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9 de Febrero de 2020

Columna de Carlos Chávez: Los 90…¡Qué recuerdos!

Carlos Chávez
Carlos Chávez
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Aún recuerdo cuando todo se paralizaba a eso de las 17 horas, cuando en un canal de televisión existía un espacio en el que, por cerca de 2 horas, daban distintos dibujos animados que uno podía disfrutar en medio de las tareas o las pruebas que daban en el colegio. Hablamos de otra época, una en la que la tecnología no nos había inundado con nuevos productos, una en la que el celular no era masivo, en la que todo era a través de un teléfono fijo. Aún no llegaba el internet a nuestro país y la forma de diversión más accesible era salir a la calle con tus amigos, a pasar un buen rato, a disfrutar con la pelota armando arcos imaginarios entre dos autos o con las líneas del suelo. En ese tiempo, Chile vivía una verdadera revolución futbolística. El equipo de don Nelson Acosta realizaba una buena campaña e ilusionaba a todos con estar presentes en el mundial de Francia 1998. Era la década de los 90 y entre todas las series que uno podía ver, se encontraba una que terminó marcando a generaciones enteras. Los Supercampeones hacían su estreno, con un chico (Oliver Atom) que soñaba con llegar lo más alto posible en su carrera por ser futbolista, acompañado por sus fieles amigos. Un anime que terminó por demostrar que el compañerismo, que el trabajo en equipo y que los sueños se pueden lograr. Para aquellos que disfrutaban jugando en la calle, viendo a figuras como Marcelo Salas o Iván Zamorano era un sueño hecho realidad.

Distintos escenarios, canchas, personajes y situaciones iban contando la historia de este chico, uno de los mejores de Japón. Al frente, su archirrival Steve Hyuga, punto aparte… ¿Quién no intentó realizar el tiro del tigre? Tom Misaki o el pobre Andy Johnson que sufría problemas al corazón y que no podía jugar más de 20 minutos, también destacan en la serie. Para los que jugaban al arco, Benji Price era una verdadera estrella no sólo por cómo atajaba también por el entrenamiento que tuvo que pasar en la serie de televisión. Sin duda, personajes que quedan en la mente de las personas, como olvidar a los hermanos Koriotto y su trabajo en conjunto para doblegar a su adversario o Richard Tex Tex, comparable con grandes actuaciones que realizaban otros porteros de ese tiempo. “Los Supercampeones” ayudaron a potenciar un deporte en la sociedad y en los más jóvenes…

Slam Dunk es otra serie que marcó a los amantes del básquetbol en ese tiempo y que se inspiraban en figuras de carne y hueso como Michael Jordan o Magic Johnson que la rompían en la NBA. En la historia, Hanamichi Sakuragi era un chico de preparatoria al que le gustaba meterse en problemas, hasta que se enamora de la hermana del capitán del equipo de básquetbol y termina desafiándolo en frente de toda la escuela. La mujer que le roba el sueño le pregunta al joven pelirrojo si conoce las clavadas recibiendo una respuesta negativa de vuelta. La explicación de la jugada deja maravillado al joven que en el enfrentamiento con el pilar del equipo de Shohoku, termina cumpliendo el fanatismo de su chica por esa acrobacia demostrando que tiene todas las condiciones para desarrollar este deporte. Finalmente y tras ingresar al equipo, la escuadra termina clasificando a las nacionales con nuestro protagonista siendo uno de los jugadores más destacados y haciendo de su equipo un verdadero espectáculo para la vista de sus fanáticos. Punto aparte para las enseñanzas de la serie, que si bien es más madura que Los Supercampeones en cuanto a desarrollo, entrega una visión más amplia de otros conceptos que no vemos en otros animes. El rechazo, los problemas en secundaria, el bullying y la muerte se hacen presentes. Conocemos sutilmente como fallece el papá de Hanamichi y como lo recuerda con cariño. 

Una serie que pone en el tapete el esfuerzo del 10 de Shohoku por aprender a tomar los rebotes, entrenando hasta altas horas de la noche o como hacer tiros de canasta desde dentro del área. Su amistad-enemistad con la estrella del equipo (un tal Rukawa) es otro de los puntos altos. Imágenes que podíamos ver en aquellos tiempos en la NBA y la disputa que existía entre los distintos equipos por ser campeones o las ganas de los grandes cracks por destacar más que otras figuras de las distintas escuadras. Así podemos ir avanzando, El Principe del Tenis o Espíritu de Lucha son otras de las series basadas en deportes que han sido considerados un éxito en su momento. Tenistas como James Blake, Andy Roddick, Rafael Nadal o el mismo Roger Federer terminaron inspirando una serie que el 2006 fue elegida como uno de los top 100 animes de aquel entonces, vendiendo cifras millonarias. Al igual que con el boxeo, con un tal Ippo que ayudaba a sus padres en un negocio familiar y que tras una pelea, siendo ayudado por un boxeador, termina siendo uno de los grandes peleadores de todos los tiempos… Todas las series, todas, tienen algo que decir. No solo terminan siendo exitosas por la trama que entregan al espectador, también por llevar la historia a la realidad en momentos en que se vive un boom de un deporte determinado. En todas, o al menos en las que he mencionado acá, hay un pedazo de juventud que se queda con los espectadores y que hace recordar momentos en los que la T.V. servía para distraerse un momento, para unirte con tus amigos, hermanos o quien quisiera verlas contigo y tras los 20 minutos del capítulo salieras a la calle a demostrar todas las habilidades que aprendiste y que querías imitar de sus grandes protagonistas. Si no, que lo diga el vecino de tu casa o barrio al que en más de una ocasión le debió llegar un pelotazo a su vehículo con el famoso tiro del tigre…

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