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9 de Noviembre de 2020

Catalina Fernández: “El proceso constituyente da una oportunidad histórica para preguntarnos sobre el lugar que tienen los DDHH”

Gentileza de la autora.

La abogada aborda el tema a la luz del estallido. “Salieron cosas muy oscuras que uno pensaría que ya estaban zanjadas y que habíamos aprendido la lección, respecto a los Derechos Humanos y la importancia de regular los abusos de la policía”.

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¿Cómo explicar los Derechos Humanos en fácil? Fue la pregunta y el desafío presentado a la abogada Catalina Fernández Carter, de parte de la editorial La Pollera, cuando le propusieron escribir su primer libro que ahora llega a librerías, Los límites de la fuerza, mitos y verdades sobre los Derechos Humanos

“Lo que ha ocurrido, en el último tiempo, en el país ha dado harto material sobre Derechos Humanos”, explica la abogada de la Universidad de Chile y Magíster en Derecho Internacional de la Universidad de Cambridge, quien en el nuevo volumen explica con un lenguaje simple y con ejemplos, los orígenes de los DDHH, el deber y los derechos del Estado y de los ciudadanos y la violencia policial post estallido social en Chile. 

“La principal falla de los Derechos Humanos es la de sus promesas incumplidas”, apunta Catalina Fernández Carter en Los límites de la fuerza, quien comenzó a escribir este título, el año pasado, cuando trabajaba como becaria en la Corte Internacional de La Haya. 

“Sin duda me gustaría que este libro fuese de divulgación que, a veces, es mal vista porque implica simplificar. Pero creo que es necesario que la gente pueda comprender un tema tan relevante como los Derechos Humanos”, comenta Fernández, quien integra “Independientes No Neutrales”, agrupación que presentó la candidatura de 20 constituyentes, encabezados por Benito Baranda.  

“El proceso constituyente nos entrega una oportunidad histórica para preguntarnos sobre el lugar que tienen los DD.HH. en nuestra sociedad, y el rol que tiene el Estado en su protección, respeto y garantía”, escribe Fernández en Los límites de la fuerza, quien no será candidata constituyente. “No, lo descarto. Voy a estar haciendo campaña por nuestros candidatos. La gente espera tener representantes con experiencia en territorio”, agrega. 

Catalina Fernández Carter – Crédito David Valbuena

¿Cómo has visto el tema de los DD.HH. en Chile? Antes de que terminara el 2019 ya existían cuatro informes internacionales sobre su violación en el país. 

-Lo que ocurrió fue bien impresionante. Por un lado, supuestamente, éramos un oasis. Y por otro, salieron cosas muy oscuras, que uno pensaría que ya estaban zanjadas y que habíamos aprendido la lección, respecto a los Derechos Humanos y la importancia de regular los abusos de la policía. En varios sentidos es decepcionante, porque no hemos sido capaces de llegar a ciertos acuerdos en estas materias. Manifestarse es un derecho humano. Que un manifestante sea pacífico o violento no significa que la policía pueda hacer lo que quiera y me refiero, en el marco de las detenciones, a las denuncias de tortura o violencia sexual.  

¿Qué impresión tienes del trabajo realizado por el INDH post estallido social?

-El Instituto es un organismo pequeño que no tiene tantos recursos. A pesar de esto, hicieron una tarea titánica, también en colaboración con otros, como la Defensoría Jurídica de la Universidad de Chile o la Defensoría de la Niñez. Pero, percibo que el instituto es pequeño en una lucha de gigantes. Su trabajo de llevar las cifras de denuncias de las personas afectadas y mutiladas por perdigones, aunque estemos en democracia, es fundamental. Necesitamos un organismo haciendo esa labor.       

“Los Derechos Humanos son también objeto de manipulaciones y tergiversaciones”, escribes en el libro. ¿Qué opinas de la labor de la prensa en estos meses?

-Habitualmente, los medios tradicionales mantienen un discurso centrado en la violencia, intentando minimizar o justificar los abusos policiales. Muchas veces, no aparecen esos casos de abusos y si lo hacen es en un contexto delictual, por ejemplo, en relación con saqueos. En conclusión, se defiende a Carabineros y se minimizan las violaciones a los DD.HH.. Lo peligroso son las editoriales de algunos medios que insisten en instalar el discurso de ‘Todos los manifestantes son violentos’, por tanto, los manifestantes violan los DD.HH.. El rol de la prensa es relevante, porque refleja el mensaje que la gente repite. Por ejemplo, se insiste en decir que Carabineros estaba superado y por eso actúa de esa forma, pero ya hay suficientes antecedentes de que la policía está actuando sin mucho control.   

“(…) percibo que el instituto (INDH) es pequeño en una lucha de gigantes. Su trabajo de llevar las cifras de denuncias de las personas afectadas y mutiladas por perdigones, aunque estemos en democracia, es fundamental. Necesitamos un organismo haciendo esa labor”.

¿Es necesario refundar Carabineros?

-Carabineros no necesita un par de reformas, sino una verdadera refundación. Uno de los focos principales de una refundación de Carabineros es el control civil. Por ejemplo, en el mismo tema de las armas que usan, todo es regulación de ellos mismos. Tiene que existir una autoridad civil que controle. Da la impresión de que Carabineros se manda solo. Y esto no ha cambiado desde la dictadura. Además, el gobierno le da nuevas atribuciones. Es preocupante, porque no se ve interés en avanzar en una reforma y es problemático, porque Carabineros, en teoría, nos ayuda también a proteger los Derechos Humanos.  

Acuerdos, paridad y TC 

Son varios temas en los que profundiza el libro Los límites de la fuerza como el derecho a la vida, derecho a la libertad personal, derecho a la vivienda, derecho a la educación y derechos de las mujeres. Sobre estos último, Fernández Carter apunta: “No hay duda de que la situación de una mujer blanca heterosexual que vive en la ciudad y que tiene acceso a la educación, no es igual a la situación de una mujer indígena que vive en una zona rural o la situación de una mujer lesbiana”.

¿Qué piensas de la paridad de género en la Convención Constituyente?

-Es una excelente noticia. Y esto tiene mucha relación con las demandas de grupos feministas y con que en la sociedad había necesidad de la participación de las mujeres. Esta vez es una muy buena oportunidad de tener mujeres en la mesa para dialogar, pero no para reproducir los estereotipos de que las mujeres son amables y conciliadoras, sino para aprender que las mujeres saben escuchar como lo han demostrado los liderazgos internacionales frente a la pandemia. Mientras más diversos son los grupos, mejores soluciones se logran. 

¿Cómo garantizar los DD.HH. en una nueva Constitución? 

-Hay derechos que estarán y de los que no hay duda, como a la vida o la prohibición a la tortura, que son los derechos civiles y políticos. Pero, están los otros derechos, los sociales, económicos y culturales, que antes se llamaban derechos de segunda generación. Y ahí está, por ejemplo, el derecho a la vivienda que nuestra actual Constitución no considera. Y esto no se tratará de inventar derechos, Chile ya suscribió tratados internacionales, por lo tanto, la obligación ya la tenemos. Lo relevante es qué derechos reconocemos y cómo los protegemos. Por ejemplo, en la educación, hay libertad de enseñanza donde, habitualmente, los dueños de los colegios están protegidos en los tribunales, pero no los niños y adolescentes. Esto hay que mejorarlo y así con respecto a muchos derechos. 

Catalina Fernández Carter – Gentileza de la autora.

En una nueva Constitución, ¿qué debería ocurrir con el Tribunal Constitucional? 

-Depende de lo que se acuerde en el marco de la Convención. Sin duda, el Tribunal Constitucional ha sido un elemento de mucho conflicto y creo que es el gran culpable de la crisis de legitimidad que hoy tenemos. Cada vez que había una reforma para avanzar en la protección de las personas, el TC lo paraba. Hay ejemplos, como el del Sernac o la ley de aborto en tres causales. No creo que se elimine el TC, pero sí que se van a regular sus facultades. 

“Lo relevante es qué derechos reconocemos y cómo los protegemos. Por ejemplo, en la educación, hay libertad de enseñanza donde, habitualmente, los dueños de los colegios están protegidos en los tribunales, pero no los niños y adolescentes. Esto hay que mejorarlo y así con respecto a muchos derechos”.

Chile Vamos recurrió al TC para declarar inconstitucional el proyecto que sanciona el negacionismo. ¿Son relevantes estas leyes para una mejor convivencia en temas de Derechos Humanos?

-Hay un derecho principal que es el de la libertad de expresión, pero también no hay dudas que ella tiene límites. Y hay bastante acuerdo, que uno de ellos son los discursos de odio. Cuando defiendes una dictadura que asesinó y torturó a miles de personas, estás transmitiendo un discurso de odio. El tema es en qué medida regulamos cuestiones específicas. En Alemania, hay una ley de negacionismo y se refiere a asuntos asociados a los nazis y al nacionalsocialismo. Entiendo que en Chile el proyecto ha pasado por varias modificaciones. Yo preferiría limitarlo a casos excepcionales, por ejemplo, glorificar la figura de Augusto Pinochet. Pero, en general, es mejor saber quiénes son estas personas y que la misma opinión pública evidencie su ridiculez. Lo importante es avanzar en educación para que se dejen de reproducir esas ideas.  

En estos días, se está solicitando la libertad a los presos de la revuelta y quienes los defienden acusan que el gobierno ha dado beneficios, en pandemia, a condenados de Punta Peuco. ¿Hay un sesgo político en la aplicación del indulto? 

-La figura del indulto ya es problemática porque tiene resabios monárquicos y es complejo que el presidente tenga aún esa facultad. Sería más sensato una decisión del Congreso sujeta a control ya que, lamentablemente, el gobierno actual ha indultado a personas condenadas por crímenes de lesa humanidad, que son de la mayor gravedad internacional. Y, por otro lado, tenemos a esta gente que aún no ha sido condenada y que, en su mayoría, está en prisión preventiva mientras dura la investigación. Con muchos detenidos sólo existe, como único antecedente, el parte policial por delitos, que sí los cometieron, son desórdenes públicos pero que no tienen la magnitud de los recientes indultos. 

“La figura del indulto ya es problemática porque tiene resabios monárquicos y es complejo que el presidente tenga aún esa facultad. Sería más sensato una decisión del Congreso sujeta a control ya que, lamentablemente, el gobierno actual ha indultado a personas condenadas por crímenes de lesa humanidad, que son de la mayor gravedad internacional”.

Los límites de la fuerza, mitos y verdades sobre los Derechos Humanos
Catalina Fernández Carter 
Editorial La Pollera
136 páginas
$ 12.000 

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