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Reportajes

13 de Noviembre de 2019

Dele cotelé, con todo si no pa qué (O la politización de lo Flaite)

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El vecino era choro, estuvo en cana y se hizo canuto. Pero cuando observó a sus demás vecinos cargados con mercaderías, a medianoche, cajas al hombro, carritos de feria, mochilas de montaña, gritó: VECINOS YO NO PUEDO ROBAR PORQUE EL DE ARRIBA ME ESTÁ MIRANDO, PERO SI QUIEREN IGUAL LES PRESTO EL AUTO. Así que este vecino se pegó tres piques al supermercado más cercano y trajo pañales, leche en polvo y sacos de comida para mascotas que repartió entre los que estuvieran presentes y tuvieran necesidad de estos productos. Sólo se dejó para él dos kilos de whiskas para su gato Abraham. 

Estamos en la esquina de La Serena con Santo Tomás, esquina que reúne a una comisaría de pacos, un CESFAM, una compañía de bomberos y una de las ferias libres más extensas de la zona, los domingos supera los 6 kms de extensión. Aquí vivimos personas de La Granja y La Pintana. Aquí crecimos y aprendimos a amar.

Es domingo 20 de octubre y la feria es esplendorosa. Todos hablamos de lo mismo y la variedad y los precios bajos este día son abundantes. Hay farmacias y ferreterías sin mediadores. Son las 1:50 pm y de un auto blanco sin patentes se baja un grupo de hombres con máscaras y golpean a feriantes sin-mediar-provocación-alguna, se comienza a correr entre la gente la voz y el caos de que comenzará el saqueo a la feria. Los ferianos más choros sacan sus cuchillos y sables y van en búsqueda de los saqueadores, pero éstos ya no existen y los carabineros de la comisaría, a las 2:02 pm, comienzan a lanzar lacrimógenas a la gente, una de ellas provocó un amague de incendio en una casa, los feriantes comienzan a lanzar lo más rápido posible sus mercaderías a sus camionetas, en un desorden que daña sus productos, los vecinos aledaños comienzan a ayudar a los comerciantes a resguardar sus cosas y a desarmar los puestos, nos rodea un helicóptero de pacos a baja altura, gritamos, intentamos darnos instrucciones, no hay certeza de nada, sólo que son las dos y media de la tarde y los ferianos ya se han ido, se han arrancado, por primera vez, tan temprano. Nunca nadie había atacado la feria, nos decimos.

¡CUIDEN A LA MADRE FERIA!, grita la vendedora de botones mientras intenta entre el caos y el tráfago recoger su mercancía. Un piño se planta frente a la comisaría. Pacos culiaos, cómo se les ocurre, somos pueblo, hay familias, hay niños. Nunca en nuestra corta historia de pobla nos habían atacado así. Nos comienzan a llegar noticias de otras zonas. Otras ferias, a esta misma hora, también han sido atacadas. 

Nunca la calle había quedado con tanta basura después de la feria. Los que se creen traficantes, que son una versión “caja vecina” de lo que de verdad es un narco, también están nerviosos, se acercan al piño de vecinos que comienzan a organizarse y nos dicen: CABROS, CUALQUIER GÜEÁ CUENTEN CON NOSOTROS

Nos reunimos, se conversa: estamos frente a los pacos y a ellos les conviene que nosotros prendamos fuego, los ataquemos con piedras y ellos así tapen la población a balazos, como todos los 11 de septiembre, como todos los 29 de marzo. No es inteligente, dice una vecina lesbiana, flaite y feminista, quien lidera con agudeza las acciones del piño de vecinos. Se hace un llamado puerta a puerta y los mismos vecinos comienzan a barrer la basura de la feria. Una vecina llega diciendo que los pacos dieron permiso para saquear en Santa Rosa, donde está el Mayorista 10 y el Construmart, y que el Santa Isabel también está tirado. Los últimos ingenuos del saqueo, (¡NO SE REPRIMAN!, les grita un vecino arrastrando las jabas), entran a los súper donde han comprado por años para ejecutar un robo hormiga, donde han metido carnes y copetes debajo de las ropas, en los coches de guagua, supermercados ahora desmantelados, en cuyos suelos viscosos es fácil caer si se corre, supermercados como animitas, todo abierto, todo roto, todos los que quieren salvándose como puedan: un hombre azota contra el muro un lavaplatos de acero inoxidable en la panadería del súper gritando: ¡ES MI CUMPLEAÑOS, ES MI CUMPLEAÑOS!, ya no hay mercancías y el valor de las cosas es por su peso en metal. 

Los vecinos se juntan afuera de los súper. Se datean. Que en Santa Rosa está la mano. Que el Mall Chino se está por tirar, que el Líder ya era y que entraremos a vitrinear un ratito por acá. 

Son las 5 de la tarde. Un vecino llega en triciclo y comienza a regalar botellas de ron y nos dice con la cara llena de alegría y orgullo, que a sus 20 años, ya tiene Nestún para su hija, por lo bajo, para 6 meses más, que salud por eso. 

La basura está reducida y una columna de humo nos hace sombra desde el poniente. Los bomberos nuevamente salen a misión. Al toque nos enteramos por los teléfonos: el Mayorista 10 y el Construmart de Santa Rosa están ardiendo. Un vecino nos dice: güeón, pa qué chucha van a quemar esas güeás? Más que cuesta conseguir bencina y gastarla en eso? 

Los vecinos dicen que hay toque de queda. Pichula con el toque de queda, dicen. Un bombero, medalla dorada al pecho (los vecinos sabemos que los bomberos no son de esta población y que allí hay ratis, hay pacos, hay empresarios chicos jugando a la labor “social”) sale casa por casa diciendo que una “turba” de la población El Castillo viene hacia nosotros para saquear las casas. Hay vecinos que lo detienen, le preguntan su nombre (no lo da), le preguntan que quién le dijo eso, responde: nos dijeron por radio. SALE DE AQUÍ PACO CONCHETUMARE O TE TOMAMOS PRISIONERO POR ANDAR METIENDO MIEDO A LA GENTE, le dice una vecina.    

Es de noche y no hay turbas. Los vecinos comparten sus recuperaciones. Se juega fútbol, se juega tenis frente a los pacos. 

Estamos todos afuera de las casas. Llevamos 28 años en esta población y nos estamos recién conociendo. Pablo Chill-e y Yohancito a todo chancho por los parlantes, “no me hablí como choro y dale cotelé”, Rosalía, Bad Buny, Los Prisioneros y Sol y Lluvia, los piños de lo pasajes compartimos cigarros y copetes y preguntamos y respondemos qué es una Constitución, qué es el Estado, cómo se define una patria, que cómo se genera el valor de las cosas, que cómo se le pone precio al tiempo de un trabajador. Y entre cripi y ron pirata se discute si es legal que las cosas tengan dueño, que cómo alguien puede decir que esas montañas son de él, y arriba del balón gugleamos datos, nos mostramos los videos de los milicos disparando por todo Chile, y decidimos cuidarnos y comenzamos a tratarnos con cariño y nuestras palabras ya no son de desconfianza ni competencia en choreza.  

Son las 8 de la mañana del lunes 21 y la basura de la feria del día anterior es nuestro paisaje. Un vecino que se hizo amante de su vecina en la barricada, de las hermosas madres solteras que estudian y trabajan, atina y cruza a la panadería para llevarle marraquetas y huevos a su querida. Allí se encuentra con un bombero que le coquetea a la hija del panadero que atiende a esa hora. El bombero le dice, jactándose, como héroe apoyado en la vitrina de las cecinas: yo estuve ahí, acabé con todos los siniestros, hace dos días que no duermo y no he faltado a mi trabajo como guardia en un banco del barrio alto, ser bombero es duro, uno lo hace por vocación, etc. Hermano, usted es bombero?, pregunta el vecino. Claro que sí, vecino. Usted estuvo ayer en el Mayorista 10 y en el Construmart? Que si estuve ahí? Me he duchado dos veces y aún no me saco el humo de encima, dice. Y usted como bombero qué piensa de estos incendios? Qué buena pregunta, vecino, porque yo a ella le estaba explicando que esos incendios claramente fueron provocados con acelerantes. Pero si ayer nadie tenía bencina, usted cree que fueron los propios vecinos los que prendieron fuego? Bueno, nuestra capitán nos dijo que no dijéramos nada, porque somos nosotros los que mandamos los informes a la fiscalía, pa los abogados, cachai?, pero los bomberos estamos claros que esos locales no sólo ardieron con bencina, le dice el bombero, orgulloso, sonriendo a la hija del panadero. Entonces?, pregunta el vecino. Mi papá se preguntó lo mismo hoy, dijo la hija del panadero, pa qué quemar todo eso si ya estaba todo robado? Más encima los carabineros dejaron entrar a la gente, agrega ella. Nosotros estamos claros que hay gente interesada en que se quemaran esos dos locales y esos no son nuestros vecinos, dice el bombero. 

Tú eres nuestro vecino?, pregunta el vecino. No precisamente, vivo en Providencia, dice, allí tengo un depto chiquito y he aprendido a ahorrar y a ser… Entonces viste los dos cuerpos calcinados en el Construmart?, pregunta el vecino. En la compañía somos 6 bomberos con go-pro en los cascos y yo fui el primero luego del siniestro en encontrar los cuerpos. Y? Y qué? Cuenta po, tú erí el bombero, cómo estaban los cuerpos? Completamente calcinados, cómo más los íbamos a encontrar, pero sabe qué?, cuando uno se quema busca refugio, por mi experiencia en poblaciones la gente cuando no puede arrancar del fuego se refugia generalmente debajo de las camas, y si fenecen generalmente quedan en posición fetal o en rincones donde se constriñen, he visto gente que ha muerto abrazada debajo de sus camas, pero esas dos personas en el Construmart no estaban así. Y cómo estaban entonces? Así no más po, al aire. Cómo al aire? Tiraos, al fondo, en las bodegas, los fueron a tirar, se lo buscaron, eran ladrones, dice el bombero. Pero di la legal po, tú erí bombero, viví a menos de 100 metros de mi casa y no te conozco, a ustedes nadie en la población los conoce, dice el vecino. Pucha, vecino, eso lo sabemos, queremos que los vecinos nos quieran, somos la institución mejor ranqueada del país, bomberos chicos buenos (guiña un ojo, le toma la mano a la hija del panadero cuando recibe su jamonada), nosotros somos igual que ustedes, agrega él. No somos igual que ustedes, dice el vecino. El bombero se extraña, el vecino se enerva. POR QUÉ AYER SALIÓ UN CONCHADESUMADRE DE TU COMPAÑÍA A METERLE MIEDO A LOS VECINOS DICIENDO QUE LOS DE LA OTRA POBLA NOS IBAN A ROBAR? Vecino yo no lo he tratado así. NO ME DIGAI VECINO, VOH NO SOI MI VECINO. Disculpa amiga, dice el bombero a la hija del panadero, pero yo no voy a hablar con gente así. Nosotros estamos organizados y si llegamos a saber que los bomberos le están negando información a la pobla y le están chupando el pico a las fiscalías y a los pacos, estén claros que sus jerarquías culiás se van a ir a la chucha y esta Compañía será de nosotros, conchetumare. Ah, eres de los resentidos. Sí, y compro jamonada igual que voh. El bombero se va. Qué quiere, vecino? Le pregunta ella al vecino. Nada contra ti, amiga, pero si ese guatón culiao que se las viene a dar héroe nos está contando la legal, tratando a los muertos como delincuentes, no le compres, no le vendas, dice. Pero vecino no se ponga tan flaite, dice ella. Yo soy flaite, vecina, y quiero que nos digan la verdad, tú no? 

Lo flaite evolucionó de una denominación foránea, cuando podían denigrarnos con palabras y querían ponernos la bota del consumo encima, donde caímos como la masa que somos, sí, nos impusieron competencia, a desconfiar entre nosotros, a luchar por quién pone el parlante más fuerte cuando nuestro silencio para hacer el amor era ese en estos intentos de casa donde se escucha todo, a nosotros que cuando chicos nos dijeron que no dijéramos que éramos de La Pintana para conseguir trabajo, a nosotros que veíamos a nuestros papás y mamás llegar cansados y muchas veces sin cariño a nuestras casas para dormirse con la tele prendida, para toda esa gente que aún le molesta cuando se escribe la palabra FLAITE, les decimos: denominen a los pobres como quieran, digan cuma, digan guacho, digan roto, siempre les faltarán palabras para contenernos, ahora nos organizamos y somos flaites, nos autodenominamos así y a todo ritmo, andamos a puro cotelé funando a los pacos civiles que le quieren meter miedo a nuestra gente, organizados para luchar por la pobla y estamos víos de lo que queremos para Chile, las palabras ofensivas de la burguesía siempre se las vamos a dar vuelta, y está todo el proletariado más que vivo que de donde salen más palabras vivas es desde las cárceles, que es donde debieran estar los que chorean de verdad, y donde la información y las palabras se reinventan para que no sea reconocida por el enemigo: así que amigo clasemediero, más amarillo que lomo de toro (mi chaleco amarillo bateable), lo flaite es identidad y entre nosotros nos estamos queriendo caleta.

Como nunca antes.

Y cuando hay cariño los amantes inventan su lenguaje.

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