La Convención
19 de Mayo de 2022Del “somos humanes” a menciones a la dictadura y el estallido social: las cinco propuestas de preámbulo aprobadas en comisión
De los 12 textos propuestos para ser el preámbulo de la nueva Constitución, solo cinco sobrevivieron al cedazo de la comisión.
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La comisión de preámbulo es quizás el espacio más lírico de la Convención Constitucional. Desde ese espacio deberá emanar, tal como dice su nombre, el texto introductorio que explica o advierte de qué se va a tratar la nueva Carta Magna.
De las 12 propuestas iniciales, la comisión ya aplicó el cedazo y solo sobrevivieron cinco. En el camino quedaron obras como la propuesta de la derecha más recalcitrante, que acusaba a la Convención de “desmembrar nuestra convivencia en añicos territoriales, burocráticos e identitarios” y cerraba con un mensaje que apelaba a Dios.
También fue rechazado un texto que partía con la frase “somos cordillera, somos río, somos mar, somos bosque, somos glaciares”. O la redacción de la nueva Constitución en primera persona: “He emergido de entre vosotros, florecido en medio del proceso constituyente más democrático e igualitario de la historia mundial”. Nada de eso logró sortear la primera valla.
A continuación, estos son las cinco propuestas de preámbulo para la nueva Constitución que seguirán su curso al interior de la Convención:
Iniciativa 604-2: Una mención a la dictadura y al estallido
Autores: Jorge Baradit, Beatriz Sánchez, María José Oyarzún (Frente Amplio); Paola Grandón (FRVS); Malucha Pinto, Trinidad Castillo, Matías Orellana (Colectivo Socialista); y Loreto Vallejos (Pueblo Constituyente).
Votación en comisión: 12 a favor, 2 en contra, 1 abstención
Nosotros, los pueblos de Chile, nos entregamos libremente esta nueva Constitución, deliberada y decidida por todas y todos quienes habitan en nuestro territorio en un proceso participativo, abierto y transparente.
La independencia de nuestro país, lograda a partir del 18 de septiembre de 1810, respondió a un contexto histórico excluyente que en aquellos años dejaba fuera de toda posibilidad de participación a mujeres, trabajadores, pueblos originarios y otras comunidades vulneradas.
El siglo XX, fue el campo de lucha donde esos estamentos postergados se desplegaron para exigir libertad, igualdad y justicia social. Los trabajadores fueron perseguidos y masacrados por el mismo estado que debía protegerlos, las mujeres fueron excluidas y violentadas por la misma sociedad que debía acogerlas y los pueblos originarios fueron esquilmados y perseguidos por el mismo estado que debió haberlos respetado e incluido.
La lucha política del gran pueblo de Chile frente a las elites, cerró el siglo con un golpe de fuerza que buscó destruir las luchas sociales e instalar por la violencia un modelo pétreo, que cerrara la discusión y excluyera, a través de distintos mecanismos, la participación de las personas en el dibujo de su propio destino.
Pero el río de la historia siempre sigue su curso y el 18 de octubre de 2019, ese mismo pueblo se reencontró con su lucha histórica en busca de igualdad y justicia social y fueron los mismos estamentos de siempre los que llenaron las calles con sus banderas y cantos de esperanza. Trabajadores, mujeres y pueblos originarios inundaron las avenidas del país exigiendo un destino diferente para sus hijas e hijos. Con sus propias manos abrieron las puertas para que por primera vez en nuestra historia no fueran los pocos sino esos muchos quienes en conjunto, en fraternidad, paridad, democracia y colaboración, iluminados por la dignidad y la solidaridad entre hermanas y hermanos, en amor y concordancia con la naturaleza a la que pertenecemos, decidieran el camino común hacia un mejor futuro para nuestros pueblos en la forma de una vida digna, en justicia, bienestar y libertad para todos y todas, para que nunca más en Chile alguien quede excluido bajo ninguna excusa, menos por la fuerza, de lo que le corresponde por el hecho de haber nacido en esta tierra que es nuestra madre, que nos acoge y a la que pertenecemos.
“La lucha política del gran pueblo de Chile frente a las elites, cerró el siglo con un golpe de fuerza que buscó destruir las luchas sociales e instalar por la violencia un modelo pétreo”
Iniciativa 988-2: Énfasis en el Chile Plurinacional
Autores: Giovanna Roa, Beatriz Sánchez (Frente Amplio); Elisa Loncón, Lidia González, Adolfo Millabur, Rosa Catrileo, Luis Jiménez (Pueblos Originarios); Lisette Vergara (Pueblo Constituyente); y Alvin Saldaña (Movimientos Sociales Constituyentes).
Votación en comisión: 11 a favor, 1 en contra, 3 abstenciones.
Aquí estamos los pueblos que convivimos en el Chile plurinacional y que mantenemos y reivindicamos las convicciones y fuerzas de toda la historia que nos han traído hasta este momento. Desde la profundidad de nuestras memorias nos constituimos como un país plural, inspirados en las luchas del pasado, en la resistencia de los pueblos indígenas, en las y los trabajadores, en las luchas por independencia y soberanía, en las defensas por los derechos humanos, en la dignidad de mujeres y disidencias, en la juventud que hizo despertar a Chile.
En este momento histórico vamos juntas las distintas generaciones; siguiendo la senda de nuestros ancestros, cada una con sus aportes, experiencias, saberes y luchas. Nos ha costado llegar a este punto de conversación abierta y llana. Muchos pueblos y muchas voces fueron negadas, aminorando sus lenguas y pensamientos, construyendo lo común desde una homogeneidad que nunca logró valorar la riqueza que proyecta esa diversidad que somos.
Chile y sus pueblos asumen el desafío histórico de edificar un Estado Social de Derechos, Plurinacional y Descentralizado, que articula los anhelos democráticos de todos nuestras memorias, para construir una sociedad más justa comprometida con el desarrollo integral, con los derechos de niñas, niños y jóvenes, con la ampliación democrática que movilizan mujeres y disidencias y con la libre determinación de los pueblos indígenas y su vinculación con la madre tierra.
Así este nuevo Estado emerge respetando la dignidad de los seres humanos y la naturaleza, donde seamos socialmente iguales y humanamente diferentes, promoviendo la justicia social dirigida hacia la construcción de un buen vivir que asegure el acceso al agua, la tierra, al trabajo, la educación, la salud y la vida en dignidad.
Nos convoca sentar las bases de una sociedad justa, equitativa, solidaria, participativa, libre, que promueva una cultura de paz y diálogo, con irrestricto respeto a los Derechos Humanos, la diversidad cultural y de lenguas en un Estado democrático, plurinacional, intercultural, paritario, regional, descentralizado con autonomías, que garantice la libre determinación de los pueblos.
Con este paso histórico comienza un nuevo ciclo para nuestro país y para nuestros territorios. Ahora bien, la magna tarea continúa y nos convoca a todas y todos, que los diálogos y encuentros plurales sean cálidos, fecundos y respetuosos.
Ejerciendo el poder soberano constituyente, representado en la Convención Constitucional, decretamos la siguiente: Constitución Política del Estado.
“En este momento histórico vamos juntas las distintas generaciones; siguiendo la senda de nuestros ancestros, cada una con sus aportes, experiencias, saberes y luchas”
Iniciativa 3-10: La propuesta de RN
Autores: Raúl Celis, Patricia Labra, Luis Mayol, Paulina Veloso, Roberto Vega, Angélica Tepper, Luciano Silva, Cristián Monckeberg, Manuel Ossandón y Álvaro Jofré (RN).
Votación en comisión: 13 a favor, 1 en contra, 1 abstención.
Nosotros, chilenos de los más diversos orígenes personales y culturales, en reconocimiento de dicha diversidad y de la radical igualdad en dignidad y derechos, y en respeto de los Tratados Internacionales vinculantes para nuestro país y con el objeto de continuar construyendo una comunidad respetuosa de la persona, protectora de los frágiles y promotora de la unidad, adoptamos la siguiente Constitución:
“En respeto de los Tratados Internacionales vinculantes para nuestro país (…) adoptamos la siguiente Constitución”
Iniciativa 4-10: Somos naturaleza
Autores: Fernando Salinas, Francisca Arauna, Camila Zárate, Francisco Caamaño, Daniel Bravo, Loreto Vallejos, Natalia Henríquez, Ingrid Villena, César Uribe, Dayyana González (Pueblo Constituyente) y Adriana Ampuero (Independiente).
Votación en comisión: 10 a favor, 3 en contra, 2 abstenciones
Somos naturaleza. Siempre lo hemos sido, aunque por mucho tiempo nos sentimos separadas y separados de ella, observándola desde la distancia. Era solo un río, un bosque, un pájaro, una nube. La estudiábamos, la medíamos, la usábamos. Ella y nosotres. Hoy somos uno, el agua, el aire y la tierra nos integran en una relación indisoluble e interdependiente.
Somos historia, que canaliza nuestras experiencias, tradiciones, dolores y alegrías. Los tiempos de ahora, a partir de la gesta de octubre, nos invitan a reconocernos iguales en la diversidad, a trascendernos, a ser por primera vez conscientes de la hegemonía que nunca fue nuestra. Ahora somos lo que hemos decidido ser.
Somos territorios, habitando en comunidad, ya sea en el campo o en la ciudad, tejiendo nuestras vidas con nuestros propios anhelos.
Somos distintos pueblos y naciones, hemos comenzado a reconocernos en un mismo país, a sanar las heridas del pasado y construir un mañana donde nuestras niñas y niños ya no estarán atados a los prejuicios y a la separación.
Somos humanes, construyendo nuestros destinos, con distintas miradas, sin distinciones de género y creencias, iguales en derechos y dignidad, buscando el justo equilibrio en la complementariedad.
Somos todos, afrontando juntos el presente y mirando con ilusión el futuro.
Somos Chile.
“Somos humanes, construyendo nuestros destinos, con distintas miradas, sin distinciones de género y creencias, iguales en derechos y dignidad”
Iniciativa 5-10: Una Constitución para el cambio climático
Autores: Cristina Dorador, Manuela Royo, Alvin Saldaña, Janis Meneses, Alondra Carillo, Carolina Vilches, Bastián Labbé, Elisa Giustinianovic, Maria Elisa Quinteros y Vanesa Hoppe (Movimientos Sociales Constituyentes)
Votación en comisión: 13 a favor, 2 en contra, 0 abstención.
La Constitución reconoce la relación indisoluble del ser humano con la naturaleza, la vulnerabilidad climática, el deber de respetar los ciclos naturales de la vida y los principios de solidaridad, responsabilidad y justicia ambiental, para con las generaciones presentes y futuras.
El Estado y sus agencias, las regiones y los gobiernos locales deberán garantizar modelos sustentables de desarrollo, con enfoque ecosistémico y respetuosos de la diversidad cultural de comunidades y naciones.
El Estado, además, deberá resguardar y garantizar la dignidad y el bienestar humano de todas las personas, a través de la mejora de la calidad de vida, garantizada por la implementación de derechos sociales, económicos y culturales con equidad social, igualdad de oportunidades y la distribución equitativa de las ganancias del desarrollo, con especial atención a grupos vulnerables.
A nivel territorial, se deberá promover el desarrollo colectivo, comunitario y equitativo de todos los territorios, permitiendo la mayor articulación entre los actores locales. Y la toma de decisiones deberá fundarse en la ciencia y los conocimientos locales, impulsando la tecnología y la innovación como elementos imprescindibles para el desarrollo social, ambiental y económico en todos sus niveles, promoviendo una economía ética y circular.
El cambio climático deberá ser enfrentado con medidas de mitigación y adaptación, que prioricen las soluciones basadas en la naturaleza, el equilibrio ecosistémico y la protección de la biodiversidad.
Los ecosistemas de los territorios del país merecen una especial protección incluyendo su biodiversidad y sus usos ancestrales, lo que implica un deber del Estado de custodiarles. A efectos de asegurar la no regresión, estos objetivos deberán ser integrados en las diferentes políticas e incentivos de ámbito sectorial y fiscal; y deberán ser considerados expresamente, en los fundamentos de las decisiones, elaborando políticas públicas de largo plazo, que considere estrategias, planes y programas que permitan asegurar esta protección de manera progresiva. Esta protección deberá estar enfocada en la protección de la salud, la prevención de sus daños a nivel poblacional y el bienestar y calidad de vida de las comunidades junto al equilibrio ecosistémico de todos los territorios del país, teniendo como objetivo principal propiciar la información necesaria para asegurar la protección de los derechos humanos y de la naturaleza.
El Estado promueve la enseñanza y el desarrollo del conocimiento científico, los saberes y las prácticas locales, a través de una educación territorial con pertinencia local. Junto con ello, promueve la participación intersectorial equitativa de las comunidades y la gestión e incorporación de elementos territoriales, ambientales y culturales, para estimular conocimientos y competencias genéricas, contribuyendo al reconocimiento y puesta en valor de sus laboratorios naturales, su gente y sus potencialidades, y la colaboración para el buen vivir.
“La Constitución reconoce la relación indisoluble del ser humano con la naturaleza, la vulnerabilidad climática, el deber de respetar los ciclos naturales de la vida y los principios de solidaridad, responsabilidad y justicia ambiental, para con las generaciones presentes y futuras”