Guía para entender y no temerle a las polillas, en voz del “bichólogo” Alfredo Ugarte

Las polillas reaparecieron y lo hicieron en masa. Pasado el invierno, la temporada del año más lluviosa, regresan las polillas e ingresan a las casas, en busca de la luz que emiten las ampolletas encendidas.

Para hablar de estos insectos que producen terror en algunas personas e interés en otras, The Clinic conversó con quien es seguramente el entomólogo con más pantalla en Chile, Alfredo Ugarte, para aclarar dudas sobre la aparición de estos notorios insectos.

Para familiarizarse y convivir con las polillas

Ugarte comienza aclarando que esta aparición masiva de polillas “es absolutamente normal”, y que “es producto de que este año llovió un poquito más que el año pasado y hay mucho más pasto, mucha más maleza”, y las larvas se alimentan de esas raíces de maleza y pasto.

El “bichólogo” asegura que las polillas no se acercan a las personas “porque quieren hacernos daño o porque quieren molestarnos”, sino que lo hacen sencillamente porque estamos cerca de la luz. “No nos atacan para nada: no son tóxicas, no tienen veneno, no nos pueden picar, no pueden morder, no tienen aguijón, por lo tanto son absolutamente inofensivas”, afirma.

Sobre el temor que suscitan estos insectos en un gran número de personas, Ugarte reflexiona: “Yo siempre he dicho que nadie ama lo que no conoce. Entonces si no las conocen ni saben cuáles son sus roles, es difícil que la gente las cuide”.

El entomólogo desarrolla: “las polillas son excelentes polinizadores. La gente no sabe pero hay muchas plantas que necesitan ser polinizadas durante la noche. Las que más se conocen son los cactus, entonces sin polillas no habría semillas de cactus, no habría frutos”. Ugarte agrega que las polillas también son parte de la cadena alimenticia, y forman un importante proceso como fuente de alimento para murciélagos, pájaros, gorriones, zorzales y lagartijas.

El especialista también aprovecha de aclarar una confusión común respecto a las polillas: “cuando las polillas revolotean alrededor, botan unas escamitas que son parte de su cuerpo, y esas escamas producen una pequeña picazón en la nariz que te hace estornudar. La gente tiende a pensar que es alergia, y la verdad es que no. Es como cuando abres la pimienta y te hace estornudar”.

Sobre los tipos de polillas más comunes que rondan en esta temporada y que más se acercan a las personas, Ugarte reconoce a dos tipos: una es “esta grandota que está apareciendo ahora, que la gran mayoría son de la familia de los noctuidos, que son una de colores café oscuro, bien feítas”.

“Y la otra”, continúa el experto, “que esa sí produce un poquito más de daño, son los pirálidos, que son las polillas que se meten a nuestra comida de la despensa, que a la larga se pueden comer el chaleco de lana o cosas de cuero”. Ugarte explica que esos son los dos grupos principales, y asegura que “no nos produce ningún daño excepto molestar un poco”.

El presentador conoce muy bien el efecto del segundo grupo de polillas, pues colabora en el sitio web Cuidomidespensa.cl, cuyo objetivo es recomendar cuidados de los alimentos que se guardan la despensa, entre ellos, la prevención del arribo de diversas plagas, entre ellas, las larvas de polilla.

Calentamiento global

Consultado sobre el efecto del calentamiento global en las futuras temporadas de polillas, Ugarte asegura que influye “en la pluviometría. Es decir, en la cantidad de lluvia. Ya llevamos unos doce o trece años con una sequía importante y eso ha hecho disminuir muchísimo no solamente las polillas, sino que también a muchos otros insectos”, asegura.

Finalmente, para evitar que entren a casa sin tener que cerrar las ventanas en épocas de calor, el especialista aconseja que “lo mejor es colgar una luz más potente afuera y tratar de disminuir un poco el uso de luces dentro de la casa. Funciona muy bien para que lleguen todas las polillas a esa luz y no entren a la casa”.

Eso sí, agrega Ugarte, “la temporada de polillas va a durar una o dos semanas máximo, así que no vale la pena estar tirando insecticida y otras cosas, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad”, advierte el especialista.