Opinión
3 de Septiembre de 2019Los remedios de las derechas siempre terminan siendo peor que la enfermedad

"La derecha que representa fielmente Ricardo Lagos, quita el sueño a los deudores universitarios. Jóvenes de todo Chile que deberían estar pensando en cómo desarrollar el país con más innovación, ciencia y tecnología en función de las características particulares de cada región, hoy están angustiados y angustiadas por llegar a fin de mes", escribe Jean Flores Quintana.

Jean Flores Quintana
Jean Flores Quintana
Consejero Metropolitano Partido Comunes
El razonamiento lógico nos indica que jamás llevaríamos a nuestros hijos donde el médico negligente. No confiaríamos la vida de nuestros seres amados a una persona incompetente. Usted y yo lo sabemos. No obstante ocurre, y más a menudo de lo que quisiéramos. La génesis de esto, está en la política.
Los pobres no podemos elegir el médico que nos atenderá cuando corramos al hospital por alguna urgencia propia o de la prole. Otros eligieron por nosotros, condenándonos a la espera, postergación y la muerte, tal y como ocurre con todos nuestros derechos transados en el mercado. El capitalismo salvaje, promovido y defendido por las derechas chilenas, atenta contra las conquistas sociales, políticas y económicas.
Para muestra un botón. Millones de chilenos y chilenas han manifestado su rechazo a las AFPs el sistema de pensiones miserables ideado por Piñera, el mayor, el ministro de Pinochet. Los del pelo gris, y los que vamos para allá, decimos que no se puede vivir con jubilaciones que bordean los 120.000 pesos. Los viejos y las viejas prefieren morirse antes de seguir condenados al hambre. Y cuál es la respuesta del ejecutivo? La propuesta del otro Piñera, el que se dio a la fuga después de estafar a los clientes del Banco de Talca, es que los jubilados sigan trabajando. Hace algunos meses el gobierno lanzó un programa que le asegura el negocio a empresarios que contraten personas mayores. Por cierto, no se trata de emprendedores o almaceneros del barrio, estamos hablando de los dueños del capital financiero. Con esto, esos pocos que ganan harto, todos nosotros les pagamos por seguir explotando a nuestros padres, tías y/o abuelas. Los remedios de las derechas siempre terminan siendo peor que la enfermedad.
La derecha que representa fielmente Ricardo Lagos, quita el sueño a los deudores universitarios. Jóvenes de todo Chile que deberían estar pensando en cómo desarrollar el país con más innovación, ciencia y tecnología en función de las características particulares de cada región, hoy están angustiados y angustiadas por llegar a fin de mes. Los pocos que lograron su desarrollo profesional, seguro están concientes de los millones de precarizados que viven boleteando a honorarios, manejando Uber, repartiendo comida en bicicletas, viendo pasar sus sueños en un cubículo de call center y consumiéndose en la frustración. Sin derecho a planificar sus vidas. Mientras los mayores reclaman por mejorar sus pensiones, cientos de miles de jóvenes ni siquiera hemos cotizado.
Cualquier modificación estructural que promueva la equidad y justicia social, atenta contra los intereses de las derechas. Mientras menos derechos podamos ejercer los pobres, más ganancias tendrán los ricos. Así de simple.
El sistema neoliberal chileno, dibujado por el pinochetismo y pintado por el concertacionismo, condenó a la clase explotada al endeudamiento y la infelicidad; tenemos acceso a todo pero en realidad nada es nuestro, ni nos permiten vivir tranquilos. Tenemos acceso al agua, pero en el norte la venden con mierda y en el sur con petróleo; existe acceso a la salud, pero cientos han muerto en salas de espera; hay acceso a la vivienda, pero millones viven hacinados y el resto paga arriendos usureros; existe acceso a la educación, sin embargo, estamos condenados a la deuda y luego a empleos precarios; tenemos acceso al transporte, pero con el sueldo promedio que se percibe en Chile debemos decidir entre evadir o comer, tenemos acceso a la información pero no a la verdad.
El espacio para transformar el estado actual de las cosas es el terreno de lo político. Nos intentan hacer creer otra cosa pero la democracia social, económica y política es posible. La dictadura del capitalismo sólo podrá ser derrotada con la unidad de los sectores precarizados y oprimidos por las derechas. Nuestros enemigos de clase son los dueños del capital y de la propiedad.
Hoy, los pobres no podemos elegir qué médicos nos atenderán, pero si, con unidad y responsabilidad podemos elegir las transformaciones que requiere el país y hacernos parte de ellas; podemos ejercer nuestra cuota de poder y dar cara a las estructuras dominantes.