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Foto: Cubo Cubillos

Entrevistas

12 de Diciembre de 2019

Álvaro España, vocalista de los Fiskales: “Hace treinta años que no pasaba ni una hueá en este país”

Después de 12 años, Fiskales Ad-Hok prepara el lanzamiento de un nuevo disco. Se trata de “El Flagelo”, que verá la luz el próximo 15 de diciembre en el Teatro Cariola, cuestión que desde ya tiene un peso simbólico al quedar justamente a pocas cuadras de La Moneda. Sin embargo, su vocalista aclara que “no estamos para celebrar ni una mierda en este país”. Con pesimismo, muchas chuchadas y a punto de cumplir 51 años, Álvaro España analizó con The Clinic el estallido social y el papel que han jugado los músicos en las protestas. También explicó por qué considera punks a los jóvenes que integran la primera línea, entrega su particular visión sobre la nueva Constitución y habla sobre la funa en su contra que le hicieron en redes sociales.

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Van a sacar un nuevo disco después de 12 años.

– Sí, se llama “El Flagelo” y tiene una historia bien rara porque lo tenemos listo hace cuatro años y pasó por una etapa de altibajos de la banda… Como que en algún momento estábamos súper desconectados. Grabamos las bases del disco, pero no terminamos las letras. Después pasamos una crisis, quedamos sin sala de ensayo y tuvimos que comprar unos equipos nuevos, casi como empezar de cero. Ahí tomamos un nuevo aire. Empezamos a repasar el disco, le tomamos otro gustito, terminamos las letras, y nos pasó esa cuestión, que las letras tienen ene que ver con lo que está pasando en este momento, con la explosión o la crisis social que está viviendo el país. 

De hecho, en agosto lanzaron “Palo sin bandera”, un tema que es muy premonitorio de lo que vino dos meses después. ¿Cómo lo ven?

– Tiene mucha conexión. Pero viéndolo un poquito más desde afuera, nos llegan hartos comentarios que muchos temas que hicimos hace treinta años atrás, no sé, temas antiguos de Fiskales, todavía se mantienen súper vigentes y están hablando de las protestas o de las cosas que están pasando ahora en Chile. Nosotros siempre hemos dicho que cuando componemos las canciones, lo que tratamos de hacer, más que buscar soluciones o hacer propuestas, son fotos de lo que vemos, de la situación geográfica y política del lugar donde vivimos. Siempre con harta amargura, porque vivimos en un país donde somos hijos de una post dictadura, donde se supone que venía un cambio con la supuesta democracia que nunca pasó. Entonces he sacado conclusiones de que hace treinta años que no pasaba ni una hueá en este país ¿cachai? Que no ha cambiado nada. Entonces, seguimos cantando las mismas canciones y tristemente siguen estando vigentes. 


A nosotros nos sorprendió mucho lo de “Palo sin bandera”, que tiene que ver mucho con lo que detonó, por ejemplo, el estallido social, las quejas de la gente, de la mala gestión. En el mismo video se ve que están representados de alguna forma alegórica los movimientos de las mujeres, de los abuelos mal atendidos en un hospital, la salud pública, la mala atención de todas las instituciones públicas y del Estado respecto a la gente, en un país donde hay dos clases, unos pocos que son dueños de todo el país, y el resto, que son los que viven con lo justo y apenas, ¿cachai? Entonces, creo que simplemente es una macabra coincidencia.

¿Cuánto de punk tiene este estallido social?

– Siempre hemos dicho que el punk no lo vemos como un movimiento, sino más como actitud personal de vida, de cómo enfrentar la vida. Nosotros lo tomamos así, aparte que ya somos viejos, no tenemos la misma energía de cuando éramos pendejos, pero fuimos educados bajo la escuela del punk-rock y, puta, no sé si la palabra es punk-rock, es como la visión crítica del mundo ¿cachai? Lo que se está pidiendo ahora en la explosión social es lo que siempre hemos pedido nosotros. Creo que lo punk que puede tener, y también lo más lindo, es que no fue una cosa que pasó por una convocatoria de un partido político de izquierda, ni de los comunistas ni nada, sino que fue una reacción que se demoró mucho en llegar. Una reacción a treinta años, hueón, de que nos metan el pico en el ojo, se aprovechen de nosotros, de que ganen unos y los otros no. Esta reacción misma, estos tipos de la primera línea, la gente que va todos los días a Plaza Italia, los que no dan un paso atrás y los que siguen peleando cara a cara como héroes frente a los organismos represores del Estado, creo que eso es lo más punk que puede haber. Lo veo muy punketa. No tiene nada que ver con el punk con el pelo parado. Más que nada, es la reacción visceral del punk. 

Foto: Cubo Cubillos

¿Cómo ves tú a estas nuevas generaciones? Se dice mucho que no tienen miedo, a diferencia de los más viejos…

– Yo no lo veo tan así. Lo que pasa es que en un momento se perdió el miedo. Es una cuestión de hastío. Lo bueno es que los que detonaron eso fueron los más jóvenes, los tipos que saltaron el torniquete del Metro, ¿cachai? Pero se juntó también a la rabia. Nosotros como músicos, como Fiskales, siempre hablamos de esto y teníamos utópicamente el deseo de que alguna vez el pueblo se apestara, se rebelara y reventara. Pero también estábamos sumidos en un conformismo de pensar que nunca iba a pasar, que era solo un sueño de nosotros, los punk-rockers, o los hip-hopers o los que tienen letras con contenido social, que es como puta, algún día debería esto explotar, pero como que ya nos acostumbramos a, puta, esta hueá, la gente ya se acostumbró a vivir ahí, subyugada. Era un sueño, casi aceptando que nunca iba a pasar. Entonces, es tan bonito para nosotros que pase y tan inesperado que yo creo que también lo viejo tiene que ver con acostumbrarse a que no cambie nada, porque nosotros lo podemos hacer desde el punto de vista de la música, ser siempre radical en nuestra opinión y nuestras presentaciones, pero lo que necesitábamos es que esta reacción no fuera de un par de hueones que cantan hueás, sino que fuera una hueá social de todos, que fuera una verdadera explosión de hastío frente a una hueá injusta. Obviamente, tienen mucho más que ver los jóvenes, porque son los que no tienen nada que temer, los que perdieron el miedo, los que dieron el primer paso y alentaron al resto. Los más jóvenes, para nosotros, son como nuestros héroes actuales. Da lo mismo la pinta o el estilo.

¿Qué te parece que uno de los himnos de esta rebelión sea “El baile de los que sobran” de Los Prisioneros? 

-Si esos temas tienen vigencia, aunque hayan sido de los años 80, es porque en todos estos años no ha cambiado nada. Lo triste es eso, hueón, que pase tanto tiempo sin que cambien las cosas, que la gente se haya acostumbrado a que se la caguen. Supongo que también tiene que ver que ahora se empezaron a enojar más, porque empezó a caer el tiempo en que la gente se empezó a jubilar con la plata de las AFP. Llegó el punto en que ya tuvieron que ir a pedir la jubilación, que estuvieron dándole plata a los giles de la AFP durante muchos años, para después ver que te devuelven una cagá que no sirve ni para comer. Entonces, se juntaron todas esas hueás. Pero es triste, si sigue vigente es porque no ha cambiado nada, nos han tenido ahí, dándonos placebos para que vivamos tranquilos, dándonos créditos para que tengamos acceso a todo, ser esclavos de vivir pagando y, si te quedas sin pega, cagaste, y no tenís una seguridad social que te respalde, ni una salud pública que te respalde, ni educación de calidad. Entonces, puta, la vigencia de las canciones antiguas tiene que ver con los nulos cambios reales y avances sociales. Por otro lado, “El derecho de vivir en paz” también es una cosa linda, pero que sea una canción de Los Prisioneros y que sea lo que se usa como himno, para mí es un orgullo y es una hueá muy bonita. 

Foto: Cubo Cubillos

¿Te parece que no hay artistas actuales capaces de ser la voz de este movimiento? 

– Ayer hablábamos en una entrevista sobre el rol de los músicos en este momento. Incluso más allá de los músicos, todos los artistas en general, los de teatro, los de artes plásticas. Y yo creo que es tener opinión. Hay una hueá muy bonita que me ha pasado, si tú recorres por las calles de Santiago, ves en la esquinita a los hueones que sacan sus instrumentos a la calle y tocan para la gente. Hay una interacción más directa en tocar. Se han hecho caleta de hueás. Han organizado cosas como en Plaza Ñuñoa o en otros barrios, donde la gente sale a tocar a la calle gratuitamente, para apoyar el movimiento. Y eso es lo importante, más que haya una cabeza de la hueá, es que todos los que tienen que tener alguna relación con el arte, den su opinión, que tengan opinión política, social. Sea pintando, actuando, cantando, la hueá que sea. Si no tienes opinión, eres un hueón que está de adorno y esa hueá en este momento es lo que menos sirve. 

¿Qué te pasó a ti, por ejemplo, cuando Mon Laferte se manifestó en los Grammys? Ella se involucró a tal punto que ahora la quiere denunciar Carabineros…

– Ella aprovechó la convocatoria que tenía, una hueá super internacional, que no solo la iban a escuchar en Chile, sino en todo el mundo. Eso fue aprovechar el momento. Creo que todos los músicos deberían hacer lo mismo apenas puedan. Ahora, esa hueá de los pacos, de estar hueveando con las hueás que dijo, es tan ridícula. En estos momentos, tú tenís claro que en la calle ningún hueón le tiene respeto a la policía chilena. La gente les saca en cara que dejen de defender al Estado, que se hace el sordo con lo que está pidiendo la voz del pueblo. Entonces, puta, es un recurso tan cagón de los pacos, de preocuparse por eso en vez de andar preocupados por otras hueás. En este momento la gente le grita en la calles todas las hueás que han hecho. La policía, lamentablemente, es la carne de cañón de un Estado que no da la cara y que manda a los pacos a dar la cara a la calle. Entonces, a ellos les toca toda esa falta de respeto y todas las puteás. Creo que es una pérdida de tiempo, que en realidad deberían preocuparse de otras cosas. Puta, de verdad alguna vez profesionalizar la hueá de alguna forma o llegar al punto de cuestionarse las instituciones, cuestionarse directamente lo que les están diciendo de arriba, del Estado, del gobierno. Creo que la falla va por ahí, el enemigo en este momento va por ese lado. 

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Una de las cosas lamentables que ha pasado en el estallido son las personas que han sufrido heridas de balines y terminan ciegas. ¿Qué te pasa a ti con eso?

– Puta, diariamente, cuando me pongo en la noche a revisar las redes sociales y veía una noticia tras otra de apaleamiento, de brutalidad policial, de hueones que han perdido uno o dos ojos. A mí la hueá me deja más amargado que la chucha. Esa gente, para mí, son nuestros héroes. La hueá triste es que estamos viviendo en una situación crítica, pero necesaria. No sabemos para dónde va, en qué va a terminar. Pero lo que sí tenemos claro es que no puede terminar en que nos ganen por cansancio y quedemos como que no hubiera pasado nada. Estamos en una situación donde está saliendo mucha rabia, mucho odio en el aire, mucho descontento, mucho que exigir y esta situación, lamentablemente, lleva consigo gente herida. La sangre ha corrido y va a seguir corriendo. Ojalá no sea así, pero yo veo que inevitablemente va a seguir pasando y tristemente, es una hueá que es parte del precio de una revolución o de tratar de cambiar algo radicalmente en la política de un país, como nos tocó ahora a nosotros enfrentarlo. Es una cuestión que no fue planeada, pero creo que la gente sigue insistiendo diariamente en ir a la Plaza Italia y siguen exigiendo sus derechos. Y, por otro lado, enfrentar a un gobierno que se hace el sordo, que habla como que estuviera en otro planeta. Puta, es medio incierto para dónde va, pero es un costo que estamos tristemente pagando, sobretodo esos muchachos que han sufrido mutilaciones en sus ojos y que lo encuentro la hueá más injusta del mundo. Es doloroso ver el odio que llevan consigo los instrumentos del Gobierno, como la policía o los milicos, con qué violencia se descargan contra los manifestantes, pero puta, creo que no he visto históricamente ninguna revolución que no lleve consigo derramamiento de sangre.

¿Tú crees que estas personas puedan lograr justicia?

– Es lo que queremos creer. Yo no tengo ninguna confianza en el gobierno que tenemos ahora, cero. Entonces, eso es lo más doloroso, porque ¿Qué va a tener que pasar? ¿Cuándo les va a llegar la justicia? ¿En el próximo gobierno? ¿Quién va a ser el próximo gobierno? ¿Algún hueón nos ofrece alguna hueá que sirva para algo? ¿Un cambio de verdad radical que cambie algo? Está claro que ningún cambio va a ser de un día para otro, quedan todavía días dolorosos y días que va a costar llevarlos encima, pero no hay otra forma, supongo. 

¿Le tienes fe al proceso para una nueva Constitución?

– Sí, pero no la pueden proponer los mismos hueones que están en el gobierno. Tiene que entrar otra gente, que tenga una presencia más representativa, de forma popular. No pueden proponer ellos unos cambios y decir: ya, esto lo vamos a hacer. En algún momento, de cabezones e insistentes, van a tener que bajar el moño los hueones, pero no va a ser un proceso rápido, va a ser lento igual. Eso es lo complicado. 

Hay convocado un plebiscito para abril, ¿vas a votar? 

– Puta, yo la única vez que me inscribí para votar en alguna hueá, porque nunca le he tenido fe a ningún hueón, fue cuando era pendejo y fue el plebiscito para votar Sí o No, para ver si seguía o no seguía Pinochet. Me inscribí, ganamos y salió el hueón. Ahora creo que antes que cualquier hueá, sería super bueno que hubiera un plebiscito donde libremente todos pudiéramos decir también Sí o No, o quiero esto o quiero esto otro, pero que fuera así bien al hueso, directo y no pasar por tantas capas políticas o partidos culiaos. Creo que sería una buena cosa, una hueá más directa, donde todos tengamos participación real. 

¿Te gustaría ser candidato a la Asamblea Constituyente?

-No, me cargan esas hueás. No nos gusta, nunca nos hemos abanderado con nada y creo que todos los movimientos, en algún momento, por una cuestión que es como inherente al ser humano, siempre terminan corrompiéndose. Entonces, no me interesa mucho participar en ninguna hueá.

Foto: Cubo Cubillos

LA FUNA

Posterior a esta entrevista surgió una denuncia publicada por una cuenta anónima de Facebook, donde se le acusa a España no hacerse cargo de su hija desde hace ocho años. Consultado al respecto, el músico señaló que “es un tema súper delicado, no cacho de qué se tratará en este momento. Es un tema que no me interesa hablar, porque estamos hablando cosas de la banda (…) Pero me parece feo eso, hueón, que se usen hueás para tirar mala onda a la gente. Las funas muchas veces son de haters. Prefiero que eso no tenga nada que ver con la entrevista. Estamos hablando sobre los Fiskales y esto es una hueá contra mí, que voy a averiguar igual”. 

Días después de esta respuesta, el músico publicó a través del Facebook de los Fiskales Ad Hok una declaración oficial alusiva al tema. “Hace 8 años se acercó a mi Eleonor Rigbi para informarme de su estado, un embarazo no planeado. En ese entonces le pedí que nos hiciéramos los exámenes correspondientes para dilucidar si efectivamente yo era el padre. En ese entonces se me negó el examen y no volvimos a tener contacto nunca más. Hoy he recibido esta funa y quiero dejar en claro que me he acercado nuevamente para pedir estos exámenes y determinar si esta niña es o no hija mía, se me negó (…) Lamentablemente no puedo saber si lo es o no. Lamento que esto involucre a Fiskales Ad-Hok y a mi familia”, dijo.

https://www.facebook.com/somoslosfiskales.cl/posts/1191316781256027

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