Entrevistas
27 de Mayo de 2021Guillermo Churuchumbi: “Luchamos por la construcción del Estado Plurinacional, por una sociedad intercultural, por el Sumak Kawsay”
Miembro de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, participó como asesor de la Asamblea Constituyente que cambió la Constitución para ese país en 2008. Luego se convirtió en alcalde de su natal Cayambe y es hoy una de las figuras más relevante en los debates de los pueblos originarios. En esta entrevista explica sus posturas y sus ideas, que suenan como guías razonables para el proceso que recién está comenzando en Chile.
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En Ecuador, el levantamiento indígena encabezado por la Confederación de Nacionalidades (CONAIE) en 1990 concluyó en la reconfiguración del Estado nacional hacia 1998. Diez años después se cambió la Constitución del país, que reconoce, entre otros temas, los “derechos de la naturaleza” y el Estado Plurinacional. No existió la modalidad de escaños reservados para los pueblos originarios, pero sí fue necesario crear con ellos equipos de trabajo, de capacitación y fórmulas de cooperación en los debates que se desarrollaron. Allí estuvo Guillermo Churuchimbi.
En entrevista con The Clinic, da cuenta cómo una movilización indígena deriva en la transición de un Estado excluyente a uno respetuoso de la diversidad. Esa transición significó para el movimiento indígena cruzar de la concepción de etnia a pueblo, y luego de pueblos a nacionalidades. Esto último junto con afirmación identitaria, elaboraron un concepto que permitiera devolver a los pueblos indígenas “la suficiente dignidad como para resarcirlos de siglos de humillación”.
Guillermo Churuchumbi conoce muy bien estos intensos debates que concluyeron en el Ecuador en la primera experiencia de un Estado Plurinacional. Hoy como alcalde de la ciudad patrimonial Cayambe ha puesto en práctica las propuestas políticas emanadas por el movimiento indígena del Ecuador, que conoce como intelectual y activista. Licenciado en Ciencias de la Educación con especialización en interculturalidad, diplomado en Participación Política, Gestión y Desarrollo en el Ámbito Local; también tiene una Maestría en Estudios Latinoamericanos en Relaciones Internacionales. En esta conversación da cuenta de la experiencia de CONAIE, de la movilización de Ecuador y su visión sobre la situación en Chile.
“Guillermo Churuchimbi da cuenta cómo una movilización indígena deriva en la transición de un Estado excluyente a uno respetuoso de la diversidad. Esa transición significó para el movimiento indígena cruzar de la concepción de etnia a pueblo, y luego de pueblos a nacionalidades”.
Disputar la política del Estado
En Ecuador, como en el resto de las naciones con alta demografía indígena, oponerse al Quinto Centenario en 1992 fue una fecha simbólica para aglutinar a un heterogéneo movimiento indígena. Puso en relieve una larga tradición organizativa y una rearticulación de los movimientos indígenas en América Latina en la década de los 80, en pos de propuestas que permitieran concentrar poder y conciliar una agenda con directrices comunes. Churuchumbi, con 22 años en ese entonces, organizó grupos culturales y de resistencia en lo que llama “reafirmación de nuestra identidad, de reafirmación de nuestros territorios, de un proceso de resistencia y movilización”.
Luego ascendió hasta convertirse en dirigente provincial y juvenil en su natal Cayambe, lugar en que surgió el movimiento indígena en 1926 con el primer sindicato indígena que lucha por la restitución de tierras, salarios y acceso a la educación. Ahí fue que nació, en 1944, la Federación Ecuatoriana de Indios, luego en 1972 ECUARUNARI, en 1980 CONACNIE y por último CONAIE en 1986. Es esta última organización la que ha desarrollado políticas en torno a la educación, el cuidado del agua y salud bajo el concepto de intercultural.
“En Cayambe –explica Churuchumbi para The Clinic– el 50% de la población es no indígena, un 55% es población urbana, mientras que un 50% se auto identifica como indígena y 45% es rural”. Productores de flores, de cebollas, leche, biscochos, el “turismo y la industria láctea” son la columna vertebral en Cayambe. Desde 2014 él dirige el municipio como miembro de CONAIE, a la que ingresó en 1989. De esa militancia ha tenido múltiples experiencias: participó en los levantamientos de la década de los 80 y 90, fue articulador de las movilizaciones sociales, por la defensa del agua, la recuperación de tierras y extender la educación intercultural. Esas demandas se articularon con la democratización del Estado y lo que llama “las luchas territoriales”. De esto último surgen las ideas en pos de elaborar políticas públicas que concluyen en la construcción de un Estado Plurinacional en América Latina.
En palabras del alcalde: “Luchamos por la construcción de un Estado Plurinacional, luchamos por una sociedad intercultural, luchamos por el Sumak Kawsay, luchamos por la democratización de la economía”. Esto último parece ser un eje importante que invita desde el Ecuador a considerar a los integrantes de los escaños reservados mapuche electos: “No puede ser la economía sujeto de conocimiento de unos pocos realizando ellos la acumulación de su riqueza, y menos redistribuyéndola según su parecer”.
En Ecuador, la CONAIE nació para unir en un solo grupo de poder la materialidad y la espiritualidad. A la primera se traduce por la conquista del territorio, por autonomía, justicia y democratización de la economía. A nivel internacional, la CONAIE fue destacada en 2019 por ser parte activa de una serie de protestas en contra de la decisión del gobierno de Lenín Moreno de eliminar el subsidio a los combustibles, que finalmente quedó insubsistente.
Dice el alcalde: “La lucha es por la disputa política del Estado. Lastimosamente, gran parte de los Estados latinoamericanos son estados coloniales, estados oligárquicos, estados neocoloniales, estados machistas, estados racistas y por lo tanto tenemos que luchar por un Estado Plurinacional donde tengamos la presencia y la participación de los pueblos y las nacionalidades indígenas. Y además, el resto de la población que no son pueblos indígenas también tenga participación y capacidad de representación y participación en el Estado”.
“En palabras del alcalde: “Luchamos por la construcción de un Estado Plurinacional, luchamos por una sociedad intercultural, luchamos por el Sumak Kawsay, luchamos por la democratización de la economía”. Esto último parece ser un eje importante que invita desde el Ecuador a considerar a los integrantes de los escaños reservados mapuche electos: “No puede ser la economía sujeto de conocimiento de unos pocos realizando ellos la acumulación de su riqueza, y menos redistribuyéndola según su parecer”.
“Plurinacionalidad no es separatista”
Durante 2007-2008, Ecuador vivió un momento de gran agitación política, que determina poner en práctica la propuesta del Buen Vivir que, en teoría, esperaba transitar de una economía neoliberal a una de carácter social, popular y solidaría. Ello unido a un sistema social basado en la soberanía alimentaria, la defensa y promoción de los derechos de la naturaleza y un Estado Plurinacional. Guillermo Churuchumbi, basado en su experiencia como militante que una articulación de indígenas con movimientos sociales afines, dice que gestar temas transversales debe ser considerado por los mapuche: “Los pueblos indígenas luchamos por el derecho a la educación pero con identidad, el derecho a la salud con nuestra propia identidad. Y en eso vamos convergiendo en nuestra propia diversidad, construyendo unidades territoriales, organización política a nivel regional, a nivel nacional”.
Sobre las críticas en relación al concepto de Plurinacionalidad, Churuchumbi afirma que existen ya experiencias previas como el Estado español, País Vasco y en Cataluña. La invitación, dice, es superar la concepción de “una sola nación y un solo Estado. Nosotros decimos: un Estado Plurinacional que reconozca varias naciones y nacionalidades”. Todas reconocidas con su propio territorio, cultura e idiomas. “Por lo tanto, estas naciones, en estas nacionalidades, debería también el Estado financiar para desarrollar la salud propia, la educación propia, un sistema de economía propio”.
Agrega que los sectores conservadores insertarán el concepto de división de la Nación para debilitar la propuesta; y subraya: “Plurinacionalidad no es separatista. La Plurinacionalidad fortalece el Estado, la Plurinacionalidad respeta la diversidad de territorios, la diversidad de idiomas, la diversidad de economías, la diversidad geográfica, la diversidad de la naturaleza, la diversidad de las organizaciones. Todo eso respeta la Plurinacionalidad”.
Para lograrlo, se requiere democratizar la economía: “El que tiene más, debe pagar más impuestos. El que tiene menos, debe pagar menos impuesto. Eso también es construir desde la Plurinacionalidad un Estado de justicia, de equidad, no sólo para los pueblos indígenas, sino también justicia para el resto de la sociedad. En este caso la chilena”.
“Sobre las críticas en relación al concepto de Plurinacionalidad, Churuchumbi afirma que existen ya experiencias previas como el Estado español, País Vasco y en Cataluña. La invitación, dice, es superar la concepción de “una sola nación y un solo Estado. Nosotros decimos: un Estado Plurinacional que reconozca varias naciones y nacionalidades”. Todas reconocidas con su propio territorio, cultura e idiomas”.
Uno de los desafíos de un Estado Plurinacional será la capacidad de combinar la justicia indígena -llevando a la práctica el Convenio 169 de la OIT– y la ordinaria. Ambas, dice, “no son contradictorias, sino que debe haber cooperación y coordinación entre ambos sistemas de justicias. Eso es hablar de la Plurinacionalidad, es la construcción de una nueva sociedad y de un nuevo Estado”. Para esto último, parece clave el concepto de interculturalidad. Significa “respetar la diversidad de organizaciones, no perseguir, respetar, potenciar, fortalecer, para que las organizaciones también sean propositivas, que sean corresponsables, solidarias con el Estado; no solamente el Estado es el que impone, sino también la sociedad organizada. El Estado responsable tiene que saber co-gobernar, tiene que saber co-participar; es decir, en las políticas públicas del Estado tiene que haber una toma de decisiones con corresponsabilidad, toma de decisiones compartidas con el Estado y con la sociedad. Y ahí podemos hablar también de la Plurinacionalidad de la Interculturalidad”.
La Plurinacionalidad no es solamente lo público y lo privado, sino también lo comunitario. “En los pueblos indígenas, en los barrios periféricos de Santiago de Chile, en los barrios periféricos de Quito, también se vive lo comunitario, en barrios periféricos de Cayambe también se vive lo comunitario; es decir, el concepto, la vivencia comunitaria, no solamente es para los pueblos indígenas, sino que también es para las ciudades, éste es el nuevo concepto que tenemos que desarrollar y profundizar”, sostiene. “Los primeros cimientos de la construcción de un Estado Plurinacional, de una sociedad intercultural, porque a veces quedamos sólo en la teoría de la Plurinacionalidad, en la teoría de la Interculturalidad. Pero a veces hay que preguntar cómo concretar la Plurinacionalidad en nuestros territorios, en los proyectos de Estado, en las organizaciones sociales.”
“Sostiene que los sectores conservadores insertarán el concepto de división de la Nación para debilitar la propuesta; y subraya: “Plurinacionalidad no es separatista. La Plurinacionalidad fortalece el Estado, la Plurinacionalidad respeta la diversidad de territorios, la diversidad de idiomas, la diversidad de economías, la diversidad geográfica, la diversidad de la naturaleza, la diversidad de las organizaciones. Todo eso respeta la Plurinacionalidad”.
Mirando a los constituyentes chilenos
En la historia de CONAIE, la elaboración del concepto de Plurinacionalidad sigue siendo fundamental en el imaginario y propósitos de las organizaciones indígenas. A tal punto, que el movimiento indígena en Bolivia lo desarrolló luego y reconstituyó su propio estado excluyente por un nuevo que se denomina del mismo modo, pero enfatiza la constitución de Bolivia: “Constituye como Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional, Comunitario Libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías”.
En los últimos años, militantes del movimiento mapuche lo han incorporado como parte de su repertorio político, en específico la Identidad Territorial Lafkenche, en específico su seminario de formación del año 2013. Junto con ello es un debate que transita en la organización Ad Mapu en los 80 y el Aukin Wallmapu Ngulam; estas últimas, no obstante, han desarrollado como concepto e ideario desarrollar la Autonomía como ejercicio de la Autodeterminación y su actual líder Aucan Huilcaman toma distancia de Plurinacionalidad pues domesticaría el derecho a la libre determinación. No obstante, parece ser la columna vertebral que los constituyentes mapuches irán a debatir en los próximos meses en el Palacio Pereira.
Desde la visión de Churuchumbi, Plurinacinalidad significa profundizar el concepto de democracia; de hecho dice: “No solamente significa una democracia representativa, sino la democracia participativa, y eso es construir el concepto de la Plurinacionalidad”. Esto último se ha traducido en buscar la creación de mayores precisiones sobre su significado. La experiencia de Bolivia parece ser una de las más avanzadas los últimos años con la creación de ministerio y políticas que han insertado algunos debates emanados por los movimientos sociales como el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización. Según sus palabras, “la Plurinacionalidad significará para el caso de Chile, la organización del Estado”. De esa transformación vendrán los debates con los sectores más críticos al movimiento indígena y mapuche en particular: ¿serán capaces de adaptarse a la reestructuración que implica la conformación de un nuevo tipo de Estado?
Según Churuchumbi, en ese contexto se debe desarrollar una verdadera interculturalidad: impregnar e intercambiar valores, prácticas, conocimientos y la redistribución de las riquezas. Una democratización en el reconocimiento del control que la sociedad debe ejercer sobre los bienes públicos y fomentar políticas del mismo carácter. Y si consideramos la experiencia boliviana, un Estado Plurinacional deberá transitar hacia la autonomía territorial.
Las propuestas de las Primeras Naciones deben sintonizar con los otros excluidos dice, enumerándolos: movimientos feministas, ecologistas, profesionales, campesinos. Con los críticos al capitalismo. “Si en eso nos unimos, si ése es el proyecto, entonces nosotros tenemos que optar por una lucha social, organizada. Si nosotros participamos de la institucionalidad, es fundamental la formación ideológica y política de cada uno de los líderes”.
Envía sus recomendaciones a los constituyentes de los pueblos indígenas: “Hay que conformar un equipo externo, asesor, un equipo que haga lobby político, un equipo que de sustentación técnica, jurídica, porque adentro hay que luchar. Adentro el equipo técnico, logístico, intelectual, académico, asambleísta. El soporte político de las organizaciones sociales. Así se logra avanzar”.
-¿Qué temas colocaron ustedes como transversales?
-Planteamos que la Constitución en el artículo 1 esté el concepto de la Plurinacionalidad, el concepto de la interculturalidad, el Sumak Kawsay; es decir, la armonía entre el ser humano con la madre naturaleza. Luego, en el capítulo del Buen Vivir, los derechos de la educación, de la salud y del trabajo.
Sin desconocer las contradicciones que se desarrollaron entre estos principios y el modelo económico, el alcalde recuerda la experiencia vivida bajo el gobierno de Rafael Correa. Hace un llamado de atención entre el discurso del Buen Vivir, y por el otro lado, las políticas económicas que no modificaron el extractivismo económico, sino que por el contrario profundizan la minería, el extractivismo de petróleo e incluso la persecución hacia los pueblos indígenas. Esto último, una de las razones que dinamitó la relación entre el gobierno de Rafael Correa y la CONAIE.
Es importante considerar que en el Ecuador los territorios indígenas son discontinuos y étnicamente heterogéneos. La interculturalidad que desarrollaron en ese país buscó enseñar a los no indígenas a convivir y enriquecerse de la sociedad indígena, valorando las prácticas políticas y culturales que éstos portan. A su vez, aceptar que en la población indígena conviven urbanos y rurales; desde profesionales a obreros y obreras. Pero sobre todo, destaca Guillermo Churuchumbi, es fundamental demostrar gestión. Como CONAIE, dice: “Desde hace veinte años hemos demostrado nuestra capacidad de gestión, una capacidad de trabajo no solamente para los pueblos indígenas, sino que también para el resto de la sociedad ecuatoriana, y además luchamos contra la corrupción, garantizamos una democracia participativa”.
No desconoce los problemas y dificultades que han debido sobrellevar para seguir adelante como organización. Sin embargo, a partir de octubre de 2019, con la movilización en Ecuador, la población reconoció la lucha de los pueblos indígenas, de gestión, de capacidad de trabajo, de oposición a la corrupción, de garantizar la democracia participativa. Desde ese mes, con optimismo señala que volvieron a ser la segunda o tercera fuerza política del Ecuador que les permitió disputar la presidencia con Yaku Pérez, quien el 19 de mayo oficializó su salida del movimiento en un vaivén de críticas al interior de la organización dando cuenta de las controversias y senderos de dificultades que se abren en la misma ruta hacia la interculturalidad.
Sobre esto, Churuchumbi es optimista al pronunciarse sobre el movimiento: ha perseverado “la lucha colectiva” y no su dependencia a “una persona. Respetamos, no estamos de acuerdo con su salida, pero la lucha continúa, la lucha es histórica. Yo soy fundador del movimiento desde hace veinticinco años, treinta años militante de CONAIE, veinticinco años militante del movimiento político, la lucha no es que se hace de noche a la mañana. Podemos tener errores, dificultades, pero existe un proyecto político que genera unidad y en aquello tenemos que trabajar”.
“Envía sus recomendaciones a los constituyentes de los pueblos indígenas: “Hay que conformar un equipo externo, asesor, un equipo que haga lobby político, un equipo que de sustentación técnica, jurídica, porque adentro hay que luchar. Adentro el equipo técnico, logístico, intelectual, académico, asambleísta. El soporte político de las organizaciones sociales. Así se logra avanzar”.
* Fernando Pairican es Doctor en Historia, posdoctorante del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) y Académico de la Universidad de Santiago.