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30 de Enero de 2022

Jorge Arrate: “El gabinete de Boric es excelente, pero eché de menos la presencia de dirigentes sociales y pueblos originarios”

El histórico socialista echó de menos la inclusión de "sectores populares" al gabinete de Boric. Rodrigo Sepúlveda Stephens

En conversación con The Clinic, el histórico socialista aborda los primeros días de conformación del futuro gobierno de Gabriel Boric donde, entre diversos tópicos contingentes, pone el foco en la presencia del economista Mario Marcel como futuro ministro de Hacienda: "Esta es una oportunidad para Marcel de ser lo que él siempre ha querido ser: socialista", afirma.

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La conformación del gabinete de Gabriel Boric ha acaparado el debate político de las últimas semanas, tema que por cierto ha concentrado la mirada aguda de Jorge Arrate. Coincidiendo en diversos foros sobre la izquierda chilena, el histórico socialista se ha convertido en lo que el futuro Mandatario, estudioso y nostálgico a la vez del socialismo criollo de viejo cuño, ha denominado “compañero de ruta”.

Una complicidad que ha sido profundizada, además, en la conformación del colectivo “Plataforma Socialista”, grupo de ex militantes y actuales socialistas críticos del rumbo que ha tomado en el último tiempo el Partido Socialista, pero que desde su origen defendieron la conformación de un polo de izquierda con el Frente Amplio. Por lo mismo, el colectivo suele participar de las reuniones de la dirigencia de Apruebo Dignidad -FA junto al PC, el FRSV entre otras agrupaciones-, donde periódicamente definen directrices para sustentar políticamente al gobierno del ex dirigente estudiantil.

En este sentido, Arrate tiene un amplio recorrido por los principales hitos de la izquierda chilena.

Luego de haber estado en la primera línea de la Unidad Popular, haber participado de la reunificación del socialismo desde el exilio en dictadura, articular la Concertación desde su génesis, protagonizar los años de Transición en diversos puestos de poder -ex ministro de Educación con Patricio Aylwin, Trabajo y Segegob con Frei Ruiz-Tagle-, renunciar a 46 años de militancia del PS para asumir una candidatura presidencial en el pacto Juntos Podemos Más en el 2009 -incluyendo una breve militancia instrumental en el PC-, Arrate es más que voz autorizada para analizar las primeras horas de un gobierno de izquierda con apoyo de la ex Concertación.

Una extensa trayectoria histórica que explica el entusiasmo crítico ante un gobierno que, además, concentra la atención mediática internacional debido a sus peculiares características, según destaca el propio Arrate, partiendo por la corta edad del Mandatario entrante: 35 años.

“Las circunstancias que vivimos son muy especiales. Por algo Chile llamó la atención en los medios internacionales; cuando ganó el Presidente Salvador Allende, luego cuando Pinochet fue desplazado a través del Plebiscito, y el triunfo de Aylwin. Hoy día el mundo entero está mirando lo que está pasando en Chile, particularmente a los sectores que quieren hacer cambios efectivos”, dice Arrate, para personificar en el Presidente electo el inicio de una nueva época.

“En ese sentido, Gabriel Boric es no sólo una figura política chilena, sino también internacional. Creo que él lo sabe y, porque lo conozco, creo que tiene todas las capacidades para hacer una presidencia que quede marcada en la Historia de Chile. No tengo ninguna duda”, agrega el escritor, abogado y economista.

La futura vocera de gobierno, Camila Vallejo, calificó a la administración de Gabriel Boric como un “gobierno de centro izquierda”, algo inesperado viniendo de una militante comunista. ¿Cómo conceptualizaría usted al próximo gobierno?

-La base de apoyo del gobierno de Boric es a partir de una primaria donde todos los miembros de la coalición lo apoyaron como Presidente Es la conformación de una nueva izquierda en Chile, Entonces Apruebo Dignidad tiene la presidencia de la república y tiene a los miembros de sus partidos en casi el 50% del gabinete de Boric. Si uno considera algunos independientes, que son muy cercanos al Frente Amplio o a Chile Digno, es más del 50% del gabinete de Boric. En ese sentido, yo creo que este es un gobierno de izquierda.

El concepto que usa Camila Vallejo pone el énfasis porque también participan sectores de centro izquierda, porque para gobernar se necesita una base amplia de apoyo. Eso es lo que ha hecho Gabriel Boric. Para mí es un gobierno de izquierda.

Un gobierno de izquierda con presencia del PPD, del Partido Radical, el Partido Liberal, que no son partidos precisamente de izquierda.

-Por eso es una coalición más amplia, cuya base es Apruebo Dignidad. Sí, nadie podrá poner en duda que respecto de las denominaciones, es de izquierda, más allá de que algunos digan “no es suficientemente de izquierda”, en fin. Es un debate que siempre ha habido en la izquierda.

Apruebo Dignidad es un fuerza de izquierda y es la más poderosa del gobierno, partiendo por el Presidente. Entonces, en buena hora que haya otra fuerza porque tenemos que constituir gobiernos de amplio espectro que permitan recoger las mayorías necesarias para hacer transformaciones por la vía legal. Eso es lo que está ocurriendo.

La amplitud de espectro en el próximo gobierno, ¿no genera también problemas ante diversidad de criterios para un mismo problema?

-Las diferencias son parte de la política y es parte del ejercicio del gobierno. Lo que caracteriza a un gobierno de coalición es precisamente la pluralidad de miradas. El punto es cómo se hace la síntesis de esas diferencias, qué la define y cómo se comportan los integrantes de la coalición una vez que se ha logrado esa definición. Yo espero que este gobierno haga bien este proceso y que esas diferencias específicas el Presidente las sintetice.

El punto es que se incorporaron casi todos los partidos de la ex Nueva Mayoría. Siendo partícipes de esa coalición, el PC ha sido crítico de ese bloque: han dicho que no se pudo llevar adelante las transformaciones por diferencias en su interior. ¿Es posible de que ese fenómeno vuelva a ocurrir?

-Quiero decir que yo no fui partidario de la Nueva Mayoría y me quedé muy solitario porque yo provenía de la elección presidencial del 2009 que habíamos hecho con el Juntos Podemos Más, y el Partido Comunista adoptó estrictamente la decisión de hacer una alianza con la Concertación, en vez de levantar una opción de izquierda propia. Yo no estuve de acuerdo y creo que fue un error.

Siempre he creído que en Chile no va a haber transformaciones radicales si no se constituye una izquierda poderosa. Y esa izquierda poderosa tiene que estar en coalición, tiene que hacer acuerdos con otros sectores, como lo que está ocurriendo ahora. Chile con izquierda es muy distinto a un Chile sin izquierda, y eso es lo que el gobierno va a tener que dejar claro. En una coalición siempre hay diferencias, esas diferencias se procesan y alguien hace la síntesis de esas diferencias. Y en un sistema presidencial ese es el Presidente de la República.

A mi juicio, lo que falló en la Nueva Mayoría fue la conducción del gobierno, no el que haya habido o no diferencias, eso no es el punto. El punto es cómo se resuelven cuando esas diferencias no se superan, y eso no se hizo. La conducción de la Presidenta Bachelet, por distintos factores, fue débil. Pero creo que en este caso vamos a tener un Presidente que tiene muy claro que tiene que ejercer sus atribuciones.

Pero el FA y AD surgieron como una crítica a la Concertación y ahora hacen un gobierno conjunto.

-Ocurrió un hecho extraordinario, que es la emergencia de una generación política única. Creo que no ha habido otra en la historia en términos de sus características, de su potencialidad política, de la capacidad de entendimiento entre ellos. Creo que Gabriel Boric tiene un tremendo liderazgo, pero también tiene un tremendo liderazgo Camilla Vallejo y también tiene un tremendo liderazgo Giorgio Jackson. Alguien que también es de esa generación y que también era dirigente estudiantil en ese momento era Izkia Siches.

Es una generación realmente única y explica en buena parte lo que ha ocurrido posteriormente, cómo ellos se han ido imponiendo, cómo han ido resolviendo las diferencias de su coalición. El rol de Giorgio Jackson, Camila Vallejo, de Gabriel Boric, de Miguel Crispi e Izkia Siches en mantener Apruebo Dignidad, de fortalecer Apruebo Dignidad, va a ser muy clave.

En una coalición siempre hay diferencias, esas diferencias se procesan y alguien hace la síntesis de esas diferencias. Y en un sistema presidencial ese es el Presidente de la República.

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“La experiencia se transforma en excesiva cautela”

¿Qué define a esta generación que próximamente gobernará con Gabriel Boric?

-Impresionante. Yo lo imagino del siguiente modo. Va pasando un tren y nosotros, mi generación, nos subimos al último carro del tren moviéndose: fue emocionante y extraordinario el proceso de la Unidad Popular. Esta generación se sube al tren, pero a la locomotora. Es un hito muy singular que revela un desgaste muy grande el Siglo XXI, donde ya había un desgaste muy grande del sistema político, de los partidos del Siglo XX, de los partidos clásicos, incluidos partidos de la izquierda histórica. Había una falta de entendimiento entre la política y la sociedad. 

Esta generación se puso en medio de esta crisis y tomó el ramo por las hojas. Ellos rechazaron la política como era en ese momento y recogieron muy bien la fuerza de los tiempos. El tiempo del siglo XXI es un tiempo donde ha quedado en evidencia los vacíos de la izquierda histórica. 

-¿Por ejemplo?

-Como el tema de género y el ecológico, que se reconocen como dos elementos que no estaban en esa izquierda, en ese tren donde yo me subí al último carro. Entonces, no estaban presentes con la tesis que había. Ellos recogieron esto e hicieron una síntesis con Recabarren y Allende con la izquierda del siglo XXI, que reivindica a la Alekxandra Kollontái, a Rosa Luxemburgo, Elena Caffarena y Julieta Kirkwood.

La juventud es una virtud, pero también una debilidad en cuánto a la experiencia. Y esta generación asume el gobierno en condiciones políticas, sociales y económicas bastante complejas. 

-Usted tiene razón, pero primero una reflexión sobre la idea de la experiencia. Sí creo importante tener un acervo de experiencia, un rodaje previo, claro que es importante. Pero cuando uno se enfrenta a desafíos nuevos, cuesta acomodarse y la experiencia también tiene sus aspectos negativos.

A veces la experiencia se transforma en excesiva cautela y marca tan fuerte, que genera conductas que son débiles en cierto sentido. Pienso, por ejemplo, que la experiencia de la Unidad Popular y sus consecuencias, el Golpe de Estado, la eliminación masiva de compañeros de nuestra generación, llena de asesinatos y desapariciones, fue una experiencia que nos marcó mucho. Y cuando llegó el momento de la Transición, estábamos marcados por una excesiva cautela.

Entonces ojo con la experiencia, porque si bien es necesaria, también tira un poco para abajo la necesidad de ser potentes y de experimentar. Porque en política también hay que experimentar razonablemente, porque estamos hablando de sociedades, de personas, de grupos humanos que no son objetos de laboratorio.

En la actual generación todavía queda gente senior que tiene una experiencia y que puede transmitirla. No es lo mismo que tener la experiencia, pero ayuda. En ese sentido, muchos de los que estamos en la faz de la Tierra, estamos en disposición de colaborar en esto cuando se necesite. No estoy hablando de cargos de gobierno, simplemente estoy hablando de transmisión de testimonios y de colaboración.

Usted sostiene que la experiencia, de cierta forma tiene el lastre de la excesiva cautela. ¿Acaso los tiempos actuales no son para manejarse con cautela? Algunos desafíos, sólo en seguridad: migración irregular, narcotráfico, conflicto en la Arucanía, un déficit fiscal del 22%

-Los desafíos son enormes y Gabriel Boric ha demostrado que es capaz de actuar con cautela y ponderación, pero al mismo tiempo de mantener firmemente ciertos criterios desde un principio. No estoy diciendo que dejemos de lado el ser cauto, el prevenir, el hacer cuentas con la realidad: ¿Cuál es la realidad y qué cosas se pueden hacer? ¿En qué cosas se puede avanzar teniendo en consideración esa realidad?

Pero una cosa es la realidad, y otra cosa es vivir atemorizado por el poder del 1% más rico del país, o por el poder de los que tienen el monopolio de las armas. Yo espero que ninguna de las dos cosas condicionen nuestra democracia.

“El problema con el PS es su modo de hacer política”

Siendo usted un socialista de larga data: ¿Cómo interpreta el ingreso del PS al gobierno, dada la visión crítica que usted tiene del partido?

-El socialismo es más que el partido, que vive momentos que no son favorables en el sentido histórico. Dicho eso, me parce bien que se hayan incorporado algunos militantes del Partido Socialista, era esperable. No hay problemas con Maya Fernández, Carlos Montes y Manuel Monsalve, que son personas que, en el caso de Maya, forma parte de Plataforma Socialista. Y en el caso de Monsalve, es un parlamentario que tiene una visión crítica con la actual conducción del PS. 

El problema con el PS es su modo de hacer política, el peso incontrarrestable de las corrientes internas, su vinculación clientelista con los espacios de poder. Aún así, siento que la mayoría de los socialistas que están fichados en el Servel, son personas que tienen un corazón socialista. 

A propósito del lanzamiento del libro Génesis y Ascenso del Socialismo Chileno, cito una frase suya expresada en La Tercera: “El Partido Socialista perdió radicalmente su vinculación con la sociedad en un proceso de burocratización y yo creo, de reacomodo” ¿Se reacomodó el PS en esta pasada?

-No, el reacomodo del Partido Socialista es de largo tiempo y se inició en el periodo de la Concertación en los 90, que es una década políticamente precaria. La democracia de los acuerdos pasó a ser una virtud, y aunque en algunos momentos se tuvo ciertas mayorías, algunas reformas no se hicieron, y finalmente se apegó a la negociación de la Constitución del 2005, que tuvo como mérito indudable el sacar la firma del dictador de la Constitución y de sustituirla por el de una persona decente como es Ricardo Lagos. La necesidad se había hecho virtud y el Partido Socialista se fue acomodando.

¿No teme que esos vicios del PS, como su clientelismo con los espacios de poder, se trasladen hasta este gobierno?

-No creo que sea tan fuerte el Partido Socialista para producir una Pandemia en esos términos, pero sí tengo la inquietud de que los mismos vicios no se reproduzcan, por ejemplo, en el Frente Amplio o en los partidos de Apruebo Dignidad. Porque no son vicios que surgen de la maldad de las personas, muchas son vicios que surgen de la naturaleza del poder.

La oligarquización de la política está estudiada. Las organizaciones tienen una cierta tendencia a burocratizarse y clientelizarse, y el único remedio que tienen es el autocuidado. Es como con el COVID: prevenir lavándose las manos a cada rato, ver si uno se puede vacunar. Tiene que haber capacidad de mirarse a sí mismo, de autocrítica, porque eso es lo único que puede paralizar la oligarquización como algo que es natural: estarse mirando y haciendo las reformas internas.

Esta generación se puso en medio de esta crisis y tomó el ramo por las hojas. Ellos rechazaron la política como era en ese momento y recogieron muy bien la fuerza de los tiempos.

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Mario Marcel “tiene la oportunidad de ser socialista”

El futuro ministro de Hacienda, Mario Marcel, tiene la ingrata labor de poner freno de mano al gasto fiscal. Y en un programa de la radio Nuevo Mundo, usted dijo: “espero que este ministro de Hacienda no sea como los de antaño”…

-Sí, y yo creo que no lo va a ser. Yo lo conozco hace mucho y tengo una buena opinión personal con él, sé bien su trayectoria. Primero decirle que me hubieran gustado otros nombres por si alguien me hubiera preguntado.

¿Gonzalo Martner?

-Gonzalo Martner creo que hubiera sido un gran nombre, también Roberto Zahler. Mario Marcel es un economista muy destacado, que tuvo una formación distinta a la de los economistas de la línea neoliberal norteamericana. Él estudió en Cambridge (Inglaterra), que es una universidad con una tradición en materia de economía, una tradición muy poderosa de pensamiento autónomo, libre y de una mirada más a la izquierda.

Mario Marcel tiene un tremendo desafío: tiene que ser capaz de poner en ejercicio sus capacidades técnicas, que son muchas, para el servicio de objetivos políticos que son completamente distintos de aquellos a los que esas capacidades técnicas de otros de sus colegas han servido en los últimos 50 años.

Explíquese.

-Marcel tiene que cuidar que funcione bien la economía chilena, pero al mismo tiempo, favorecer las políticas transformadoras que impulsa el gobierno. Y eso pasa por cuestiones tan simples como saber si estamos por gravar con más impuestos a los más ricos o no. Eso es súper simple, y yo espero una sola respuesta: sí.

Si vemos a Mario Marcel lograr una reforma tributaria, quiere decir que ha asumido que sus conocimientos los está aplicando a un proyecto transformador. Esta es una oportunidad para Marcel de ser lo que él siempre ha querido ser: socialista. Porque en realidad, en el ejercicio de su profesión, no ha podido serlo, porque ha trabajado en general para organismos internacionales o gobiernos que no tenían este signo.

Naturalmente que los grupos económicos no se van a quedar de brazos cruzados y tienen toda la infraestructura para hacer oposición al gobierno de Boric…

-Y la están haciendo.

Entonces, ¿Tiene el gobierno de Boric el capital político suficiente para resistir esa oposición?

-Este gobierno tiene que saber que hay materias donde que ir de frente a la pelea. Tienes que mandar al Congreso lo que son sus opciones y ponerlas por delante. Si el impuesto a los súper ricos no se aprueba, que sepa la ciudadanía quiénes están votando en contra del impuesto a los más ricos, primer punto

Otro punto. A mí me preocupó la campaña de primera vuelta. Consideré, y lo dije oportunamente y donde debía, que la campaña de primera vuelta el ciudadano popular, la chilena o chileno sencillo, estaban ausentes. Esto se corrigió en gran medida en segunda vuelta. 

El gabinete de Boric es excelente, pero eché de menos la presencia de dirigentes sociales y pueblos originarios. Este gobierno no puede moverse sólo en el universo de los partidos políticos, tiene que moverse en el universo de las organizaciones sociales, que son muchas en Chile y muy variadas.

La relación del gobierno con los movimientos sociales es muy importante. Boric ha dicho que los ministros salgan a la calle, a los barrios, a los municipios, que recorran el país y que escuchen. Ojalá que esto sea así.

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“El gobierno tiene que dar señales de inclusión de sectores populares”

-El dato objetivo es que el futuro gobierno ni siquiera tiene mayoría simple en el Congreso. ¿Cómo se impulsan transformaciones así?

-Habrá posibilidades de generar mayorías y habrá otros proyectos donde habrá que poner a la derecha en el Congreso en condiciones de que deban pronunciarse, de tomar una opción y hacerse responsable políticamente.

Entonces hay que dirimir y examinar la cartera de proyectos para construir mayorías. Hay otros donde también este ejercicio se puede hacer, pero lo más probable es que los lleve a un punto muerto. Entonces hay que dar el debate, hay que exponer a los partidos de derecha a la ciudadanía durante el debate o la movilización popular.

En un Live de fines del 2020, el sociólogo Carlos Ruiz ya advertía que el FA tenía “un taxímetro corriendo”. En ese sentido, ¿Cómo se manejan las expectativas con un Congreso empatado?

-Hay un trabajo que se está haciendo en Apruebo Dignidad, y lo está haciendo el equipo de gobierno, que es definir qué va a hacer el gobierno en los primeros cien días.  Así como la integración del gabinete está llena de signos, hay un signo por el tema de género que es indudable. Hay 14 mujeres en el gabinete de Boric, hay una presencia de la nieta de Salvador Allende en el Ministerio de Defensa, hay un profesor que ha sido nombrado ministro de Educación por primera vez en muchos años. 

El gobierno tiene que hacer una serie de acciones y gestos sobre cuál es la dirección entregada. 

https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=394688971763612

Problematicemos. Cito la introducción del libro “Génesis y Ascenso del Socialismo Chileno”: “Los proyectos de izquierda se han reducido a meros programas de gobierno, cuando no a simples orientaciones para ganar elecciones y ejercer el poder estatal”. 

-Jajaja, bueno esa es una introducción que hicimos con Carlos Ruiz, con quien siempre hemos tenido la perspectiva de una cosa: sin horizonte no hacemos nada. Si no, somos simplemente máquinas de tomar el poder.

Nunca he renunciado a la perspectiva utópica, que es la que me convoca. Mi interés y apasionamiento por la política, han sido convocados por ese horizonte, por esa mirada. Nosotros, la izquierda y los socialistas, sostenemos que hay otra forma de vivir distinta a la actual que pueden tener distintos nombres. Yo la llamo socialismo, otros lo llaman buen vivir. En fin, ese horizonte no se debe perder de vista.

Creo que Gabriel Boric lo tiene muy claro. El otro día dijo esta frase, que motivó en Twitter la reaparición de lo que escribimos con Carlos Ruiz, donde le pedí que se definiera. Ahí dijo yo soy un socialista libertario y latinoamericano. Esa es una mirada a largo plazo, porque no está pensando construir socialismo hoy día, pero sí está a la orden del día el desafío del camino.

En ese sentido, ¿Este gobierno será transformador o administrador de lo que queda?

-Yo espero que sea transformador. Las perspectivas no son buenas para el futuro gobierno si sólo se dedican a administrar, eso no puede ser y no creo que vaya a ocurrir. Tengo confianza en que este gobierno se va a jugar a fondo por los cambios que ha anunciado.

A lo mejor no todos los cambios terminan siendo posibles, pero lo que exige la ciudadanía, particularmente los jóvenes, es que uno se juegue con lo que dice. Y lo que pedimos a este gobierno, jóvenes y viejos, es que se jueguen por lo que han dicho.

Si vemos a Mario Marcel lograr una reforma tributaria, quiere decir que ha asumido que sus conocimientos los está aplicando a un proyecto transformador.

Usted que conoce bien a los comunistas: ¿Está cómodo el PC en el diseño del futuro gobierno? 

-Creo que el PC tiene un compromiso muy claro con el gobierno de Boric y nadie puede poner en duda en que van a cumplirlo muy lealmente. Ahora, creo que ha trascendido a la prensa alguna de sus eventuales observaciones y yo las comparto. Efectivamente, el futuro gobierno tiene que dar señales de inclusión de sectores populares, del Chile popular. 

También tiene que incorporar a pueblos originarios, cosa que ninguna de las dos ocurrió con el nombramiento del gabinete de Gabriel Boric. Y además, tiene que buscar integrar a los sectores que en la elección de convencionales obtuvieron una alta votación, como la Lista del Pueblo para usar una expresión genérica a estas alturas.

-Pero eso contradice el mensaje inicial de los partidos, subrayado también por el propio Presidente electo, de que no habrían presiones por cargos en el gobierno.

-Efectivamente, hay dos planos. Un plano es el de las críticas políticas a la integración  del gobierno, y es en esa dirección es la que apuntan aquellos que hemos puesto el énfasis en la integración de sectores que no aparecen hoy día adecuadamente integrados al gobierno. 

La segunda dimensión tiene que ver con la dimensión burocrática, la presencia de más o menos de un partido en determinados cargos. Eso me preocupa bastante menos.

Creo que en todos los gobiernos de coalición se producen estas diferencias y, más bien, lo que yo aspiraría es que las fuerzas de Apruebo Dignidad contengan cualquier tipo de expresión de ese sentido, que los coloquen a un mismo nivel de aquellas fuerzas que formaron parte de conductas políticas que la propia izquierda esta vez ha dicho rechazar. Entonces, yo periferia que fueran bastante discretos en sus exigencias de carácter burocrático. 

¿Cómo se evita que el gobierno de Boric sea desbordado por la izquierda? Guardando las proporciones, usted lo vivió en la Unidad Popular.

-Así es, es un fenómeno que se ha dado todos los procesos encabezados por la izquierda; la Revolución de Octubre, la República Española y la Unidad Popular. Celebro que la izquierda sea biodiversa. Seguramente va a haber posturas más principistas, otras más maximalistas, pero esto es parte de la izquierda y hay que lidiar con eso. 

Por lo demás no es nuevo. Ya ocurrió en parte importante de la izquierda cuando se firmó el acuerdo de noviembre del 2019 en el que participó el Presidente electo. Ahí se produjo esta diferencia que afortunadamente se superó. Creo que ahí hay un tema que es muy importante y del que no hemos dicho nada, que es la Convención Constituyente,  ese es el espacio clave. 

Los próximos seis meses son decisivos, el Plebiscito de salida es decisivo. No hay que olvidar que en el Plebiscito de salida votan por obligación todos los que tienen derecho a voto. Es voto obligatorio, y eso demanda hoy día, de Apruebo Dignidad y del gobierno, una acción concertada desde ahora, porque ese plebiscito tiene  un grado de incertidumbre.

¿En qué sentido “acción concertada”? La Convención es muy celosa de su autonomía.

-Concertada en el sentido de apoyar. El rol de los partidos es preparar a la gente y particularmente a quienes no han votado nunca, para ir a votar el día del Plebiscito de salida y hacerlo apoyando el resultado de la Convención. Hay que apoyar los resultados de la Convención, ese es mi criterio. 

¿Cómo mantener el impulso transformador de la Convención? Ya parece que se olvidó, pero en Primera vuelta la izquierda perdió de manera sorpresiva. 

-Como teníamos la segunda vuelta por delante, tratamos de echarla bajo la alfombra. La primera vuelta se perdió, tanto en la presidencial como en la parlamentaria. Los resultados parlamentarios fueron verdaderamente desastrosos, en parte importante, creo yo, porque los partidos no mostraron suficiente espacio para los independientes. 

Ahí viene esta asimetría que hay en la convención y la constitución del Congreso. Es una responsabilidad nuestra lo que ocurrió, y eso hay que tenerlo presente. Que nos sirva de experiencia, ya que hablábamos de la falta de experiencia. 

¿Y si la Convención se pone creativa y acorta el periodo presidencial de Boric?

-No he pensado el tema, no tengo una postura, pero la Convención tiene todo el derecho de ponerse creativa y ojalá se pusiera más creativa. Yo estoy preocupado por algunas mociones que se han hecho respecto del Banco Central, por ejemplo, en que prácticamente mantienen una situación muy parecida a la que hay hoy día. Esto lo han apoyado convencionales del FA, del Colectivo socialistas e Independientes No Neutrales. 

Yo soy partidario de la autonomía del Banco Central, pero hay distintos tipos de autonomía, pero hay que discutir el carácter de esa autonomía y claramente los mecanismos por los cuales estas personas responden como todos los otros funcionarios públicos. Tienen una responsabilidad política. 

Lo que sea, pero creo que hay que apoyar la Convención . Si es una resolución de la Convención, yo la voy a aprobar porque a mí lo que me interesa es que haya una Constitución mucho mejor que la que tenemos hoy día.

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