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24 de Marzo de 2021

De influencer a poeta: el debut literario de Cristalina Parra, la nieta preferida de Nicanor

Crédito: Juan Queirolo

Su famoso abuelo la llamaba “Lina Paya” y la citó con admiración en varios de sus textos. También la molestaba diciéndole que era la “cuica” de la familia. Cristalina Parra estudió en el colegio Nido de Águilas, donde se hizo íntima amiga de Tatiana, la hija de Leonardo Farkas. Ha vivido entre Santiago, Nueva York y Abu Dabi. Hoy, a sus 20 años, es parte del directorio de la Fundación Nicanor Parra -motivo de conflicto judicial entre los herederos- y publica el libro de poemas “Tambaleos”.

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Corría 2006. Nicanor Parra, de 91 años, vivía en el balneario de Las Cruces y un periodista del diario argentino Página/12 llegó acompañado del poeta Raúl Zurita. Era su llave de entrada al hogar de calle Lincoln. Hace rato que el antipoeta había desechado las entrevistas formales, pero la charla fluyó. “Tome apuntes, apele a la memoria”, le dijo Parra al periodista Guillermo Pellegrino, quien en un momento le preguntó al autor de “Poemas y antipoemas”:

-¿A qué poetas admira? 

-En estos momentos a quien más admiro es a Lina Paia. 

El periodista guardó silencio y luego arremetió: “Disculpe mi ignorancia, ¿a quién?”.   

Parra respondió: “Lina Paia es mi nieta. (…) Ella dice lo que siente, y eso es la maravilla total. Porque cuando se dice lo que se siente, se está en el Ser, con mayúsculas”. 

Por entonces, Josefa Cristalina Parra Núñez, la “Lina Paia” o “Lina Paya”, nacida en el 2000, tenía 6 años, y su abuelo llevaba varios años hablando de ella y anotando en sus cuadernos “sus genialidades”, porque ante el habla infantil podía enfrentar “el problema del lenguaje”, decía el autor de los “Artefactos”. 

Josefa Cristalina es hija del músico Juan de Dios “Barraco”, el menor de los seis hijos de Nicanor Parra. Su madre es María José Núñez, quien conoció a “Barraco” trabajando en la obra “La Negra Ester”, de la compañía Gran Circo Teatro, de Andrés Pérez, a fines de los 90. 

“Lina Paya” creció junto a sus padres, en la casa de su abuelo en La Reina, rodeada de la naturaleza de la precordillera, los cuadros de la Violeta y las intervenciones poéticas de Nicanor. Además, por esos años, disfrutó la compañía de su primo Cristóbal “Tololo” Ugarte y los papás del “Tololo”, Pablo Ugarte y la cantante Colombina, hija y albacea de Nicanor Parra. 

Crédito: Libro Parra a la vista

Tenía sólo meses de vida y su abuelo hablaba de ella como un nuevo descubrimiento. Su admiración por el “Tololo” ahora era compartida por Josefa Cristalina. “Tiene dos meses no más, pero ya tiene admiradores, entre los que están en primerísimo término el abuelo”, dijo Parra a La Segunda en mayo de 2000.   

Cuando la nieta tenía dos años, en un almuerzo les dijo a todos: “¡Yo soy Lina Paya!”, al no poder pronunciar Cristalina Parra. Así fue como la empezaron a llamar. Era el 2002 y el autor de “Manifiesto” comenzaba a emprender la retirada de la capital instalándose en su casa de Las Cruces, en el litoral central. 

Tenía sólo meses de vida y su abuelo hablaba de ella como un nuevo descubrimiento. Su admiración por el “Tololo” ahora era compartida por Josefa Cristalina. “Tiene dos meses no más, pero ya tiene admiradores, entre los que están en primerísimo término el abuelo”, dijo Parra a La Segunda en mayo de 2000.  

Parra nunca dejó de apuntar las frases de su nieta preferida, quien renombraba las cosas. Incluso hizo un trabajo práctico, con un pequeño elefante de cerámica, que expuso en el Centro Cultural Palacio La Moneda, en 2006: “El cifante de la Lina Paia”.

Hoy “Lina Paya” tiene 20 años y también ella lleva sus cuadernos de apuntes, con sus propias creaciones poéticas. Además, en su celular anota versos e historias, en español e inglés, que comparte en redes sociales. Y, desde hace tres años, se encuentra estudiando Historia del Arte, en la sede de la Universidad de New York, en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes.

“Se me enredaron las cuerdas vocales/ Como las de una Parra creciendo sin pino,/ Enredaderas floreciendo en marzo,/ Pero llenas de ratones, Moras gordas de marzo/ Apuntando hacia la quebrada”, escribe Cristalina Parra, quien a inicios de abril hará su debut literario con el libro de poemas “Tambaleos”, impreso por editorial Planeta.  

Medio Oriente y NY

A pesar de que Cristalina Parra se describe a sí misma como “muy chilena y normal”, lo cierto es que no ha tenido una vida muy común. El año pasado apareció una nota en Women Talk titulada “Las 15 influencers del país que deberías seguir”. En el número 7 está Cristalina. “Postea sus sanadores poemas y su arte en su cuenta de Instagram”, dice el espacio. 

Cristalina Parra mantiene sus preferencias por el arte y la moda y admira la obra de la artista Marina Abramovic. En 2019 fue entrevistada en la revista digital Galio, donde se refirió a sus intereses, palabras que fueron acompañadas de una sesión de fotos a cargo del fotógrafo Juan Queirolo (las mismas que acompañan este reportaje). 

“Últimamente he estado muy preocupada por la polución que la industria de la moda produce. Y eso también tiene que ver con el libro que quiero publicar, el cual espero no se trate de un objeto que se va a tener tres meses para luego botarlo con el resto de los desperdicios”, señaló Cristalina a la revista Galio aludiendo a Tambaleos.

“Se me enredaron las cuerdas vocales / Como las de una Parra creciendo sin pino, / Enredaderas floreciendo en marzo, / Pero llenas de ratones, Moras gordas de marzo / Apuntando hacia la quebrada”, escribe Cristalina Parra, quien a inicios de abril hará su debut literario con el libro de poemas “Tambaleos”, impreso por editorial Planeta.  

Hace dos años, “Lina Paya” también habló de patrimonio y de su familia, con la revista Paula, junto a una sesión de fotografías efectuadas en el remozado Palacio Pereira. Sobre su vínculo con Nicanor Parra aseguró: “Mi abuelo era demasiado importante en mi vida porque crecí con él. Es la persona más inteligente que he conocido, pero pienso que sería un error caer en el círculo vicioso de sentir que por ser su nieta tengo que ser exitosa o inteligente y dejar un legado”, dijo y agregó: “Sé que nunca voy a ser así, aunque me lea todos los libros del mundo y estudie todo lo que quiero estudiar”. 

“Lina Paya” estudió becada en el Nido de Águilas, uno de los establecimientos escolares más costosos de Chile, cuya mensualidad se acerca al millón de pesos. Su promedio de notas, en los últimos tres años, fue de 6,9. Además, su madre, María José Núñez, quien estudió Pedagogía Teatral en la UC, era profesora de teatro del exclusivo colegio ubicado en Lo Barnechea. 

Allí fue donde la nieta de Nicanor conoció a Tatiana, la hija del empresario Leonardo Farkas. “Somos casi como hermanas”, dijo Cristalina a la revista Sábado de El Mercurio, en 2018. Juntas viajaron por el mundo. Tatiana, quien simplemente se define como “artista” en Instagram, tiene más de 200 mil seguidores y ha sido rostro para marcas de la tienda Paris. Al igual que “Lina Paya”, también escribe poesía.  

Por su vínculo con los Farkas, Nicanor Parra le decía a su nieta, en broma y en serio, que era “la cuica” de la familia y que ese hombre, de melena rubia y de reloj de pulsera, se la quería “robar”.  

Hasta que se conocieron. Leonardo Farkas llegó a la casa de Parra en Las Cruces. Ocurrió en noviembre de 2013 cuando una limusina negra se estacionó afuera de la calle Lincoln 113, el refugio de uno de los poetas más importantes de Hispanoamérica. Parra había dicho públicamente que necesitaba un mecenas para terminar su traducción de “Hamlet”, de Shakespeare. La condición: un millón de dólares. Después, Parra contó que Farkas llegó con una maleta llena de dinero. Pero la negociación no prosperó. 

Allí fue donde la nieta de Nicanor conoció a Tatiana, la hija del empresario Leonardo Farkas. “Somos casi como hermanas”, dijo Cristalina a la revista Sábado de El Mercurio, en 2018. Juntas viajaron por el mundo. Tatiana, quien simplemente se define como “artista” en Instagram, tiene más de 200 mil seguidores y ha sido rostro para marcas de la tienda Paris. Al igual que “Lina Paya”, también escribe poesía. 

“Me pilló el medio oriente/ Entre medio de mezquita e iglesia/ Otomanos y romanos/ Religiosos y ateos/ Blancos, negros y mulatos/ Balazos y niños vendiéndome rosas en los semáforos…”, apunta Cristalina Parra en el poema “Sorpresa”, quien antes de la pandemia pudo viajar a Jordania y Dubai. En otro poema escribe: “Me pregunto por qué crucé/ el mar tambaleando/ hasta un desierto intermitente/ si aquí bailan los sauces…”.    

En 2018, Cristalina Parra llegó a los Emiratos Árabes a estudiar Historia del Arte en la sede de la Universidad de New York, en Abu Dabi. Al poco tiempo hizo una pasantía de tres meses en la casa de subastas Christie’s Dubai. El año pasado estuvo una temporada en Nueva York, Estados Unidos, y también en Londres, Inglaterra.

En la Gran Manzana compartió con la escritora Arelis Uribe (Quiltras), quien realiza un Máster en Escritura Creativa, en la U. de Nueva York. “La recuerdo como una joven sedienta de arte, inspirada por su familia y ansiosa de escribir”, señala Uribe a The Clinic, quien mostró a Cristalina su trabajo con la Editorial Negra, donde publican poemas en formato fanzine. 

En los versos de “Lina Paya”, coloquiales y descriptivos, aparece el registro de sus experiencias por el mundo, pero igualmente los recuerdos de infancia; hay citas a la familia y alusiones a Violeta Parra. De la autora de “Volver a los 17”, ha dicho Cristalina: “Crecí con las pinturas de la Violeta en mi casa (…) Personas como ella me dan la fuerza de hacer cosas que la sociedad no quiere dejarme hacer por ser mujer”.

En la Gran Manzana compartió con la escritora Arelis Uribe (Quiltras), quien realiza un Máster en Escritura Creativa, en la U. de Nueva York. “La recuerdo como una joven sedienta de arte, inspirada por su familia y ansiosa de escribir”, señala Uribe a The Clinic, quien mostró a Cristalina su trabajo con la Editorial Negra, donde publican poemas en formato fanzine.

Herencia y disputas 

Nicanor Parra tuvo seis hijos de tres matrimonios. Con la artista catalana Nury Tuca fueron padres de Colombina y Juan de Dios “Barraco”, a quien acusaron de vender cuadernos de su padre a varios coleccionistas. La información circuló a fines de 2017 cuando la familia, encabezada por Colombina, “Tololo”, Cristalina y un equipo de expertos de la UC, se encargaba de efectuar el inventario del autor de “Discursos de sobremesa”.

Cristalina nunca estuvo muy cerca de su padre, conocido por ser un virtuoso guitarrista. Compartieron más en los primeros años de su infancia cuando “Barraco”, junto a María José Núñez, tras haberse casado en febrero de 1999, se instalaron a vivir en la casa de calle Julia Bernstein, en La Reina. Pero, a los siete años de casados, los padres de Cristalina se separaron.

“Con mi papá me parezco en cosas escondidas. Porque pasé mucho tiempo sin él. Son cosas de las que no me doy cuenta como me doy cuenta con mi mamá. Pero tengo el mismo temperamento que mi papá. Soy muy atávica. (…) Mientras más crezco más me doy cuenta de que me parezco mucho a mi viejo”, dijo el año pasado “Lina Paya”. 

En 2009 “Barraco” publicó el disco solista Cascabel y se lo dedicó a Cristalina. Después “Barraco” viajó por diferentes países. Incluso, a la muerte de su padre, en enero de 2018, se encontraba en México. Hoy vive en un departamento, que era de su madre Nury Tuca, en el centro de Santiago, cerca de la estación de metro Santa Ana. Habitualmente acompaña con la guitarra en las presentaciones de su hermana Colombina, como ocurrió en noviembre de 2019 cuando se subió al escenario del Teatro Caupolicán a telonear a Patti Smith. 

“Tengo la guata revuelta y no quiero estar tan lejos. Quiero un agua de tilo y una piedra, la guitarra de mi papá y las bromas de mi primo. ¿Cómo está la estación Santa Ana, papá?”, escribe Cristalina. En otros versos vuelve a recordar a “Barraco”. “Sentadita/ Tratando de rezar/ Se me apareció una vieja y un viejo/ La vieja tapada de negro/ De pies a cabeza/ Con ojos azules como los del Barraco”, anota en un poema titulado “Cairo”.

Crédito: Juan Queirolo

“La nueva fuerza”, llamó Colombina a su sobrina “Lina Paya” en diciembre de 2017. Por esos días, el autor de “Versos de salón” aún estaba vivo, y la familia se encargaba de realizar el inventario de su valioso patrimonio: partiendo por su biblioteca. Más de 4 mil libros, repartidos en 25 cajas contenedoras, fueron llevados desde la casa de Parra de Huechuraba a La Reina. 

“Lina Paya” colaboró en el inventario, junto a su primo “Tololo” y un grupo de profesionales de la UC, que además incluyó hacer un “levantamiento planimétrico” de las casas del poeta. En eso estaban cuando la labor fue interrumpida los últimos días de enero de 2018. Nicanor Parra fue trasladado desde Las Cruces a La Reina. Eran sus horas finales. El antipoeta murió en la madrugada del día 23, a los 103 años. Estaba acompañado de sus hijos Colombina y Ricardo “Chamaco”, y de sus nietos Ricarda, Darío, “Tololo” y Cristalina. 

En otros versos vuelve a recordar a “Barraco”. “Sentadita/ Tratando de rezar/ Se me apareció una vieja y un viejo/ La vieja tapada de negro/ De pies a cabeza/ Con ojos azules como los del Barraco”, anota en un poema titulado “Cairo”.

Pocos meses después, todo se complicó con la impugnación del testamento de Parra, por parte de sus hijos mayores, Catalina y Alberto, contienda judicial que todavía no termina. La demanda de nulidad es en contra de los otros cuatro hermanos: Francisca, Ricardo, Colombina y Juan de Dios. Un informe elaborado por el abogado interventor, José Alfredo Rojas, determinó que la herencia de Parra asciende a $ 3.400 millones y cinco bienes inmuebles. 

Cristalina es parte del directorio de la Fundación Nicanor Parra, constituida en 2018, entidad que es uno de los motivos de conflicto por la herencia del poeta. Esto ya que Catalina y Alberto plantean anular la fundación y constituir una nueva.  

“Creo que gran parte de los problemas que se mencionan en la prensa son resultado de los mismos medios”, comentó Cristalina a la revista Galio. “El drama es lo que vende y, francamente, no sé en qué especie de teleserie esperan convertir a mi familia. Creo que lo importante es siempre enfocarse en las cosas que realmente valen la pena, como la creación del inventario”.  

“La vida siempre cambia”

Cristalina Parra reconoce que fue importante salir del país, ante los líos familiares y su propio crecimiento. “Tuve que marcharme lejos para despejarme, especialmente después del último año en el que habían pasado muchas cosas, tanto a nivel familiar como emocional”, dijo a finales de 2019. 

En su Instagram “Lina Paya” mantiene las imágenes de las banderas de Chile y los Emiratos Árabes. Más allá de la distancia, la joven poeta siguió de cerca el estallido social como el movimiento feminista, que han marcado la agenda nacional en los últimos años. 

“Siento que ahora aprecio mucho más los detalles del país, como todo el movimiento feminista, el que demuestra que somos una comunidad que pelea por las cosas que consideramos justas”, señaló Cristalina, quien escribe en una parte del poema “Nado largo”:

Nadé por el Atlántico

Para intercambiar

Una mirada perdida

Con sabor a sal marina

Con olor a nieve andina

Ahora Cristalina hace su debut literario y a modo de presentación anota en su libro “Tambaleos”: “Me fui de Santiago a vivir al Medio Oriente, dejé a mi gato y a mi mamá, se me murió un abuelo, un gato, conocí y reconocí a mi familia, y de ahí todo se empezó a enredar. Para desenredarlo escribí, escribo”. 

Además, explica el origen de sus creaciones o “criaturas” como llama a sus textos: “Esta es una colección, un repertorio de unos poemas guachos que rescaté de mis cuadernos y de las notas en mi celular. Hace un año y pico mi vida empezó a cambiar. Ya sé, la vida siempre cambia, pero me pareció que se caían las paredes y tenía que reconstruirlas rápido”.

Ahora Cristalina hace su debut literario y a modo de presentación anota en su libro “Tambaleos”: “Me fui de Santiago a vivir al Medio Oriente, dejé a mi gato y a mi mamá, se me murió un abuelo, un gato, conocí y reconocí a mi familia, y de ahí todo se empezó a enredar. Para desenredarlo escribí, escribo”.

FICHA LIBRO
Título: Tambaleos 
Autora: Cristalina Parra
Editorial: Planeta
Páginas: 94 
Disponible desde abril

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