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Reportajes

22 de Julio de 2020

La dura realidad de los trabajadores del Metro en medio de la pandemia

Foto: Agencia Uno

En este último mes, la cifra de empleados contagiados por COVID-19 aumentó de 326 a 543 y dejó dos muertos. Estos números dan cuenta de lo difícil que resulta trabajar en Metro pese a las medidas de resguardo que allí se han tomado. Diferencias en la calidad de los insumos de protección personal, suspensión de contratos y malos tratos por parte de los pasajeros son algunas situaciones que ha sufrido el personal del principal medio de transporte de Santiago desde que se inició la crisis sanitaria.

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Con una fiebre intensa que superaba los 39 grados, Luis Cortés, guardia de planta de Metro, cayó en cama el 25 de mayo. Cinco días después se realizó el examen PCR y al día siguiente confirmó que estaba infectado. Para él fue una sorpresa, ya que había tomado todas las precauciones: usaba mascarillas, guantes y mantenía la distancia social. “Yo critico la irresponsabilidad de algunos usuarios, hay quienes tienen COVID y andan como si nada en el metro, transportándose, y somos los trabajadores quienes corremos el riesgo”, afirma.

Cortés es sólo uno de los 543 trabajadores contagiados en Metro: 220 son empleados de planta y 323 están subcontratados. Del total, sólo hay 302 recuperados (179 y 123, respectivamente) según el reporte entregado por la empresa el viernes 17 de julio. Mientras tanto, el 27 de mayo se reportó la primera muerte por COVID-19, un guardia de seguridad subcontratado, la que fue seguida por la de un vigilante de planta el 15 de junio. 

El 13 de mayo la empresa ya registraba 92 infectados, el 11 de junio 326 y poco más de un mes después, la cifra supera los 540 contagios. Durante toda la pandemia, los trabajadores con más casos han sido los subcontratados.

El 13 de mayo la empresa ya registraba 92 infectados, el 11 de junio 326 y poco más de un mes después, la cifra supera los 540 contagios. Durante toda la pandemia, los trabajadores con más casos han sido los subcontratados.

La situación del subcontrato

Desde el inicio de la crisis sanitaria, los trabajadores de Metro han denunciado diferencias entre las medidas de protección para el personal de planta y los subcontratados. La calidad de los materiales de protección personal –mascarillas, guantes o alcohol gel–, por ejemplo, es distinta. “En Metro, hay muchas diferencias, las empresas contratistas tienen peores y más precarias condiciones en muchos ámbitos”, afirma Mónica Bustamante, directora del Sindicato 1 de Metro, que representa a los trabajadores de planta.

En esto también coincide una trabajadora subcontratada por la empresa Support Services, quien prefirió resguardar su identidad y la estación en la que ejerce por temor a represalias. Es asistente de servicios, aunque desde mayo tiene su contrato suspendido sin goce de sueldo a la espera de que sea reactivado el 1 de agosto. Esta última se trata de una acción recurrente en algunas de las empresas externas que trabajan para Metro. 

“En Metro, hay muchas diferencias, las empresas contratistas tienen peores y más precarias condiciones en muchos ámbitos”, afirma Mónica Bustamante, directora del Sindicato 1 de Metro, que representa a los trabajadores de planta.

En una “minuta Informativa” entregada por Metro, señalan: “En aquellas funciones que requieren el trabajo presencial, como operaciones y mantenimiento, se ha implementado un plan especial que permite operar con una dotación ajustada de manera de ir generando una rotación que permita tener menos contacto unos con otros y de permitir que algunos trabajadores puedan permanecer en sus hogares”.

Mientras la asistente de servicios ejercía en una estación de la línea 5, dice que Support Services le entregó tres tipos de mascarillas. Primero quirúrgicas, luego una que no le gustaba pues era muy delgada, y, finalmente, unas lavables. En cuanto a los guantes, explica que en algunas estaciones los supervisores les facilitaban ese implemento y en otras no. Incluso, hubo ocasiones en las que pese a que existía suficiente stock, no los repartían porque sus superiores les decían que “no servían mucho”.

Desde Support Services señalan que han entregado los elementos de protección que establecen los protocolos del Minsal y que desde marzo han entregado sólo mascarillas antifluidos certificadas. Con respecto al uso de guantes, confirman que sólo son otorgados al personal de aseo, puesto que generan una falsa seguridad en los empleados de estación: “Nosotros inculcamos y solicitamos a los trabajadores el lavado de manos con jabón para poder eliminar el virus”, afirma Myrna Fuentealba, jefa del Departamento Prevención de Riesgos de la empresa.  

FOTO REFERENCIAL. Créditos: Agencia Uno

En el caso de los trabajadores de planta, en un comienzo tuvieron problemas de este tipo con los insumos de protección, pero pudieron solucionarlos mediante las reuniones que realizó el sindicato con la empresa, logrando estandarizar sus productos.

Otro ejemplo de esta desigualdad se refleja en que desde marzo los trabajadores de operación contratados por Metro, mayores de 65 años o enfermos crónicos, pudieron realizar teletrabajo o cuarentena con goce de sueldo. Mientras tanto, recién en junio los trabajadores de riesgo subcontratados tuvieron esta opción, dado que a partir de la muerte de uno de sus trabajadores, el sindicato hizo la petición a la administración. Desde entonces, la medida incluye tanto a los de planta como a los externos y con un nuevo límite de edad: a partir de los 60 años.

Una de las medidas positivas que instauró la empresa tanto para trabajadores de planta como para el personal subcontratado es una línea gratuita para acceder a apoyo psicológico mientras se mantenga la pandemia.

En la actualidad, Metro mantiene vínculos con 77 empresas externas que están a cargo de aproximadamente ocho mil trabajadores, según contó Eric Campos, presidente del Sindicato de Trabajadores de Metro al portal La Voz de los que Sobran

Para este reportaje se intentó contactar en reiteradas ocasiones a Metro para conocer cómo aseguran igualdad de condiciones entre trabajadores subcontratados y de planta, pero la empresa no quiso referirse al tema.

Una de las medidas positivas que instauró la empresa tanto para trabajadores de planta como para el personal subcontratado es una línea gratuita para acceder a apoyo psicológico mientras se mantenga la pandemia.

Los protocolos

El Ministerio de Salud (Minsal) publicó en marzo dos protocolos relacionados al manejo de contacto de personas infectadas y a la limpieza de áreas contaminadas por COVID-19. Entre sus principales puntos destacan aislar durante 14 días a cualquier funcionario que haya mantenido contacto con algún caso positivo, el uso de hipocloritos de sodio al 0,1% para desinfectar superficies, y la utilización de mascarillas y guantes de aseo impermeables y de manga larga, no quirúrgicos. En el informe se deja estipulado también que es responsabilidad de cada empresa elaborar un plan de trabajo que adapte las medidas ya señaladas.

Consultado por las acciones que tomó la empresa una vez publicado el informe, Metro señala que dotó a su personal de los insumos necesarios para mantener las zonas de trabajo bien desinfectadas. Algunas de las medidas fueron la limpieza de carros con amonios cuaternarios y, recientemente, la implementación de biotecnología que mantiene las superficies desinfectadas de virus, hongos y bacterias de forma prolongada. Según la empresa, ésta fue aplicada en trenes, talleres y distintas estaciones de la red.

Metro señala que dotó a su personal de los insumos necesarios para mantener las zonas de trabajo bien desinfectadas. Algunas de las medidas fueron la limpieza de carros con amonios cuaternarios y, recientemente, la implementación de biotecnología que mantiene las superficies desinfectadas de virus, hongos y bacterias de forma prolongada.

Por otra parte, la entidad afirma que se centraron en compartir un plan de educación para el personal de trabajo y los pasajeros, en el que recomiendan el uso obligatorio de mascarillas, lavado frecuente de manos con jabón por más de 20 segundos, evitar tocarse la cara y mantener el distanciamiento social.

Según la epidemióloga Vivienne Bachelet, si todas las medidas que menciona el protocolo emitido por el Minsal fueran correctamente implementadas, no deberían existir riesgos por el solo hecho de ir a trabajar, ya que “se estarían implementando todas las barreras que impiden el contagio entre personas”.

Pero la implementación de las medidas adoptadas ha sido disímil. En las estaciones, algunos trabajadores aseguran que los guantes utilizados por parte de personal son quirúrgicos y no hay acceso ilimitado a medidas básicas de higiene. Ivana Leiva, quien se desempeñó como asistente de servicio hasta abril de este año en la estación Cal y Canto, relata que el jefe de estación era el encargado de mantener los baños con jabón; sin embargo, en su ausencia podían quedar sin acceso al material de reserva. “A veces el jefe tenía libre y el cajón quedaba con llave”, apunta. 

Ivana Leiva, quien se desempeñó como asistente de servicio hasta abril de este año en la estación Cal y Canto, relata que el jefe de estación era el encargado de mantener los baños con jabón; sin embargo, en su ausencia podían quedar sin acceso al material de reserva. “A veces el jefe tenía libre y el cajón quedaba con llave”, apunta.

Las compras

René Barraza, vigilante desde hace ochos años en Metro de Santiago, cuenta que el stock de guantes es variable: “A veces tenemos en las estaciones y a veces no, yo creo que por un tema de abastecimiento y mala organización”. Por esta razón, ha tenido que usar sus propios guantes de látex. 

¿Cómo se ha abastecido la empresa? La mayor inversión de Metro desde enero hasta la fecha ha sido en insumos para la limpieza de manos: en total han gastado $19.737.500. Según datos obtenidos en Mercado Público, el 12 de febrero de este año solicitaron 150 unidades de jabón surfactante avaluado en $487.500, mientras que el 24 de marzo solicitaron 3.500 unidades de alcohol gel por un monto de $19.250.000.

FOTO REFERENCIAL. Créditos: Agencia Uno

La segunda gran inversión de Metro fue en guantes. Se solicitaron en cuatro licitaciones distintas, sumando un total de 9.200 unidades por las que la empresa pagó $13.473.500. Por su parte, en dos ocasiones pidieron mascarillas, pero estas licitaciones no fueron adjudicadas. La primera vez, el 6 de marzo, solicitaron 3.000 unidades y la segunda, el 6 de abril, cuando el gobierno anunció el uso obligatorio de mascarillas para el desplazamiento en el transporte público, solicitaron 500.000 unidades de mascarillas de tres pliegues. 

El caso de las licitaciones desiertas se repite con las toallas desinfectantes y con los aerosoles Lysoform. En cuanto a las toallas, Metro ofreció comprar un total de 380 cajas en dos licitaciones, pero ninguna fue adjudicada. Por otra parte, en otros dos procesos similares se encargaron 1.064 unidades de Lysoform y no hubo adjudicación. Tampoco volvieron a publicar la oferta. 

¿Cómo se ha abastecido la empresa? La mayor inversión de Metro desde enero hasta la fecha ha sido en insumos para la limpieza de manos: en total han gastado $19.737.500. Según datos obtenidos en Mercado Público, el 12 de febrero de este año solicitaron 150 unidades de jabón surfactante avaluado en $487.500, mientras que el 24 de marzo solicitaron 3.500 unidades de alcohol gel por un monto de $19.250.000.

Al consultar a Metro por qué estos procesos fueron declarados desiertos, la empresa también declinó referirse a compras o licitaciones. 

Al respecto, Ariel López, especialista y académico en Transporte de la Universidad Andrés Bello, explica que igual hay salidas posibles a esas situaciones: “Si bien Metro es de capital público, funciona como empresa privada, lo que significa que no necesariamente tiene que operar con licitaciones públicas y más aún en situación de excepción”. Agrega que las licitaciones desiertas muchas veces son el resultado de una práctica de las grandes empresas en las que publican una oferta sólo para evaluar cómo reacciona el mercado y así tener nuevas observaciones que permiten mejorarla: “Lo que yo he visto que hace Metro, es que declaran desierta, pero pueden ver quiénes son los postulantes. En función de ellos y sus observaciones, hacen un sondeo y luego una contratación directa”. 

Pasajeros

Otra complicación para los funcionarios de Metro ha sido la relación con los usuarios. Durante mayo, Metro informó que la afluencia fue de aproximadamente 58 mil pasajeros diarios, un 87% menos que en un periodo normal. Sin embargo, diferentes trabajadores coinciden en las malas prácticas por parte de los pasajeros, entre las que destacan principalmente no respetar la distancia social, no usar mascarilla y no cubrirse correctamente al toser o estornudar. 

La irresponsabilidad de los usuarios también se ve reflejada en las 4.448.852 fiscalizaciones de uso de mascarilla en el transporte público que ha realizado el Ministerio de Salud desde el inicio de esta medida hasta el 24 de junio. De ellas, 5.895 personas han sido sumariadas por no portarlas, según consigna La Tercera.

FOTO REFERENCIAL. Trabajadores de Metro de Santiago de manifiestan dentro de la Estación Moneda el 30 de marzo. Créditos: Agencia Uno

Desde el inicio de la pandemia, la Federación de Sindicato de Metro (Fesimetro) le ha insistido al directorio de la empresa disminuir la operación y el personal que se encuentra trabajando de manera presencial. El 16 de mayo presentaron una carta formal, en la que exponen como una opción válida cerrar algunas estaciones para disminuir la exposición de los trabajadores al virus. Dos meses después, siguen a la espera de una respuesta.

“Mientras no se cambie el tener que salir a trabajar porque si no te despiden del trabajo, difícilmente va a haber un cambio importante en la cantidad de trabajadores que se siguen infectando”, sentencia la funcionaria Mónica Bustamante.

Muchas veces quienes trabajan atendiendo a público han quedado expuestos al virus por culpa de usuarios que no adoptan las medidas de seguridad. “A un compañero le estornudó en la cara una señora sin mascarilla que se subió al ascensor donde él estaba”, comenta una asistente de estación. Afortunadamente, este trabajador no contrajo Covid-19. Sin embargo, el miércoles 14 de mayo, un conductor dio positivo, luego de que un pasajero le escupiera durante su trayecto en circunstancias que aún no se esclarecen.

Muchas veces quienes trabajan atendiendo a público han quedado expuestos al virus por culpa de usuarios que no adoptan las medidas de seguridad. “A un compañero le estornudó en la cara una señora sin mascarilla que se subió al ascensor donde él estaba”, comenta una asistente de estación. Afortunadamente, este trabajador no contrajo Covid-19. Sin embargo, el miércoles 14 de mayo, un conductor dio positivo, luego de que un pasajero le escupiera durante su trayecto en circunstancias que aún no se esclarecen.

En otra oportunidad, un usuario escupió a un vigilante que le pedía que saliera o entrara de un vagón. Aunque esa vez no hubo consecuencias sanitarias, se trata de un miedo latente para quienes trabajan en las estaciones, ya que son muy propensos a recibir agresiones físicas y verbales. Estas situaciones ocurren desde antes de la pandemia, pero hoy pueden ser otro factor más de riesgo.

“Creo que Metro ha hecho lo posible, pero creo que podría hacer más (…) Aquí el resguardo de la salud de los trabajadores no es sólo que te puedes enfermar, sino que te puedes morir”, concluye Mónica Bustamante sobre el día a día en Metro, en medio de la pandemia.

*Este reportaje fue realizado por dos alumnos del curso “Periodismo de Investigación”, dictado por la profesora Andrea Insunza en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.

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