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18 de Marzo de 2021

La soterrada resistencia de Daza, Martorell y Bellolio a ceder ante la Iglesia Católica por cultos en Fase 2

"Fue un gol de media cancha". Así califican testigos el debate entre autoridades de gobierno sobre echar pie atrás la prohibición de reuniones religiosas en Fase 2 -como lo pedía la Iglesia Católica-, y que el Presidente Piñera zanjó abruptamente. En esa decisión final pesó más la opinión de los asesores del Segundo Piso.

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El sábado 13 de marzo pasado, la discusión era abierta. Autoridades del Minsal, Interior, Segegob y Presidencia analizaban los distintos requerimientos de representantes de la Iglesia Católica que buscaban echar pie atrás a la prohibición de que los cultos religiosos se realizaran en fase 2. La medida se había anunciado días antes, luego de la reestructuración del Plan Paso a Paso.

Según testigos de los ocurrido en esa jornada, mientras un grupo de asesores y autoridades debatían si acoger o no la petición, las subsecretarias de Salud Pública, Paula Daza, y la de Prevención de Delito, Katherine Martorell, habían trasmitido la necesidad de revisar con calma la petición, así como también su disposición a abrir un diálogo con los distintos intervinientes y convocar a una reunión para revisar los pro y contras de retroceder ante una petición como ésa.

Durante la tarde de ese día -explican las mismas fuentes-, el debate se encumbraba porque Daza y Martorell estaban por no ceder, mientras que el vocero Jaime Bellolio secundaba esa postura a la espera de argumentos para revisar las restricciones y tomar una decisión. Esto debido a que el ministro ha señalado internamente que empatiza con la idea de que los aforos reducidos, el uso de mascarillas y el distanciamiento social permiten que se efectúen reuniones.

Pero no sólo las decisiones se aceleraron al interior de La Moneda al final de esa jornada, también los ánimos se crisparon luego de que, pasadas las 20 horas, la Conferencia Espiscopal emitiera un comunicado de prensa acusando al gobierno de discriminación.

“No comprendemos la resolución del Ministerio de Salud que, literalmente, prohíbe la presencia de fieles en los actos de culto en Fase 2. No resulta comprensible que 10 personas, con distancia social y cumpliendo todas las demás medidas sanitarias dispuestas por el Estado y por la Iglesia, estén en riesgo de contagio. Más aún, la medida resulta contradictoria y discriminatoria, dado que otras realidades nacionales, que congregan a más de 10 personas, tienen permiso para realizar sus actividades”, fue parte de comunicado difundido esa noche.

Durante la tarde de ese día -explican las mismas fuentes-, el debate se encumbraba porque Daza y Martorell estaban por no ceder, mientras que el vocero Jaime Bellolio secundaba esa postura a la espera de argumentos para revisar las restricciones y tomar una decisión.

A esas alturas, la discusión interna en La Moneda tenía enfrentado al Segundo Piso con Daza, Martorell y Bellolio. Este último apuntaba a que bajo presión o a la mala -refiriéndose al comunicado recién emitido- era mejor no ceder, mientras que las subsecretarias argumentaban que hacer ceremonias religiosas era muy distinto a abrir lugares donde hay empleos involucrados, donde las consecuencias de mantener cerrado eran aumentar los despidos.

Por su parte, el equipo de asesores del Segundo Piso -que no sólo incluían en la discusión a su jefe, Cristián Larroulet- se mantenía firme frente a la idea de que la espiritualidad, no solo católica, era un asunto más que atendible respecto de la salud mental de las personas, más todavía en semanas previas a una fecha simbólica como es la celebración de Semana Santa.

Pero el debate tuvo un abrupto final a pocas horas de iniciarse. Porque al día siguiente, el domingo 14, La Moneda sacó un comunicado anunciando que permitiría la realización de los cultos religiosos, fijando aforos de 10 personas en sitios cerrados y de 20 al aire libre.

¿Qué fue lo que pasó? El argumento del Segundo Piso permeó al Presidente Sebastián Piñera, quien finalmente tuvo la última palabra. El mandatario había rechazado meses antes una idea parecida en otra etapa de la pandemia, discusión que entonces se sostuvo ante los integrantes de la Mesa Covid.

“Fue un gol de media cancha”, explica un testigo de lo ocurrido, y agrega que después, tanto Daza como Martorell y Bellolio, fueron quienes justamente tuvieron que defender la medida. Asimismo, el ministro de Salud Enrique Paris salió al paso el lunes 15: en medio del reporte diario por Covid 19, reveló que él personalmente se había reunido no sólo con representantes de la Iglesia Católica, sino que con delegados de otras religiones. “Personalmente tuve una reunión con los representantes de las diferentes religiones, la semana pasada y durante el fin de semana, viendo que esto había que corregirlo y lo corregimos”, dijo.

¿Qué fue lo que pasó? El argumento del Segundo Piso permeó al Presidente Sebastián Piñera, quien finalmente tuvo la última palabra. El mandatario había rechazado meses antes una idea parecida en otra etapa de la pandemia, discusión que entonces se sostuvo ante los integrantes de la Mesa Covid.

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