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Yo, madre

6 de Mayo de 2022

El universo me coronó como madrastra

La imagen es un collage que hace alusión a ser madrastra Patricio Vera

Lucas tenía solo 5 años cuando su madre falleció, y desde ese entonces nos fuimos conectando desde los afectos y de las cosas cotidianas que él hacía con su mamá. Visitamos lugares, disfrutamos comidas y dibujamos cosas que la recuerdan, hablamos de ella cada vez que él quiere hacerlo. Para mí es muy importante transmitirle que ella será siempre su madre.

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Fui mamá a los 19 años recién cumplidos. Una gorda hermosa llegó a cambiar mi vida por completo. Sin saber nada comenzó una crianza que a ratos me asustaba porque sentía que esa guagua que sostenía en mis brazos era tan pequeña que me daba miedo apretarla, ahogarla… En fin, todas las ocurrencias que una adolescente como yo podría imaginar. Sin embargo nos hicimos amigas rápidamente y fui aprendiendo cada movimiento que hacía, siempre conté con la ayuda de mi mamá y mi abuela materna. Ambas fueron fundamentales desde el día uno del nacimiento de mi hija. 

Al año siguiente llegaron mis mellizas, y a los 20 años completé mi espacio con mis tres niñitas. La tarea fue ardua, pero gracias a Dios y al universo tuve muchísima ayuda de mi círculo más cercano. Y cuando digo muchísima me quedo corta, porque tener 3 hijos a los 20 años con diferencia de edad de tan solo 1 año y 8 meses, no es fácil. Hoy siento mucha admiración por esas mujeres de los años 50 o 60 que tenían siete o más hijos. 

Así fue pasando la vida. Ahora que miro hacia atrás pienso en el estado de inconsciencia que hacía todo. 

Unos meses atrás volví a casarme, me encontré hace unos años a quien hoy es mi gran compañero de vida y papá de Lucas. El universo me entregó esto y me coronó como madrastra. Siendo coronada por él a ratos como “mamastra”.  

La historia por acá se torna más triste, lo conocí muy pequeñito, a los casi tres años. Nos empezamos a conocer, a querer y empezó a fluir todo de manera muy tranquila, estrechamos lazos, mis tres niñas y él comenzaron una relación de amor y de afecto que, a pesar de la gran diferencia de edad, no provocó distancia. 

Hace algunos años la vida lo puso en el peor escenario: ver que su mamá Sofía o Sofi, como le suele decir, se fue al cielo con 29 años. Un cambio radical para todos, pero aún más para Lucas y mi marido, quien tuvo que comenzar su tarea de padre y madre al mismo tiempo.

Hace unos meses volví a casarme, me encontré hace unos años a quien hoy es mi gran compañero de vida y papá de Lucas. El universo me entregó esto y me coronó como madrastra. Siendo coronada por él a ratos como “mamastra”.  

Así comenzó un núcleo donde somos varios entregando contención, mucho amor y afectos, una red donde no solo hay madrastra sino también hermanastras, abuelastros etc. 

Lucas tenía solo 5 años cuando su madre falleció, y desde ese entonces nos fuimos conectando desde los afectos y de las cosas cotidianas que él hacía con su mamá. Visitamos lugares, disfrutamos comidas y dibujamos cosas que la recuerdan, hablamos de ella cada vez que él quiere hacerlo. Para mí es muy importante transmitirle que ella será siempre su madre. 

Hoy puedo decir que la maternidad me llegó de sorpresa y de manera muy potente. Fui mamá adolescente y ahora, a mis 45 años, soy madrastra de un pequeño que no tiene a su madre físicamente pero que estoy segura que espiritualmente se hace presente todos y cada uno de sus días para transmitirle amor desde otro plano. 

Él sigue siendo su hijo, que la ama desde lo más profundo de su alma. Y en persona estoy yo para transmitir lo mismo. Solo me queda agradecer al universo por haberme encargado a este niño lleno de amor y energía.

También puedes leer: Yo, ¿madre de mi madre?


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