Columna de Sofía Valenzuela | Glaciares metropolitanos en riesgo: ampliación minera y defensa de nuestros recursos

En diciembre, once Consejeros Regionales Metropolitanos presentamos una solicitud para invalidar el permiso ambiental de la expansión del proyecto minero Los Bronces Integrado. Este acto se suma a las acciones emprendidas -también- por diversas organizaciones territoriales y ambientales, y responde a un proceso de evaluación ambiental que se caracterizó por la ausencia de respuestas a nuestras legítimas inquietudes acerca del impacto ambiental del proyecto.

Como Gobierno Regional, emitimos cuatro informes desfavorables en distintos momentos del proceso de evaluación ambiental. En particular, centramos nuestra atención en la repercusión del proyecto en nuestras fuentes naturales de agua, sus ecosistemas asociados, el impacto sobre la calidad de vida de las personas y, de manera crucial, en nuestros glaciares cordilleranos.

Estos glaciares constituyen una reserva vital de agua dulce en un momento en que la crisis climática e hídrica golpea fuertemente a nuestro territorio. Conforme a lo reportado por varios estudios, la mayoría de los pozos de captación de aguas subterráneas existentes en la cuenca del río Maipo han disminuido significativamente sus niveles, sumado a que existen 35 % más derechos de agua subterráneas que la capacidad de recarga natural del acuífero. En el último año, 24 de las 52 comunas de la región mantuvieron decretos de escasez hídrica vigentes.

Como medida de adaptación, a través del Gobierno Regional, proporcionamos más de 70 camiones aljibes a las municipalidades de la región para la distribución de agua potable destinada al consumo humano y al riego, en respuesta a una demanda que continúa en aumento. Esta crisis presenta una complejidad significativa, teniendo a la vista que afecta a la región que acoge al 40% de la población del país, y que Chile, según el Instituto Mundial de Recursos (WRI), contará con un estrés hídrico extremadamente alto al año 2040, el mayor en Latinoamérica.

Una de las principales preocupaciones que surgieron durante la evaluación ambiental del proyecto minero tiene relación con que el área de influencia estudiada no consideró 85 glaciares ubicados en un radio de 9 kilómetros. Un reciente estudio de la Universidad Federico Santa María concluye que el 82% del derretimiento del glaciar Olivares Alfa entre 2004 y 2014 se atribuye al carbón negro depositado por la actividad minera en la zona. Este glaciar es solo un ejemplo de los tantos glaciares excluidos del área que circunda al proyecto.

Es importante destacar -también- que esta compañía minera no está exenta de controversias, ya que recientemente fue sancionada por la extracción ilegal de agua en el río Aconcagua. Esto levanta legítimas desconfianzas sobre el auténtico compromiso de la empresa con la sostenibilidad y la preservación de nuestros recursos naturales.

En este contexto, esperamos que el Servicio de Evaluación Ambiental y el Tribunal Ambiental revisen y ponderen las ilegalidades presentes en el proceso de evaluación ambiental. Esto, tomando en cuenta los efectos sinérgicos del proyecto en nuestro ecosistema y el actual contexto de crisis climática, cuestión que tampoco fue abordada durante el proceso.

Si bien sabemos que la minería es una actividad económica importante en nuestro país, nuestra región es ya una región declarada saturada en contaminación. Ampliar la actividad minera aquí, a expensas de sacrificar recursos críticos y la salud humana, no puede ser aceptado como un costo justificable. La sostenibilidad debe ser el pilar fundamental de cualquier desarrollo, y es nuestra responsabilidad colectiva asegurar que las decisiones actuales no comprometan nuestro futuro ni el de las generaciones venideras.

*Sofía Valenzuela, presidenta de la Comisión de Medioambiente del Consejo Regional Metropolitano.