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15 de Marzo de 2021

Leslie Ceballos: La cruzada de una madre que perdió a su hija

Crédito: Álbum de la familia.

Florencia perdió la vida a los 9 años luego de que el bus Línea Azul en que viajaba se volcara por presuntos desperfectos mecánicos. Ocurrió la madrugada del 29 de julio del 2019. El golpe que significó esa muerte no inmovilizó a su madre: Leslie Ceballos impulsa un proyecto de ley para aumentar la fiscalización de estos vehículos. Mientras la investigación continúa, la defensa del dueño del bus prepara nuevos antecedentes que presentarán en las próximas semanas.

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Eran las 0:40 del 29 de julio de 2019 cuando Leslie Ceballos recibió un mensaje de su hija Florencia, entonces de nueve años: “Mamá, te amo. Falta poco para vernos”. 

Leslie ya había preparado todo para el regreso de Florencia a Temuco desde Santiago, donde había ido pasar las vacaciones de invierno con su padre, Cristián Fernández Gatica. Se iría al terminal a las 7:00 por si el bus llegaba antes del horario previsto, que era una hora después. Llevaría a su hija -“Flo, mi Nury, la negra”- a tomar su desayuno favorito, pan con palta. E iría a comprarle algunos útiles escolares para el segundo semestre del cuarto año básico de la niña. 

Leslie hasta había pedido ingresar un par de horas más tarde a su trabajo como coordinadora de salud en el Instituto Profesional Aiep de Temuco para estar más tiempo con su hija. Le habían dado el permiso. 

“Sí, amor. Descansa, mañana nos veremos para desayunar juntas, te amo. Duerme bien”, envió a Florencia. “Sí, mamá. Te amo. Chao”, le contestó la niña abrazada a su gatito de peluche, su juguete favorito. 

Leslie no tenía cómo saber que ésas serían las últimas palabras que su hija le diría. Una hora después de la conversación, el bus de la flota Línea Azul en que iba Florencia acompañada de su abuela paterna, María Gatica, de 68 años, se volcó a la altura de Graneros, kilómetro 60 de la Ruta 5 Sur, dejando a 40 personas heridas y seis fallecidos. Entre ellos, Florencia y María. 

La última foto de Florencia, enviada a Leslie, junto a su abuela. Crédito: Álbum de la familia.

***

Leslie Ceballos (32) se preocupa de que la cámara que utiliza en sus conversaciones de Zoom logre enfocarla a ella y a un gran cartel detrás suyo en el que se ve una fotografía de su hija y los mensajes “#JusticiaparaFlorencia” y “Ley Florencia”.  

Ha sido su cruzada desde la primera semana del fallecimiento de su hija. “Al principio yo creí que era un accidente. Pero no fue así”, comenta antes de seguir contando su historia. 

El 29 de julio de 2019 ella se despertó a las seis de la mañana para llegar a tiempo al terminal de Temuco. A las 8:00 el bus todavía no había llegado. 

“Empecé a llamar a Florencia por teléfono. A su celular, al de su abuela, al de su papá, al de todo el mundo… Ni la empresa ni nadie se había contactado conmigo para informarme que había ocurrido un incidente, que el bus se había volcado. ¡Ya eran pasado las 8 de la mañana y el bus se había volcado alrededor de las 1 y yo no sabía de nada!”, detalla. 

Ante la falta de información sobre el bus o el paradero de su hija, Leslie se acercó a las oficinas de Línea Azul. Estaban todas cerradas. 

Todavía en el terminal a la espera de Florencia, recibió la llamada de su exsuegro, Luis Fernández. “Él me dijo que al parecer la Flo y María habían tenido un accidente en San Francisco de Mostazal, y que no tenían ningún tipo de respuesta sobre dónde estaban, pero que él estaba viajando hacia Rancagua con Cristián porque se había enterado de que todos los heridos del bus habían sido trasladados hacia diferentes centros de salud para poder ser evaluados”.  

“Empecé a llamar a Florencia por teléfono. A su celular, al de su abuela, al de su papá, al de todo el mundo… Ni la empresa ni nadie se había contactado conmigo para informarme que había ocurrido un incidente, que el bus se había volcado. ¡Ya eran pasado las 8 de la mañana y el bus se había volcado alrededor de las 1 y yo no sabía de nada!”, detalla. 

“Yo me descontrolé, me desesperé -recuerda Leslie-. Sin tener ninguna respuesta me senté en una oficina de carabineros ahí mismo en el terminal y me confirmaron que el accidente había sido en el bus de la negra, que coincidía con la hora de salida desde Santiago a las 0:55”. 

Sin siquiera pensarlo, Leslie corrió a su casa, recogió dinero y pidió a su primo y a su tía que la acompañaran en el auto. Viajó rumbo a Rancagua. 

Ni ella ni su familia quisieron parar durante el trayecto de casi 600 kilómetros. La madre iba en el asiento de atrás, inquieta. Agarraba fuerte lo que alcanzara con las manos. El celular, su propio cuerpo. No dejaba de pensar que su hija podría estar en un consultorio, en una clínica, en un centro de salud, herida: “Quizás en qué estado la encontraré”.  

Dos horas antes de llegar a Rancagua, cuando ya se habían pasado más de 12 horas desde que el bus se volcó, llamaron a Leslie. Era el Servicio Médico Legal. 

– ¿Señora Leslie Ceballos? 

– Sí, con ella.

– Somos el Servicio Médico Legal de Rancagua. Su hija está con nosotros. 

Silencio. 

-¿Pero, la Flo está bien, cierto? Solo la llevaron allá, solo está con ustedes…

-No, señora. Lamentablemente su hija falleció. 

Silencio. 

Un silencio al que se siguieron gritos y llantos, el intento de una madre de abrir la puerta del auto en plena carretera, la búsqueda de una tía por contenerla, la lucha de un primo por no chocar en medio del caos. 

“Cuando lo supe, se me fue más de la mitad de mi corazón. Caí en un abismo profundo del cual no sé si algún día podré volver a salir, porque ella era mi todo; mi amiga, mi hija, mi cómplice, mi vida entera”, afirma.  

Luego de eso, las imágenes son borrosas en la cabeza de Leslie. 

“Una vez que llegamos a Rancagua prácticamente no recuerdo nada. Recuerdo haber visto harta gente, familiares, mi exsuegro, el papá de Florencia… Yo perdí el conocimiento no sé cuántas veces. Me caí, me desmayé. Fueron horas muy complicadas”, relata. 

Florencia. Crédito: Álbum de la familia.

***

El funeral de Florencia Carolina Fernández Ceballos fue el 30 de julio de 2019. Acudieron más de 1.000 personas. 

Los días que siguieron, su madre estuvo en cama. Fueron los días en que el Ministerio Público reveló que hubo una serie de irregularidades en el bus Línea Azul: no había un catastro de pasajeros; estaba circulando con la patente de otro vehículo de la flota -dado de baja y ubicado en Chillán-; el bus volcado ya había protagonizado al menos dos accidentes que también dejaron víctimas fatales; y entre 2018 y 2019 se le habían cursado siete infracciones, dos por no tener el dispositivo de control de velocidad funcionando y uno por no contar con el seguro obligatorio. 

“Cuando vi todo eso supe que mi hija, que había fallecido por un politraumatismo encéfalocraneano y visceral por la forma cómo se volcó el bus, no había sido víctima de un accidente, sino de un acto criminal. Todo cambió para mí. Empecé a juntar fuerzas y a buscar justicia”, relata la madre de la niña.  

A las movilizaciones durante el estallido social en Temuco, Leslie siempre acudía con un cartel con el mensaje “Justicia para Florencia”. Realizó una serie de velatones y caminatas en defensa de la memoria de su hija. 

Con la creación de páginas en Instagram y Facebook con la historia de Florencia se sumaron simpatizantes a su causa. Fue el caso de Valeria Bahamondes Roman (23). 

“En el accidente de Línea Azul yo perdí a mi marido, Francisco Larenas, de 32 años. Vi a Leslie en redes sociales y ahí empezamos a mantener el contacto. Nos hemos juntado algunas veces en Temuco y creemos muy necesaria hacer justicia a quienes fallecieron. Tenemos que exigir más seguridad, más fiscalización… No queremos que más personas pasen por lo que pasamos, porque seguimos sufriendo las consecuencias de aquel día. Yo tengo dos hijas y ya no tengo la seguridad de viajar en buses”, relata Valeria. 

“Cuando vi todo eso supe que mi hija, que había fallecido por un politraumatismo encéfalocraneano y visceral por la forma cómo se volcó el bus, no había sido víctima de un accidente, sino de un acto criminal. Todo cambió para mí. Empecé a juntar fuerzas y a buscar justicia”, relata la madre de la niña. 

Tras unirse a otras víctimas de siniestros viales, Leslie impulsó la creación de una ley -“Ley Florencia”- para garantizar la adecuada fiscalización de los buses y así la vida de quienes viajan en ellos. Además de reunirse con la Ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, y con la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), Johana Vollrath, Leslie ella viajó al Congreso de Valparaíso a encontrarse con todos los miembros de la Comisión Investigadora “Línea Azul”, presidida por la diputada Loreto Carvajal.  

Leslie también presentó a través de Gestión Ciudadana de la Presidencia de la República su petición por la Ley Florencia y se reunió con el senador Felipe Kast para explicar los aspectos claves de su demanda. 

Con la Ley Florencia, Leslie busca más y mejor fiscalización en los buses; mayores atribuciones para el Ministerio de Transporte, como la posibilidad de cancelar los servicios a las empresas que no cumplan los estándares de calidad de manera reiterativa; modernización de los vehículos (por ejemplo, incorporando cinturones de seguridad especiales para niños); renovación del sistema de control de asistencia a los choferes y el endurecimiento de las penas para quienes infrinjan las normas viales, especialmente en caso de muerto o daño grave a la salud. 

Tras unirse a otras víctimas de siniestros viales, Leslie impulsó la creación de una ley -“Ley Florencia”- para garantizar la adecuada fiscalización de los buses y así la vida de quienes viajan en ellos. Además de reunirse con la Ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, y con la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), Johana Vollrath, Leslie ella viajó al Congreso de Valparaíso a encontrarse con todos los miembros de la Comisión Investigadora “Línea Azul”, presidida por la diputada Loreto Carvajal. 

Las autoridades han expresado su respaldo a la iniciativa. 

“Como Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en conjunto con el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, nos encontramos preparando una propuesta legislativa destinada a fortalecer nuestras facultades sancionatorias para así contar con herramientas más potentes frente a la ocurrencia de graves infracciones que responsabilicen al transporte público remunerado y que, como en el caso del siniestro de tránsito de Línea Azul, han causado dolor a tantas familias debido a la lamentable pérdida de sus seres queridos”, afirma Johanna Vollrath, de Conaset.  

“Nuestro propósito es contar con mayores atribuciones para prevenir los accidentes causados por empresas de buses que infrinjan las normas de seguridad de tránsito y sancionarlas de manera contundente cuando así corresponda. Estamos convencidos de que robustecer las competencias del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones servirá para inhibir la comisión de delitos e infracciones y, con ello, prevenir siniestros, lesionados y fallecidos en el tránsito, y el sufrimiento de muchas familias”, agrega. 

Según datos oficiales facilitados por Conaset, entre 2015 y 2019 (último año disponible), ocurrieron en Chile 39.222 siniestros involucrando buses y taxibuses y otros 8.308 con minibuses. Las autoridades no informaron cuántas personas resultaron heridas o fallecidas en esos sucesos. 

Crédito: Álbum de la familia.

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Hoy Leslie Ceballos se siente frustrada. “No puedo entender que después de todo lo que pasó estos buses sigan circulando y el dueño de la empresa, Marcelo Hernández, esté en su casa”, dice.

Al respecto, la abogada de Marcelo Hernández, Ximena Sepúlveda, asegura que Línea Azul actualmente no tiene restricción de la Seremi de Transportes para seguir operando, pero no lo hace: “y si no lo hace, es por una decisión de la empresa”.

Desde el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, sin embargo, informan que la firma no tiene en operaciones ninguno de sus servicios porque todos están caducados y, por ende, no pueden circular. De acuerdo con las autoridades, su inscripción para servicios que no excedan los 200 kilómetros está caducada desde el 20 de junio de 2020 y la inscripción para recorridos superiores a los 200 kilómetros no tiene flota operativa, ya que todos sus buses están cancelados y la empresa no ha efectuado ningún trámite para inscribirlos de nuevo, tal como exige la norma vigente.

Sobre el dueño de la empresa, la abogada Ximena Sepúlveda detalla que él está en prisión preventiva y, debido al estado de excepción por la pandemia del nuevo coronavirus, se encuentra en su residencia.

La defensa de Hernández ha recabado mayores antecedentes para desarrollar una nueva teoría del caso “que desecha científicamente la tesis de la fiscalía, la que se presentará probablemente dentro de este mes”, adelanta Ximena Sepúlveda, quien sostiene que el suceso del 29 de julio de 2019 fue “responsabilidad del conductor, que temprana e inexplicablemente ha sido exculpado por el Ministerio Público. Todo esto quedará demostrado en juicio”.

La abogada Sepúlveda cuenta que muy pronto hará público nuevos peritajes elaborados por expertos. Ella considera que el Ministerio Público ha investigado sólo una tesis, la de que el bus contaba con desperfectos mecánicos graves, “descartando otras igual o más plausibles, sin ningún fundamento”.

“El hecho que el chofer Edison Aedo esté libre y sin cautelares, pese a que hay prueba real de que iba a exceso de velocidad… Él podría perfectamente estar manejando un bus en otra empresa hoy, lo cual es un grave riesgo”, agrega la abogada, quien asegura que la política de Línea Azul es de mejora constante.

La abogada Sepúlveda cuenta que muy pronto hará público nuevos peritajes elaborados por expertos. Ella considera que el Ministerio Público ha investigado sólo una tesis, la de que el bus contaba con desperfectos mecánicos graves, “descartando otras igual o más plausibles, sin ningún fundamento”.

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La madre de Florencia también se siente molesta por los tiempos. Siente que con la pandemia su caso fue olvidado. “Pero mis demandas siguen siendo urgentes para todos quienes viajamos en buses y para las familias que perdieron a seres queridos como yo”. 

La causa RIT 1844-2019, también conocida como “Causa Línea Azul”, sigue en tramitación en el Juzgado de Garantías Graneros. Según informa el tribunal, el plazo de investigaciones sobre el siniestro en que falleció Florencia, su abuela, y otras cuatro personas está vigente hasta el próximo 17 de marzo y lo más probable es que se solicite un aplazamiento de la fecha. 

Las próximas semanas serán claves en el desarrollo de esta historia. Pero Leslie quiere pronto una ley y pronto también una resolución de la investigación sobre qué ocurrió aquél fatídico 29 de julio de 2019. Tiene como meta, en el futuro, crear una organización para familiares de víctimas de siniestros viales como ella. 

“Lo que nadie entiende es esto: yo no he podido iniciar un proceso de duelo normal. Mientras no exista justicia para mi hija, no existan garantías de que los niños y las personas que viajan puedan llegar a sus destinos vivos, yo no podré vivir el duelo por Florencia, mi Flo, mi negra”.

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