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Actualidad

13 de Enero de 2020

“Se masturbaba delante mío”: El duro testimonio de denunciantes del sacerdote de los SS.CC, Enrique Moreno Laval

Iglesia Agencia Uno

El sacerdote mantenía una estrecha relación con las familias, lo que le permitía ganarse la confianza de estas y abusar de los menores de edad. Hoy su caso se encuentra siendo revisado en Roma y las víctimas exigen se haga justicia para que nunca más repitan casos como estos.

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En agosto de 2019 se abrió una investigación dentro de la iglesia católica por las denuncias de abusos en contra del sacerdote de los Sagrados Corazones, Enrique Moreno Laval. Estos se habrían producido en la ciudad de Talcahuano a fines de los 70 y principios de los 80.

Fallecido en febrero de 2018, su caso hoy se encuentra siendo revisado en Roma, por lo que los dos denunciantes, Juan Pablo Carrasco y Hugo Sagredo, concedieron una entrevista a Radio Bio Bio para dar a conocer públicamente sus casos.

El primero de estos aseguró que el sacerdote era un padre para él, ya que se crió solo con su madre y el apoyo de este fue fundamental. Carrasco relata que los primeros abusos comenzaron cuando tenía entre 4 y 5 años de edad, y que se extendieron por otros siete.

El medio consigna que en sus tiempos libres jugaban al fútbol, para luego bañarse juntos y pedirle que lo masturbara: “Me pedía que lo enjabonara. Después que abusaba sexualmente de mí, tomaba el cáliz, tomaba la hostia y entregaba la hostia a los feligreses”, relata Carrasco.

Luego de contarle esta situación a su familia y no ser considerado por estos, debido a que tenían confianza en el sacerdote, encaró a Moreno Laval, pero este le aseguró que Dios ya la había perdonado. Esto le produjo duras repercusiones a Juan Pablo, quien aseguró que incluso pensó en matarse al no comprender “cómo la Iglesia en general no se da cuenta que esto es un daño permanente”.

En el otro caso, Hugo Sagredo fue la primera persona en hacer publicas las denuncias en contra del sacerdote. El lo llamaba el “tata” y, al igual que con Carrasco, su familia le tenía plena confianza, por lo que accedían cuando este pedía a estar a solas con el menor en su pieza.

Durante estos momentos, Sagredo cuenta que inspeccionaba su cuerpo y masajeaba sus genitales. “Pedía que todos salieran de la pieza y me quedaba yo solo con él. Recuerdo mucho de niño que él se masturbaba delante mío. Efectivamente lo masturbé, una o dos veces”, menciona en su relato.

Ambos denunciantes se encuentran siendo asistidos psicológicamente en la actualidad, pero declaran no haber sido contactados por la congregación y haber recibido recriminaciones por parte de la comunidad cercana al cura. En tanto la Congregación para la Doctrina de la Fe determinara las acciones a seguir con el caso.

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