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Cultura

28 de Junio de 2019

“No soy tu muñeca”: El subtexto feminista en Evangelion

El viernes pasado Netflix subió a su plataforma Neon Genesis Evangelion, la recordada serie de animé del estudio Gainax​ lanzada en 1995. Aunque su reestreno generó expectativas, las críticas de los fanáticos y viudos de la ficción apuntaron directamente al doblaje y la eliminación de su emblemático ending. 24 años después de su debut, la escritora Jacqueline Herrera aborda en su libro ‘Kawaii: blondas, sesos y caramelos’ la fuerza de personajes como Rei, Asuka, Misato y Ritsuko, y los discursos feministas del meca existencialista por excelencia.

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Si bien las mangakas Clamp (famoso cuarteto femenino de dibujantes japonesas de manga) habían trabajado sobre invertir el rol de género de sus personajes, en Evangelion se da que el típico trío protagonista (el joven entusiasta, la amiga enamorada y el callado y asertivo) está inverso. Shinji es un joven que no tiene nada especial emocionalmente, es normal, cosa que molesta profundamente al fan o espectador común de este tipo de sagas. Es más, dentro de la triada, se puede calificar que Shinji es la chica tímida y enamorada del protagonista energético, en este punto Asuka. Ella queda mentalmente destruida tras un ataque, incumpliendo también la premisa de auto superación del personaje.

Rei se establece también desde ser el asertivo, y lo cumple, su desafío viene a que, aun siendo un clon, adquiere autoconciencia y voluntad propia. “No soy tu muñeca” le dice a Ikari Gendo, y rechaza el destino para el cual fue mantenida.

Además, acá hay varias situaciones que son distinguibles dentro del género mecha. Misato y Ritsuko cumplen funciones que escapan de lo habitual dentro de los códigos del animé, siendo la Primera Capitán y Directora de Operaciones de la milicia privada. Este puesto no se consigue a los 30 años, y menos el manejo de situaciones imposibles que tiene. Destaca también su sexualidad abierta, desinhibida, y su lado oscuro vendría a ser su alcoholismo y su incapacidad de asumir responsabilidades de la vida cotidiana. No es un personaje de relleno, pese a ser secundario, y al ponerle tantas aristas se logra uno de los caracteres más desarrollados y completos que hay.

Ritsuko Akagi y su madre, Naoko, es el discurso de lo que es ser mujer. Hay un capítulo donde se hablan a través de cartas, donde se cuentan cosas de la vida diaria, y reflexionan en torno a situaciones que tienen que ver con lo femenino. Tal vez donde los otaku no son feministas, o las feministas no ven animé. Lo que sí tengo claro es que el capítulo 13, llamado “La invasión del ángel” pasa absolutamente desapercibida para la crítica. Naoko reflexiona en torno a la construcción de Magi, el supercomputador que maneja todos los dispositivos de Nerv, y lo plantea como tres centrales distintas, de pensamiento autónomo, Gaspar, Melchor y Baltasar. Estas tres centrales jamás pueden ni deben estar de acuerdo. Naoko compara este sistema con sus tres formas: ser madre, ser mujer y ser científico. Estos tres aspectos siempre están en permanente conflicto. Se dice que está basado en los dichos de Marie Curie sobre su situación. Su ser mujer no tiene diálogo con la científica, a pesar de todo su conocimiento y genialidad cae en la trampa de Ikari, quien la mantiene enamorada con el fin de tener el control sobre su creación, y acaba matándola. Es el mismo error que comete Ritsuko más tarde. Ese ser mujer, es esa posibilidad de la renuncia lo que marca el capítulo, el ver el amor como la equivocación y no la salvación ni el motor de ánimo lo que lleva a la pérdida finalmente.

Es Ritsuko la que termina la programación de Magi, y quien habla del conflicto con su madre. En ella la maternidad la entendemos desde el reflejo, pues lo relata cómo “la hija de”. Nunca estuvo de acuerdo con la parte mujer de su progenitora. Lo que me parece genial es que en animé las madres nunca están, son invisibles, y que aquí aparezca en primer plano esta discusión del conflicto desarrollo personal/maternidad es tremendo, porque es el gran tema que se debe haber dado en Japón tras el ingreso masivo de profesionales mujeres al mundo. Ya hemos explicado que es uno de los países con peores leyes que apoyen a la familia o la maternidad, no hay pre ni post natal y si hay que despedir a alguien se prefiere a las madres. Aparte que los niños deben ser inscritos como dentro de la libreta de familia, lo que deja fuera del sistema a los nacidos fuera del matrimonio. Apenas tienen sus bebés, son empujadas a abandonar el empleo para ocuparse de la familia.

Entonces, cualquier visibilización del conflicto es doblemente potente. El otro punto por el cual destaco tanto es porque en el shōjo está casi prohibido hablar de los sentimientos adultos, es como que todo debe estar centrado en la experiencia del amor y del crecer. Es raro ver animé que hable del dolor de ser madre, o más allá, de la aceptación de dicha maternidad. Naoko y Ritsuko son, desde muchos puntos de vista, pioneras en la situación de mostrar el conflicto entre hacer ciencia y ser mujer.

La otra “maternidad” de Evangelion es la representación del EVA como útero donde el piloto se encuentra a salvo…. Menos en el caso de Asuka. Dentro de la idea cyberpunk del EVA como un organismo humano, cuya armadura sirve para contener y esconder la forma, la cápsula donde se inserta el humano es una suerte de placenta, llena del líquido amniótico que permite al piloto-bebé respirar, que se vuelve denso ante la contaminación, y que protege de movimientos bruscos. Esto en el plano de la Nueva Carne como teoría expresa el deseo de ser a la vez creador y creatura, de poseer ese poder y de la imposibilidad de domesticación del mismo, a través de la ruptura de los anclajes. El aborto, cuando Shinji es tragado y desaparece de la cápsula, se le da por muerto. El aborto cuando daña a propósito a Ayanami, como figura retórica, funciona.

Jacqueline Herrera
Kawaii, blondas, sesos y caramelos
140 páginas
Biblioteca de Chilenia

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