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Reportajes

8 de Enero de 2020

Segregación y ansiedad: los testimonios de los jóvenes que rindieron la accidentada PSU 2020

Agencia UNO

Estudiantes de distintas instituciones educacionales conversaron con The Clinic sobre la experiencia de dar la PSU en un convulsionado contexto social y con manifestaciones que provocaron que el Demre suspendiera la rendición de la prueba durante la tarde del martes 7. El rechazo al sistema es transversal, pero hay opiniones divididas respecto al llamado a "funa".

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La Prueba de Selección Universitaria (PSU) del 2020 pasará a la historia por ser la primera que se suspende parcialmente sobre la marcha. El motivo: movilizaciones convocadas para “funarla” por parte de organizaciones de estudiantes secundarios como la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), el movimiento No Más PSU y la Cones.

The Clinic conversó con algunos estudiantes de distintos contextos y diversas ciudades del país, que vivieron este proceso desde dentro de las aulas. El rechazo a la prueba es absoluto: la segregación socio económica, las pocas habilidades que se miden y las repercusiones en la salud mental de los jóvenes son las críticas más comentadas.

“Es un sistema muy segregador”, opinó Catalina Descouvieres, egresada del Saint George. “No tiene buenos resultados para las personas que no vivimos en una comuna de alto ingreso”, opinó Amanda Opazo del Liceo 7.

Pero los meses de preparación y ansiedad provocada por la rendición de la prueba generan dudas respecto a si es necesario boicotear el examen. Estas son los testimonios y opiniones de algunos de los principales afectados de la PSU de la discordia.

Llamado a “funa”

“Yo prefiero postergar mis logros y ahora no lograr mi éxito por un bien común de las nuevas generaciones. Así que está bien, es necesario”, reflexionó Hernán Escobar Guimay del Liceo Abate Molina de Talca, quien afirmó que se suma “a lo que quiera la mayoría”.

Amanda Opazo, estudió en el Liceo 7 de Providencia y fue dirigenta en el centro de alumnas de su colegio y en la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones). La joven defendió la movilización: “Estamos luchando por un futuro mejor, pero justo a nuestra generación le tocó vivir lo más difícil”.

Estudiantes manifestándose en un local de rendición de la PSU 2020. Foto: Agencia UNO

“Si este puede ser un cambio bastante grande que puede beneficiar a mis hijos, a mis nietos, a mis compañeros de tercero medio que ahora pasaron a cuarto, yo creo que hay que seguir para adelante”, sostuvo Amanda.

Una de las mayores críticas a las manifestaciones ha apuntado a los meses de estudio que implica una prueba como la PSU, que se perderían en caso de no realizarse.

Allegra Lieberrher alumna del Colegio La Serena de esa ciudad, respondió a estas críticas haciendo un llamado a la empatía. “Entiendo que muchísimas personas gastaron más de un millón de pesos en preuniversitarios pero también hay que ponerse en el lugar del otro; la PSU no mide realmente la capacidad de las personas”, dijo a The Clinic.

Cuotas de incertidumbre

Los motivos más repetidos por estudiantes que rindieron la prueba para rechazar la funa han sido los altos niveles de estrés a los que están sometidos por el hecho de dar la prueba, los que se han profundizado con las manifestaciones.

Sofía Pesce, egresada de la Academia de Humanidades de Recoleta, afirmó que estuvo muy ansiosa y nerviosa tras el anuncio de funa. “Deberían haber hecho algo antes del proceso de inscripción para así no afectar a nadie. Hay muchas personas que solo queremos dar la PSU y salir de eso de una vez para poder optar a entrar a una universidad”, sostuvo.

En la misma línea, algunos estudiantes fueron escépticos por el hecho de que la funa se anunció solo días antes, cuando muchos y muchas ya llevaban meses preparando la evaluación.

Leonor Varas, presidenta del Cruch, anunciando la suspensión de la PSU de historia. Foto: Agencia UNO

Nicolás Oporto, estudiante del Liceo Augusto D’Halmar, que fue el mejor promedio en los resultados de los colegios públicos en la PSU 2018, opinó horas antes de la realización de la prueba: “A estas alturas del partido, creo que queda rendirla y ya, aunque si llegara a resultar la funa tampoco me desesperaría ni pensaría que es algo malo”.

Catalina Descouvieres estudió en el Saint George y, tras pasar por un semestre de bachillerato, decidió repetir la PSU para postular a medicina. Catalina afirmó que “no se va a lograr nada cambiando el sistema de un día para otro, se tienen que conversar medidas muchos más estudiadas y experimentadas para ver qué es mejor”.

Vamos a salir perjudicados nosotros ya que tampoco nos presentan soluciones en el caso de que se cancele”, apuntó en la misma línea Catalina Bustamante del Liceo Bicentenario Oriente de Rengo.

Preparar la prueba en el estallido social

El primero de enero, cuando la Aces oficializó el llamado a funar la PSU, el vocero de la asamblea, Víctor Chanfreau, planteó que uno de los motivos es el convulsionado contexto social que no permite dar una prueba con normalidad.

A pesar de las diferentes opiniones respecto a la funa, la preocupación por rendir la prueba en el contexto social actual es generalizada: “Para mí es complicado prepararse con el constante miedo de que vaya a pasar algo con las manifestaciones y cosas así”, afirmó Catalina Bustamante.

En la misma línea opinó Felipe Ponce, del Colegio Trewhela’s de Providencia. “Si uno dio la PSU el año pasado, no va a ser igual que la que daría este año. Claramente el conflicto social intercede en cómo daremos la prueba“, comentó a The Clinic.

Carabineros resguardando el Liceo Augusto D’Halmar previo a la rendición de la PSU 2020. Foto: Agencia UNO

“Por lo que está pasando socialmente tomé la concentración que tenía en la PSU y la focalicé más en lo que está pasando a nivel país para marchar, apoyar, informarme y todo lo que conlleva”, recordó Isidora Ibarra del Colegio Concepción de Talca.

Dentro de los relatos de los estudiantes también se mencionó que algunos preuniversitarios no terminaron sus programas. Además la constante postergación de la prueba provocó que muchos dejaran de estudiar y se “rindieran”.

María Paz, del Colegio de la Purísima Concepción de Chillán, manifestó la incertidumbre que siente por la pasividad del Ejecutivo: “Me preocupa caleta que no veo al Gobierno moviéndose”.

PSU sinónimo de “segregación”

Todos los estudiantes con los que conversó The Clinic manifestaron una valoración negativa a la prueba y la crítica más repetida es la segregación social que replica.

Sofía Pesce dió cuenta de esto: “Se nota mucho que los que tienen más recursos tienen más opciones de entrar que los que no”; al igual que Nicolás Oporto: “Es una prueba segregadora y un instrumento que es fiel reflejo del desigual acceso a una educación de calidad”.

“El estudiar en el Trewhelas ya me dio la suficiente preparación para poder rendirla sin ningún problema. Claramente no es el caso de colegios más vulnerables, de Plaza Italia para abajo por así decirlo”, complementó Felipe Ponce del colegio privado de Providencia.

Allegra Lieberrher de La Serena también apuntó a la desigualdad de género que se evidencia en la PSU: “Es bastante injusto además la desigualdad según los géneros ¿Cómo puede ser que el 2018 solamente hubo 44 mujeres que obtuvieron puntaje nacional de un total de 209?”.

Los jóvenes también expresaron que las habilidades que mide la PSU son limitadas. “Rellenar puntitos no explota mucho el pensamiento crítico y las capacidades creativas“, analizó Felipe Ponce.

Asimismo algunos estudiantes rechazaron la falta de preguntas ligadas a ciertos campos del conocimiento. Ignacio Caro, egresado del Instituto Nacional, sostuvo: “Yo tengo muchos compañeros en mi colegio que van a estudiar diseño gráfico o temas relacionados con al arte, pero la PSU no pregunta nada de eso”.

Ansiedad y salud mental

“Había muchas veces que por más que tratara de poner atención, llenar los facsímiles y prepararme, tenía la presión de obtener buenos resultados debido a que ya había rendido la PSU hace dos años y no puedo fallar de nuevo”, relató María Paz de Chillán.

La ansiedad y el excesivo nerviosismo es otra de las críticas hecha por los estudiantes. Afirmaron que existe una grave afectación en la salud mental de quienes deben preparar la PSU.

Isidora Ibarra del Colegio Concepción manifestó sobre las afectaciones en la salud mental de quienes rinden el examen que “mucha gente no asimila que la presión que se ejerce sobre los alumnos afecta en un nivel mayor, como es el nivel de la salud con efectos como colon irritable, vómitos, desmayos, ansiedad“.

Prueba de Selección Universitaria (PSU). Foto: Agencia UNO

La psiquiatra y académica de la Universidad de Chile, Vania Martínez, analizó los niveles de ansiedad que puede generar la PSU en el contexto actual. “En general es estresante dar la PSU, aunque no es en todos los casos; pero, agregándole el factor de que se postergó la prueba y del estallido social, genera más ansiedad”, afirmó.

Martínez recomendó para evitar aumentar el estrés y la incertidumbre: “Es importante que, frente a esta situación en que no depende de ellos (los estudiantes) lo que va a ocurrir y se les hace difícil panificar qué hacer en este tiempo, ojalá las decisiones se tomen prontamente para que los jóvenes se puedan organizar”.

“Es un poco frustrante que el Demre y el Cruch no se hayan dado cuenta que la embarraron al poner una prueba de selección en vez de una prueba que mida aptitud o que mida lo que realmente necesitamos que mida, que es lo que nosotros anhelamos para nuestro futuro”, sentenció Amanda Opazo.

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