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Reportajes

8 de Marzo de 2022

La geóloga que rescató a una tiburón de 4.5 metros varada y a ocho de sus crías: “Estaba maravillada de ver a un animal tan majestuoso”

Tiburón Rescate||||

Consuelo Antezana es una geóloga que vive hace dos años en Cobquecura donde practica surf. Este fin de semana en las playas de Ñuble, su hábitat, vivió una experiencia única: salvó a una tiburón hembra de aguas profundas que varó en la costa de Colmuyao y que se encontraba en trabajo de parto. Durante el fenomenal rescate, que fue guiado telefónicamente por el director regional del Servicio Nacional de Pesca, logró que ocho de sus crías se salvaran. “No alcancé a sentir miedo, más bien adrenalina para proceder de la mejor manera”, asegura sobre el desvaramiento.

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El varamiento de animales marinos en las costas de la región de Ñuble es una realidad dolorosa. En los meses veraniegos pueden varar en las orillas de sus costas casi 40 crías de lobo de mar al día, los que sin la ayuda del ser humano no pueden regresar al agua.

El aumento de los varamientos en la época veraniega, no sólo se asocian al incremento del número de crías durante esta época del año, sino que también a la irrupción de kayakistas en el perímetro de resguardo que muchas veces desorientan a los mamíferos acuáticos. 

La triste realidad de los lobos marinos en la región, moviliza año a año a los funcionarios del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), quienes durante este verano levantaron un operativo multidisciplinario con el fin de rescatar la mayor cantidad de lobos marinos de sus costas, el que incluyó la participación de la Universidad de Concepción y a los voluntarios del Comité de Defensa de Flora y Fauna (Codeff).

Una de las integrantes de este equipo es Consuelo Antezana, una geóloga que vive hace dos años en Cobquecura y que llegó a sus costas persiguiendo su vocación por el surf. Pero ¿Qué hace una geóloga rescatando fauna marina? Consuelo era la encargada de medir a los lobos varados para obtener un catastro de las dimensiones de cada uno de ellos. 

El trabajo de rescate de lobos marinos culminó el pasado 28 de febrero. Sin embargo, no fue el último operativo que Consuelo realizó en la temporada veraniega. El pasado fin de semana la mujer volvió a contribuir a devolver a animales a su entorno marino. Solo que esta vez no fueron lobitos de mar los rescatados, sino que una enorme tiburón fume y varias de sus crías recién nacidas. 

Salvando un tiburón de 4 metros y sus guaguas

La noticia la dio a conocer Chungungo, la mascota y vocera virtual del Servicio Nacional de Pesca en sus redes sociales el pasado lunes.

“Un grupo de personas que estaba en la playa le avisó a mis colegas de Ñuble que el tiburón hembra estaba vivo, y no solo eso: estaba en pleno trabajo de parto!!!! Si señores y señoras, estaba a punto de traer sus bendiciones al mundo”, fue uno de los mensajes publicado.

Lo cierto es que algunos de los vecinos alertados por la presencia de un tiburón y pequeños tiburones a su alrededor en la costa decidieron llamar al Sernapesca que se ubica en Chillán. El viaje de más de 100 kilómetros que separa a ambos puntos, hacía imposible que los funcionarios pudieran llegar a tiempo, por lo mismo René Vega, director regional (s) de Sernapesca Ñuble, no dudó en llamar a Consuelo, con quien trabajó codo a codo en el rescate de lobos marinos.

“Ella vive más o menos cerca, le pregunté si podía llegar porque nosotros de Chillán allá nos íbamos a demorar dos horas. No íbamos a alcanzar a hacer un rescate exitoso. Ella fue nuestro contacto en el lugar, llegó en 15 minutos y comenzó con las maniobras. Al principio intentaron mover el tiburón con personas a su lado, pero eso fue muy difícil porque el tiburón era muy laxo. Además no era aconsejable maniobrarlo cerca de la boca”, comenta hoy René Vega. 

Consuelo, quien llegó a la zona junto a su pareja y un amigo, luego de algunos intentos por desplazar al animal de 4,5 metros, recibió la guía con respecto a la devolución de las crías. Teléfono en mano atendi´´ó la instrucción de René de llevar a cada uno de los tiburones recién nacidos mar adentro.

“Sabiendo con que nos encontramos, llame a René, con el cual habíamos estado en contacto durante todo el tiempo y por el cual llegue al tiburón, para que me diera instrucciones a seguir. Ahí corroboramos era una excelente idea ingresar a las crías de inmediato y que deberíamos proseguir a ingresar al tiburón”, recuerda Consuelo.

Aquella decisión es comentada hoy también por René Vega: “Los tiburones generalmente ponen huevos, pero esta especie tiene los huevos dentro de ella y eclosionan en su interior. Estos animales al nacer son de vida libre inmediata: no requieren de cuidado parental, entonces lo mejor que podían hacer era tirarlos al agua”, comenta.

De un total de 11 tiburones nacidos, Consuelo junto a los vecinos, lograron rescatar a 8 de ellos. Luego del rescate, vino lo más difícil intentar salvar a la madre.

Mamá tiburona junto a uno de sus bebés.

 

Un tiburón dinosaurio

En un video registrado por Consuelo y su grupo, se ve el rostro de la mamá tiburón. La imagen impacta, se logran ver sus branquias, sus afilados dientes y una mirada que denota que la vida se le está yendo.

Son precisamente sus características la que convierten al tiburón fume o Hexanchus griseus, en una especie importante en la cadena evolutiva.

“El peje humo es un tiburón bastante particular en términos evolutivos, esto porque tiene seis branquias y eso es bastante singular. Se le considera evolutivamente antiguo, porque la mayoría de los tiburones más recientes tienen 5 branquias. Casi como un tiburón dinosaurio”, explica René Vega. 

Según agrega, este tipo de tiburón además habita mar adentro en toda la costa chilena. Según el experto de Sernapesca su temperamento es dócil con las personas salvo que lo molesten o ataquen. Vega añade que es extraño ver a este tipo de animal cerca de las costas, que su estado es de”casi amenazado”, es decir que está categorizado en riesgo menor, “pero en riesgo de todas maneras”.

A pesar de su apariencia moribunda, la tiburón varada en Cobquecura continuó aferrándose a la vida. Parte de las personas a su alrededor intentaron mojarla con un balde. Sin embargo, René Vega, comenta que para que los tiburones puedan oxigenar necesitan estar en movimiento. “A través de los videos nos dimos cuenta de que estaba viva, pero los tiburones cuando nadan oxigenan sus agallas, sin nadar se comienzan a ahogar”, sostiene.

Regresar a la madre a su entorno natural resultó complejo por sus dimensiones y también por el peligro que suponía acercarse a su hollywoodesca mandíbula. Pese a ello, Consuelo recuerda que eso poco le importó al grupo. Asegura que durante el rescate: “no alcance a sentir miedo, más bien adrenalina y atención a proceder de la mejor manera”.

Durante el rescate, fue la propia naturaleza que contribuyó en el retorno de la tiburón al mar. La marea comenzó a subir, lo que permitió a Consuelo y sus cercanos a reincorporar al animal al océano. Así lo recuerda:

“Gracias a mi pareja, Joaquín, y un amigo, Feña, que lograron ingresar sujetando al tiburón contra el oleaje a cierta profundidad (ella) fue capaz de dirigirse mar adentro. Vimos un par de movimientos de su cola tras un par de olas y luego desapareció. El oleaje estaba grande por lo que asumimos que sobrevivió, de contrario hubiese varado con facilidad”, asegura Consuelo quien vio a la tiburón madre perderse libre y vital en el océano del Ñuble. Un momento único e irrepetible.

“Estaba maravillada de ver a un animal tan majestuoso y sobre eso, dando a luz. Hacer lo posible por salvar al tiburón y las crías era lo que había que hacer, después del hecho pude pensar en lo increíble que fue”, reflexiona tras el rescate. 

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