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Actualidad

26 de Marzo de 2020

Estudio arroja 58% de aumento en casos de homofobia y transfobia en Chile

Desde el Movilh indicaron que pese a todo, hubo 58 hitos favorables a los derechos LGBTI.

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El 2019 fue el año más violento para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) en Chile al incrementar un 58% los casos y denuncias por homofobia y transfobia, ascendiendo a 1.103 los atropellos, la cifra más alta conocida hasta la fecha, reportó el XVIII Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad sexual y de Género, dado a conocer hoy por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) por primera vez sin conferencia de prensa a raíz del Coronavirus.

“Hubo más casos, más denuncias y los abusos fueron más violentos y salvajes, como queda claro con los aumentos de los atropellos más despiadados (asesinatos y las golpizas).  Esta situación ya se venía advirtiendo desde el 2018 y no tiene relación con el estallido social, el cual solo impactó en un incremento de los abusos policiales”, sostuvo el vocero del Movilh, Oscar Rementería.

El dirigente precisó que un aspecto positivo es que “el Gobierno, a diferencia del 2018, reaccionó a los abusos sufridos por personas LGBTI en manos de civiles, condenándolos públicamente, mientras que contribuyó a que el movimiento LGBTI pudiese ayudar o asesorar a más del 90% de las víctimas, lo cual es valorable”.

Pese ello, “el Ejecutivo, y todos los poderes del Estado, relativizaron el derecho humano a la igualdad legal y, con distintos matices o intensidades, boicotearon el avance de leyes  sobre diversidad familiar o se aseguraron que su tramitación fuese lenta. Más grave, con votos de todas corrientes políticas avanzaron normas con indicaciones homofóbicas, siendo un ejemplo la adopción homoparental aprobada en la Cámara. Por su lado, los tribunales, siguen fallando contra la adopción homoparental o el matrimonio igualitario”, resumió Rementería.

Los 1.103 abusos y denuncias del 2019 se dividieron en 5 asesinatos, 73 agresiones físicas o verbales, 32 atropellos policiales, 72 casos de exclusión laboral y 39 de homo/transfobia educacional, 31 campañas o movilizaciones de odio, 583 hechos de exclusión institucional, 31 marginaciones o prohibiciones para el acceso a productos o servicios en espacios públicos o privados, 167 violaciones a derechos humanos en lugares comunitarios (familia, vecinos/as o amigos/as), 69 discursos de odio y 1 discriminación en un medio de comunicación.

La categoría de discriminación que más aumentó las denuncias o casos fue la laboral (157,1% más que el año precedente) seguida por la comunitaria (131,9% +), la policial  (100%+), la institucional (98,5%+),  la marginación de espacios públicos o privados (82,3% +), los asesinatos (66,6 +), las agresiones físicas o verbales (25,8% +) y la educacional (5,4% +).

En tanto las campañas o movilizaciones homo/tranfóbicas bajaron un 69,1% en relación al año previo, seguida por la exclusión en medios de comunicación, cultura y espectáculo (-50%) y los discursos de odio (-25%).

Resurgimiento de las políticas públicas y  asistencia a víctimas

El informe recuerda que “en 2018, y por primera vez  en una década, no se registró ningún avance en materia de políticas públicas pro-derechos LGBTI, mientras que frente a los delitos, violencia y abusos padecidos en razón de la orientación sexual o la identidad de género, el Gobierno se mantuvo al margen,  guardando total silencio frente a los atropellos”.

“Felizmente un año más tarde dicha situación cambió”, explica la investigación

“Por un lado, durante el 2019 se implementaron nuevas políticas públicas: la Superintendencia de Salud emitió una circular que prohíbe a las isapres considerar a la transexualidad como una enfermedad; el Ministerio de Desarrollo Social y la Familia incorporó la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en los programas para las personas sin casa, la Dirección del Trabajo reflotó un dictamen que garantiza el respeto a los derechos de trabajadores/as trans, el Injuv añadió la variable de identidad de género en su encuesta nacional y el Ministerio del Deporte apoyó la inclusión de personas trans en el atletismo, así como las gestiones que el movimiento LGBTI cursó para tales efectos ante la Federación Atlética de Chile.  En este contexto, Ignacia Livingstone se convirtió en la primera trans en entrenar en un club federado, siendo destacada por La Moneda como “una mujer que inspira”.”

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