lo odio. Ustedes me quitaron mi sonrisa. Me la quitaron", dice el joven en uno de los tres audios que fueron expuestos por sus padres -Gerardo y Ximena- dentro de un reportaje publicado hoy por la Revista "Sábado".

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La revista Sábado trae hoy entre sus páginas un reportaje que contiene los últimos mensajes que dejó en su celular Nicolás Scheel, el joven estudiante de la Alianza Francesa que se quitó la vida hace 10 meses.

De acuerdo al medio, uno de los audios dejados por Nicolás en su Mtorola afirma lo siguiente: “Hola, soy yo, Nico, diciendo una última cosa… que no sé… que he tomado una decisión… y cuando uno toma una decisión se cumple… porque lo pensé y porque lo voy a hacer… y eso. Es la última vez, estoy sereno… Ojalá que no sea tan malo”.

Este y otros audios que dejó fueron grabados la madrugada del 31 de agosto cerca de las 2:24 horas. Cerca de las 4:30 horas el joven se quitó la vida, según el informe de la Fiscalía Metropolitana Oriente.

Su padre, Gerardo Scheel, cuenta a la revista “Sábado” que “el comenzó a grabar estos audios dos días antes, el martes 29”.

El ingeniero de profesión precisa que en el smartphone de su hijo encontraon 7 mensajes, claro que a la revista sólo le permitieron escuchar tres.

En uno de los audios Nicolás habla del duro proceso que vivió luego de que su colegio lo suspendiera por 9 días e incluso hiciera una denuncia ante Carabineros después de que un inspector lo sorprendiera en el baño con marihuana.

“Para los del colegio valgo callampa. Si estoy muerto no se preocupen por mí, en verdad… Me gustaría que les dijeran a todos que si no les importaba yo ¿para qué van a hacer un minuto de silencio? ¿Qué les va a importar mi puta vida? Colegio cu…, sabís qué, sinceramente, lo odio. Ustedes me quitaron mi sonrisa. Me la quitaron”, dice un audio.

Al respecto, su madre, Ximena Maza (61), reconoce que “cuando oí los audios fue tremendo, estremecedor, escuchar su voz ahí… En esos audios habla de las cosas que le preocupaban. En algunos, está muy rabioso”.

En el tercer audio sobre la mesa, se escucha a Nicolás afirmar que “si alguien dice que me maté por culpa de la yerba… péguenle un cacho”.

Su padre agrega que “me duele demasiado. Escuchar a mi hijo ahí, sintiendo la angustia, pensando en lo que iba a hacer, me hace mal. Es como que reviviera lo mismo, de nuevo, igual”.

A renglón seguido reconoce que “él hizo esto, y lo supo todo el colegio. Toda la comunidad de padres, algo que tenía que ser anónimo… Todos supieron que era él y que se lo habían llevado del colegio los carabineros. Fue muy humillante”.

Respecto al examen toxicológico que descartó que Nicolás tuvera alcohol, drogas o medicamentos en el cuerpo, su padre recalca que “él no tenía nada, estaba totalmente limpio, mi hijo no era un drogadicto ni un traficante como quisieron hacerlo ver”.

En otros pasajes, asegura que “sigo convencido de que lo del colegio fue la gran causa. Seguramente, habían más cosas, pero este fue el hecho que lo detonó.

Su madre, en tanto, resaltó que “lo que más me llamó la atención es que él se suicidó en frío: no había alcohol, ni marihuana. Ningún somnífero, nada. Yo siempre he sabido que los suicidas se envalentonan con algo. En el caso del Nico no fue así”.

Gerardo cuenta también que su hijo “me dijo que me había fallado, que sus hermanos eran todos exitosos, que él era el único hijo cacho por lo que había pasado. Yo le dije que no, que no era así. Hasta el último momento le hice cariño”.

Al ser consultado por si se le pasa por la mente denunciar al colegio por el protocolo de acción ante la situación de su hijo, contestó que “no hemos tomado ninguna decisión de demandar al colegio, toda la gente me pregunta eso. Incluso profesores y apoderados del colegio me dicen que lo haga. Pero es algo que aun estamos conversando con el abogado”.

“Lo único que me atormenta es ese último minuto, cuando se arrepintió, porque yo creo que él se arrepintió, y yo no estuve ahí para ayudarlo. No estuve”, se lamenta una y otra vez su padre.

Ximena Meza, a su vez, relata que “me siento exactamente igual a cómo me sentí el día en que se suicidó, este dolor no pasa. Uno se aísla, evita estar con gente, porque tampoco está tan dispuesta a compartir y a estar en una sintonía tan distinta con los otros. A mí nada me hace reír”.

Añade que “hoy trato de atesorar los momentos gratos que vivimos. Tengo miedo de que se me olviden. Cuando paseábamos y salíamos a los parques nacionales. Cuando estábamos en la casa, cuando era chiquitito. Los aprendizajes que tuvimos juntos, los míos y los de él. Solo tengo fotos de él, no juntos, y me arrepiento. Uno tiene que guardar recuerdos de los hijos grabados, porque nunca se sabe cuando lo podría perder. Grabaciones de voz, videos. Yo ahora me recrimino por eso. ¿Por qué no lo grabé, por qué no le saqué más fotos? Sobre todo debí haber grabado los viajes… Hace dos veranos fuimos a Conguillío, habíamos ido diez años antes y le saqué una foto en la misma roca donde le había sacado a los dos años. Él no quería ponerse ahí, pero al final lo hizo”.

En otro momento, la mamá de Nicolás indica que su hijo “no era un adolescente aproblemado. Era un adolescente que se aproblemó y que no supo manejar una situación terrible, que era la de haber sido expuesto a toda la comunidad con esto. Él nunca había sufrido una caída, era un niño al que le iba bien en el colegio, que siempre hizo todo bien, y esto no lo supo manejar”.

“De lo único que me arrepiento, de verdad, es de haberlo matriculado en ese colegio y no en el San Ignacio, que estaba a dos cuadras de mi casa. Lo matriculé en la Alianza Francesa porque era laico, y yo, a pesar de ser católica, lo que quería es que a él no lo moldearan en términos religiosos, que fuera libre de elegir su camino. Ese era un valor tremendo para mí, pero ser un colegio laico no significa que los niños estén desamparados”.

“Los primeros seis meses no podía entrar a la pieza del Nico, era muy fuerte. Pero hace tres semanas pude entrar, ver sus juguetes, ordenarlos, ponerlos en cajas: sus legos, su tanque a cuerda, sus dinosaurios. Algunas cosas ya las regalé, otras no”, es el ultimo comentario de Ximena al término del reportaje de Sábado.

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