Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

26 de Septiembre de 2019

Juicio político a Trump: una granada que puede explotar en las manos

Agencia Uno

¿Qué hay detrás y a quién favorece este juicio político? Se trata de limpiar el vómito, de poder respirar sin sentir ese olor nauseabundo que emana del poder en Washington.

Gustavo Gac-Artigas
Gustavo Gac-Artigas
Por

La presidenta de la cámara de diputados de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, anunció con palabras sumamente medidas para que no pareciera politiquería que el Congreso comenzará un proceso de destitución al presidente Trump. Con mucha calma repitió varias veces que el actual presidente ha violado la ley, que nadie está sobre la ley y que la democracia es un bien que hay que cuidar. Y tiene razón, quien viola la ley debe ser enjuiciado.

Se esperaba, se discutía sobre su oportunidad, pero la actitud del presidente, su arrogancia, su soberbia, su falta de apego a la ley, el creerse todopoderoso, el abuso de poder, el ignorar la realidad, el aislar al país, el desatar una insensata guerra económica que hace tambalear al mundo, su discurso enfermizo anti inmigrante, aislacionista y racista, su ambición desmedida, llegaron a un punto tal que sobrepasó la nausea, se volvió vomitivo y rompió el muro de contención.

Nancy Pelosi anuncia el impeachement a Donald Trump

Dicho esto, ¿qué hay detrás y a quién favorece este juicio político?

Se trata de limpiar el vómito, de poder respirar sin sentir ese olor nauseabundo que emana del poder en Washington.

Pero el limpiar el vómito ¿elimina a quien vomita?, ¿elimina las causas del mal? 

Y nuevamente me surge la pregunta ¿qué hay detrás y a quién favorece este juicio político?

El tenor de la campaña electoral seguramente cambiará; el campo de las ideas podría transformarse en una insensata guerra civil entre dos bandos. En uno, con una base escasamente pensante movilizada por discursos de grandeza, de odio, de sentimientos irracionales, predominará un griterío ensordecedor, la provocación, fértil campo de batalla para el actual presidente. Y ese campo de batalla donde el diálogo, la confrontación de ideas no tiene cabida, donde la consigna predominará sobre el análisis, lo puede llevar a un nuevo triunfo, al menos así lo piensa.

En el otro bando predominará la denuncia al rompimiento de la legalidad, la defensa de la constitución, de la ley, de los valores y se buscará utilizar la palabra quirúrgica, medida y certera, llamando a los votantes a limpiar el vómito y sacar al enfermo de la Casa Blanca para regresar a la calma del pasado.

En ambos bandos se buscará aglutinar las huestes, unificar tras el sonido del clarín llamando a la batalla, establecer un mando único no sea que los combatientes se dispersen.

Pero nuevamente me pregunto ¿al final a quién favorece este juicio político?

El foco de la campaña electoral puede cambiar en 180 grados.

Se enfrentará el patriotismo a un supuesto antipatriotismo de la globalización, el “desde el sur nos invaden” será grito de guerra, el “quieren atacar nuestros bolsillos quitarnos lo tan duramente ganado” será grito de alarma y el ataque será resistido tanto por los multimillonarios como por los Juan Verdejo que hacen cola en la seguridad social clamando por una ayuda.

La respuesta en el campo demócrata será el repetir lo que todos sabemos sobre el reyecito, un regresemos al statu quo, cuidemos la democracia, desgraciadamente no a un avancemos en la democracia, superemos el pasado, sobrepasemos el pasado. Cuidar la democracia, a mi entender, significa desarrollemos la democracia, los derechos de cada individuo así tengamos que renunciar a algunos privilegios, abramos las puertas al futuro o el futuro nos pasará la cuenta.

Protestas contra visita de Trump a California
Septiembre 2019

¿A quién favorece este juicio político que probablemente morirá a manos de los republicanos y no llegará a destronar, perdón, destituir al presidente?

No a aquellos que quieren cambio, que quieren barrer con el vómito y con la existencia de una desigualdad vomitiva, que quieren abrir las puertas de las universidades a todos independientemente de su raza, origen o medios económicos, que quieren prohibir las armas de guerra y sacarlas de las calles y devolverlas a su lugar: el ejército o ser fundidas en un monumento a la paz, que quieren un sistema de sanidad universal justo para todos, que quieren una distribución de la riqueza de la que podamos estar orgullosos.

No a los jóvenes que luchan por salvar el planeta, cuya lucha pasará a segundo, tercer o cuarto lugar y no se hablará del problema hasta que sea demasiado tarde y ya no se pueda cambiar nada y esta nueva masacre será la última.

¿Al “establishment“?

¡Bingo! Sí, si dejamos que la granada explote en nuestras manos y dejamos que se desvíe la discusión entre los precandidatos demócratas sobre lo que realmente importa en las próximas presidenciales: la necesidad de un cambio. 

Sí, si no nos abrimos una discusión más importante para nuestro futuro deseando que el ruido de los tambores de guerra no oculte los gemidos de la realidad de un sistema tan, pero tan desigual. Que se hable de las heridas de una América que se desgarra y se propongan soluciones, que los candidatos se comprometan seriamente y no solamente con palabras huecas a acabar con el poder del dinero que llevó a Trump y a tantos otros al poder. Dinero que al igual que el actual presidente hace sentir su poder y se siente llamado a regir por los siglos de los siglos el destino de los Estados Unidos.

Finalmente, espero usted se pregunte: ¿a cuál, o cuales, de los candidatos favorece este juicio político? Yo, yo no tengo la respuesta, solo preguntas, entre ellas el ¿cómo separar el vómito de la enfermedad para que la pesadilla queda atrás?

Gustavo Gac – Artigas

Escritor y director de teatro chileno, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, residente en los EE UU.  

Notas relacionadas