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Entrevistas

30 de Abril de 2020

Helia Molina, ex ministra de Salud: “A Mañalich lo están dejando ser, aunque eso aplane al Presidente”

Foto: Agencia Uno

La ex ministra de Salud sostiene que el gobierno tiene una actitud triunfalista frente a la epidemia y que eso trae riesgos. También pone el foco en la figura de Jaime Mañalich. Cree que él ha opacado al Presidente. “Con mi Presidenta Bachelet eso no habría pasado. Yo jamás habría podido tomar el liderazgo y que ella se hubiese quedado sentada”, dice.

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Debe ser de las ministras más recordadas del segundo gobierno de Michelle Bachelet. Su salida del ministerio -a fines del 2014- marcó la encendida discusión sobre el aborto terapéutico en Chile. Helia Molina, en su estilo asertivo y sin recovecos, dijo en una entrevista: “En todas las clínicas cuicas, muchas familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas”. Horas más tarde presentaba su renuncia en La Moneda para evitar, según se dijo entonces, distraer la discusión de fondo.

La actual decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago se fue en su ley y sin cambiar su forma de ser. Dueña de un tono de voz seco y directo, que no deja espacio para dobles lecturas, muchos la comparan con el estilo de Jaime Mañalich. Ha sido la propia ex ministra quien señaló que no lo podría criticar porque ella tampoco tiene filtro. 

Con postura política clara –milita en el PPD- la doctora Molina comienza con un tono cauto esta entrevista con The Clinic. 

“Éticamente, no puedo hacer un juicio y decir que el ministerio lo está haciendo mal y que yo lo hubiera hecho mucho mejor. Estamos frente a una catástrofe sanitaria donde no hay certezas; estamos recién aprendiendo del comportamiento de un agente viral nuevo en los humanos y que no tiene vacuna ni tratamiento. En estas condiciones, el gobierno lo está tratando de hacer lo mejor posible”.

Foto por Alejandro Olivares

Con su experiencia en salud pública, ¿cuál es su balance de cómo se está manejando la pandemia?

-No puedo decirte que lo están haciendo mal. Yo no tengo pelos en la lengua para decir lo que pienso, pero otra cosa es con guitarra. No soy partidaria de este gobierno, pero hoy día el bien mayor es cuidar la salud de la gente y no sacar réditos políticos. Dicho eso, creo que este gobierno tiene una actitud muy triunfalista, lo cual no lo califica de mentiroso. 

¿Usted habría abordado esta crisis de otra manera?

-Mirado desde afuera, aunque repito que aquí no hay certezas, yo lo habría hecho distinto. A base de mi experiencia y al análisis que hago de los países que ya han enfrentado esta pandemia, yo habría sido más estricta. 

¿Más estricta con las cuarentenas o con toda la estrategia de salud?

-Yo habría aplicado cuarentena en toda la Región Metropolitana. La habría cerrado para evitar un peak de contagio de todos al mismo tiempo. Además, mirando lo que han hecho otros países que han logrado aplanar la curva -como Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Alemania-, el testeo masivo a la población, trazar los contactos y el aislamiento social han sido herramientas muy efectivas. Y aquí tenemos un problema. El 75% de las personas contagiadas no tienen ningún síntoma. ¿Y qué ha hecho Chile? Tomarle el examen solo a los pacientes que consultan. ¿Qué pasa con los otros?

“No soy partidaria de este gobierno, pero hoy día el bien mayor es cuidar la salud de la gente y no sacar réditos políticos. Dicho eso, creo que este gobierno tiene una actitud muy triunfalista, lo cual no lo califica de mentiroso”

¿Quiere decir que tendríamos más casos de lo que han sido notificados?

-Muchísimos más. Por ejemplo, no se han tomado exámenes en los hogares de ancianos. Muchos han muerto, pero su causa de muerte queda escrito que es por diabetes, infarto, y no por Covid-19, pero no sabemos. Y eso está pasando: hay mucha gente que no ha ido a consultar, pero que tiene el virus en su organismo y está contagiando a otros. 

Francia tampoco hizo testeo a toda la población…

-Cierto, pero los franceses han hecho aislamiento absoluto y no salen ni a la puerta. Pero yo no voy a caer en el juego de decir que el Presidente Piñera es como Trump y que Bachelet lo hubiera hecho como Merkel.

No es un juego. Es una frase del ex ministro Nicolás Eyzaguirre.

-No importa, pero yo no lo voy a hacer. No es el momento para estar haciendo estereotipos. 

Pero usted le habría seguido la pista a Ángela Merkel, ¿no?

-A mí me gusta la estrategia de Merkel. Sí, es lo que yo hubiera hecho: testeos masivos, trazar los contactos y tener cuarentena. Pero, cuidado, también hay razones culturales. Allá no necesitan poner multas a nadie. La gente sigue las indicaciones al pie de la letra.

¿Y habrá algo con el tema de la confianza también? A Angela Merkel le creen todo…

-De todas maneras. Acá la gente no le tiene confianza a las autoridades. No le cree mucho a nadie. Ni a la derecha ni la izquierda. Entonces, si además los discursos son relativamente ambiguos, es más complicado…

“A mí me gusta la estrategia de Merkel. Es lo que yo hubiera hecho: testeos masivos, trazar los contactos y tener cuarentena. Pero, cuidado, también hay razones culturales. Allá no necesitan poner multas; la gente sigue las indicaciones al pie de a letra”

¿Y diría que los discursos del gobierno han sido ambiguos?

-Diría que muchos de los discursos, tanto del Presidente Piñera como del ministro Mañalich, son súper claros para mí, pero no para los ciudadanos comunes y corrientes. He preguntado a mucha gente y nadie entiende nada.

¿Pero qué es lo que no se entiende?

-Que se les diga que vamos a volver a una cierta normalidad. ¡¿Pero qué miércale es eso?! ¿Qué es una seudo-normalidad si ni siquiera hemos llegado al peak?

Foto por Agencia Uno.

¿Y que habría que decir?

-Tenemos que decir que estamos frente a un peligro, que tenemos una amenaza incierta y que vamos a ser tremendamente estrictos. Y explicar cuáles son las estrategias a, b, c y d. 

Algunos dicen que el problema es que el ministro a veces esconde la pelota…

-Bueno, pero esto es independiente de que alguien se lleve la pelota para su casa o no. El juego político existe y tratar de subir la imagen del gobierno que estaba en 6% es una estrategia normal. Además, les ha ido bien en eso. Sin embargo, sanitariamente tú deberías ser súper claro en las indicaciones. No ser triunfalista. Ser transparente.

¿No lo han sido? 

– Ellos no están mintiendo ni falseando los datos. Pero de alguna manera, por falta de testeo, no tenemos todas las cifras. Por eso no es bueno ser triunfalista. Hay que ser objetivo y eso quiere decir que hay hablar clarito, con un lenguaje que entienda Pedro, Juan y Diego. La gente no tiene por qué miéchica saber los términos epidemiológicos.  

El ministro de Salud es bien directo. Habla pan-pan y vino-vino… 

-No, no estoy de acuerdo contigo. Él es muy directo cuando habla golpeado. Pero no es lo mismo hablar con los diputados de la Comisión de Salud que hablar en la televisión para las dueñas de casa y los trabajadores. No es lo mismo. 

“No es bueno ser triunfalista. Hay que ser objetivo y eso quiere decir que hay hablar clarito, con un lenguaje que entienda Pedro, Juan y Diego. La gente no tiene por qué miéchica saber los términos epidemiológicos”

¿Es triunfalista empezar a abrir los colegios, el comercio?

-Este virus es nuevo, no hay certezas ni protocolos. Pero si yo lo pienso como médico, la salud pública debe ser anticipatoria. No puedes reaccionar cuando ya se produjo el problema. Hay que prevenir. Bueno, con ese pensamiento yo no abriría los colegios ni muerta. Es de alto riesgo, sobre todo si no estás haciendo testeos masivos. Estamos en la primera media hora del partido. No podemos ser autosuficientes. 

Pensando en lo que puede venir, ¿cuál es su mayor temor?

-El mayor temor que tenemos los salubristas y los que somos planificadores en salud, es que se vaya a producir un colapso en el sistema de salud y no se pueda atender a las personas con los criterios médicos, sino que con criterios de salvataje. 

¿Cómo así?

-Me refiero a verse obligado a decir: “A este lo salvo porque es joven y a este no lo salvo porque está muy viejo o tiene enfermedades crónicas”. No puedes jugar a Dios cuando trabajas en el área de la salud. Nadie puede definir quién vive y quién muere. Todos tienen derecho a no morir, aunque tengas 90 años. 

“No puedes jugar a Dios cuando trabajas en el área de la salud. Nadie puede definir quién vive y quién muere. Todos tienen derecho a no morir, aunque tengas 90 años”

EL TRIUNFALISMO

Ha llamado la atención lo considerada que ha sido con Jaime Mañalich cuando hay tanta gente criticándolo… 

-Hay una tendencia de los periodistas para que lo critique y  diga: “Este gallo dice tanta tontera”. Porque él dice pachotadas. Yo no digo tantas pachotadas, pero digo igual. ¿Cómo voy a criticar a alguien que dice cosas que un ministro no debe decir si yo también dije cosas que los ministros no pueden decir? No puedo criticarle eso. Pero si le puedo criticar, y él lo sabe, que la comunicación del ministerio de Salud no es buena. Quizá la subsecretaria Paula Daza comunica mejor.

¿Ella es como el lado amable?

-Claro, es como la mamá que da el consejo. Eso es bueno porque la gente la escucha mejor. Pero también es triunfalista. Tiene el mismo discurso de que somos los mejores de América Latina. Ese mensaje es malo para el autocuidado de las personas.  No puedes instalar la idea de que a nosotros no nos va a pasar nada porque Chile lo está haciendo todo tan bien… ¿Has escuchado a Merkel? 

Si…

-Bueno, así es como yo pienso que hay que comunicar. Con palabras simples. Sin ser auto complaciente. Siendo realista, cuidadosa y diciéndole a la gente: “ Nos puede ir más mal de lo que pensamos”.

Usted fue ministra, ¿importa el talante de los ministros de Salud? 

-Incluso sin ser ministra, cuando voy a las comunidades y estoy con la gente, me dicen que yo les hablo en simple, en fácil, que me entienden. Y no lo digo con petulancia, porque lo he ido aprendiendo con los años. Los trabajadores de la salud tenemos que ser educadores.

A los chilenos les gustan líderes con autoridad, con carácter fuerte aunque no les expliquen, ¿o no?

-Frente a situaciones de incertidumbre y miedo, todas las teorías psicoanalistas dicen que el ser humano busca al papá. Busca no tener que razonar y que otro le diga lo que tiene que hacer. Pero el tema es que la gente realmente haga lo que tiene que hacer y no lo que se les frunza.

¿Y cómo describe el estilo de Mañalich?

-El ministro Mañalich es mandón, tiene personalidad autoritaria y hay momentos en que ese tipo de liderazgo es muy valorado. Hay otros momentos en que se valora más el liderazgo participativo. A mí me da lo mismo estilo del ministro. Ojalá que todo el mundo le crea y lo quiera, porque al final todos necesitamos que a Chile le vaya bien y que no quede la tendalada con la epidemia. Lo que me preocupa es lo que veo: que la gente no entiende lo que pasa. Que con el lenguaje de volver a una cierta normalidad, de ser parciales en las medidas, las personas trivializan la gravedad del problema. Trivializan la necesidad de cuidarse. Se ponen la mascarilla y creen que con eso están listos. 

¿Es en ese sentido que dice que el triunfalismo es un malo?

-Muy malo. Tan malo como minimizar el riesgo. Muchos dicen: si van a abrir el Apumanque, si van a entrar los niños al colegio, por qué no puedo ir a un carrete con mis amigos. ¿Cuál es la diferencia? Ahora están diciendo que a lo mejor no se va a poder hacer el plebiscito en octubre, pero sí van a abrir el comercio, explícame por qué no se puede ir a votar. ¡Qué absurdo!

El plebiscito es un tema que se repuso en plena crisis. ¿Fue un error político o puede servir más como excusa para aplazarlo?

-No me cabe ninguna duda que es un excusa. La política es así. Intrínsecamente estratégica para ir viendo los escenarios que te convienen más. Es el arte de lo posible. Y todos sabemos que para la derecha el arte de lo posible es que no haya plebiscito ni nueva Constitución. Para eso, una epidemia te cae como anillo al dedo. 

Foto por Alejandro Olivares

Otro tema tiene que ver con la visibilidad y el rol de los ministros. ¿Es normal que los ministros sectoriales pasen a primera línea?

-Eh… depende del Presidente. Por ejemplo, yo sé que tengo harto liderazgo, que también soy mandona, controladora, pero con mi Presidenta Bachelet eso no habría pasado. O sea, jamás yo habría podido tomar el liderazgo y que ella se hubiese quedado sentada. Éramos un equipo. Nunca primaron los egos personales. Ahora, yo creo que acá hay una estrategia pensada. No es casual. 

¿Cuál es esa estrategia, según usted?

-Que el liderazgo lo tome el ministro Mañalich. Todo tiene un hilo conductor. No hay que olvidar que la epidemia no llegó a Chile en cualquier momento. Llegó en pleno estallido social. Y esto también les vino como anillo al dedo. El gobierno mejoró sus encuestas.

También se dice que frente a esta crisis luce más la capacidad de gestión del Presidente. ¿Ve el liderazgo de Piñera mejor desplegado?

-No. Para nada. Encuentro que el Presidente ha sido bien pobre en su rol. Por eso es que se nota más el liderazgo del ministro Mañalich. El  Presidente dice siempre las mismas cosas. No tiene un discurso fresco, de esperanza, de unidad, de subirnos a todos al carro en una misión común. Buen, eso requiere de mucha empatía, de comprensión del ser humano y requiere salir de la burbuja para conversar con las personas. No, no me ha gustado para nada el rol de Piñera en esta epidemia. 

¿Pero por qué?

-Lo encuentro aburrido, dice siempre lo mismo, no calienta a nadie, desde mi punto de vista. Y en ese sentido, claro, se ve más fuerte al ministro Mañalich que es choro y que dice: “No me arrepiento de nada, aunque el Presidente diga que estoy equivocado”. O sea, no sé… yo me fui del gobierno por mucho menos que eso. Yo creo que a Mañalich lo están dejando ser lo que es, aunque eso aplane y baje la figura del Presidente.

“No, no me ha gustado para nada el rol de Piñera en esta epidemia. Lo encuentro aburrido, dice siempre lo mismo, no calienta a nadie, desde mi punto de vista. Y en ese sentido, claro, se ve más fuerte al ministro Mañalich”

No le ha salido gratis al ministro. Ha recibido amenazas de muerte incluso…

-Mira, yo no creo en esta cuestión de las amenazas de muerte por las redes sociales. No te digo las cosas que me han dicho y también me han amenazado de muerte, pero yo no les doy ni bola. Con un nombre falso te pueden decir cualquier cosa. Son gajes del oficio. 

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