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Entrevista Canalla

1 de Julio de 2022

Savka Pollak, comunicadora y escritora: “El chileno es caliente”

Está lejos de la tele, pero cerca de las comunicaciones. Acaba de publicarse en papel su primer libro, “Encuarentenadas”, una compilación de historias sexuales durante la pandemia. Aquí habla de sexo, de calenturas, de televisión, de sus incursiones políticas, de las pensiones familiares y de su actual plenitud.

Por

La escritora va conduciendo la camioneta por las calles e informa, convencida, que está en la plenitud. La escritora no es conocida como escritora, sino más bien como Savka Pollak, ex figura rutilante de la televisión familiar y constructiva, ex Miss Chile 1993, ex modelo, ex candidata a diputada por el Distrito 10 representando a Evópoli, una mujer dulce y firme, chilena por sangre materna y germana por sangre paterna, una mujer hecha y de derecha. Pero, hace un tiempo, publicó de manera digital un libro escrito a lava: “Encuarentenadas. Ni el Covid nos quita lo calientes”. 

-¡Ay, sí!- celebra ella.

-Es una escritora, Savka- la elogia el reportero, como si le estuviera confirmando un mensaje desde la Academia Sueca.

-No lo puedo creer- sostiene la figura mediática, con emoción y adherida al manubrio.

-Lo es- ratifica el reportero secamente.

Tres días atrás, en una fiesta cultural realizada en Antofagasta, su libro dio un brinco: de pronto el libro virtual se convirtió en un objeto análogo, un libro de papel del cual se imprimieron ochocientas copias. El libro es palpable, posible de sostener con dos manos cultas, es un objeto vivo. Y Savka Pollak, por supuesto, siente que ahora, con el libro en papel, ella es en realidad una escritora. De manera que ahora, excitada, aúlla:

-¡Uuuuu!

El reportero contempla, enternecido, a la figura. Es testigo del cambio de rótulo, el brote in situ de una narradora. Su trayectoria ha sido secreta: Estuvo en un taller de escritura con Gonzalo Contreras y, en algunas ocasiones, envió relatos al concurso de cuentos de la revista Paula, sin obtener premios o protagonismo. No importa, supone ella, algo ya latía, la literatura estaba allí. Eran los comienzos de la cuentista.

-Escribir es lo que mejor hago- admite Savka.

O bien dice:

-He escrito desde chica.

Y añade:

-El otro día tuve la oportunidad de volver a leer mi libro…y me gustó fíjate.

-¿Qué le ocurrió en su interior?

-Me inspiró. Es un libro que me hace sentido.

El libro narra historias de sexualidad pandémica, de cómo el encierro pudo encender o apagar a las parejas. De los SalvoConGusto, mujeres y hombres acelerando por las calles en pos de un fugaz orgasmo. Al reportero le impactó esa frase que sale bajo el título…

-¿Cuál?- pregunta ella.

-”Ni el Covid nos quita lo calientes”- parafraseamos.

-Bueno, mira, yo jamás había pensado escribir un libro erótico, no es de mis grandes temas. Pero ahora sí lo es.

-¿Ha tenido un despertar sexual, Savka?

-He hablado con un montón de mujeres. De sus historias en la pandemia. Y las escribí. El libro muestra mucha emocionalidad. Mucha vulnerabilidad. El sexo es el hilo conductor.

-Disculpe, pero… ¿somos muy calientes?

-El chileno es caliente. En general, las personas son calientes. Es algo propio del ser humano.

Y de pronto lanza un grito, un grito calenturiento:

-¡Y qué tanto si las personas llegamos al mundo gracias a una relación sexual!

-Efectivamente- se suma la prensa-, no se generan vidas con una buena conversación…

-¡Para nada! 

El reportero contempla, enternecido, a la figura. Es testigo del cambio de rótulo, el brote in situ de una narradora.

–No se generan vidas anhelando que llegue la vida…

-¡Por ningún motivo! ¡Es por el sexo! Todas las personas que uno ve en la calle son fruto del sexo.

-Y cuando uno ve una familia numerosa, de inmediato tiene ese pensamiento bruto: allí ha habido mucho sexo.

-¡Totalmente! ¡Y quizás sea lo contrario!

-¡Y usted misma es fruto del sexo!

-¡Y tú también!

Savka piensa que el sexo es algo muy natural, pero a la vez es muy trascendente. El sexo trasciende los cuerpos, se inserta en la vida, en la emoción, en los sentimientos. El sexo, señala enloquecida, está en todo. Todo es sexual. Y el reportero fija la vista en la escritora volcánica y admite estar impresionado.

-Me impresiona- dice él.

-¿Por qué? ¿Porque escribí un libro o porque hablo de sexo?

-Las dos cosas. 

El reportero aplaude y piensa por dentro: “Savka Pollak no decía la palabra caliente”. Savka era esa mujer que hacía programas infantiles, que aparecía en primer plano sujetando con magnetismo a un perro. Era una estrella de esa televisión que no retrataba problemas. 

-El sexo es una herramienta de autoconocimiento- dice ahora.

-¿Se refiere al autoplacer?

-También.

-¿Y los chilenos somos malos en la cama?

-No podría decirte.

-¿No ha estado íntimamente con un chileno?

-Es que no podría generalizar.

-¿Qué ha reporteado al respecto?

-El otro día hablé con una mujer que estuvo con un colombiano…

-¿Y qué tal?

-Tengo entendido que el colombiano la llevaba.

Ella quiso escribir un libro, dice, con el SEXO en mayúscula. Porque, aclara, es difícil hablar de sexo con las personas. En ocasiones, en mitad de un cóctel, Savka encaraba a algún conocido:

-¿Tienes buena frecuencia sexual?- preguntaba.

Y todos retrocedían.

-Ey, ey, ey…con calma…

Los hombres, dice Savka, suelen decir dos cosas respecto al sexo:

-O hablan del tamaño o hablan de que se mandaron tres al hilo…

-¿Y las mujeres?

-Las mujeres hablan más de los sentimientos. Más desde el amor que desde el sexo.

Eso sí, enfatiza Savka, el libro no es la revista Playboy. No es, replica, “50 sombras de Savka”. El sexo, explica, está narrado amenamente, es un fluir de anécdotas, una compilación de las aventuras de tantas otras. Y desde hace tres días es un libro de papel y ella, Savka Pollak, considera que desde hace tres días es, al fin, una escritora oficial.

Savka Pollak, comunicadora y escritora: “El chileno es caliente”

Senadora Pollak

Y es entonces que ella, la señorita Pollak, nacida en Alemania hace 48 años, mamá radiante de cuatro hijos, divorciada pero con un pololo adscrito a la eficaz modalidad Puertas Afuera, en fin, justo hoy, un día de fines de junio, revela otra vez estar en la plenitud.

-¿Plenitud de todo tipo?

-De todo tipo, señor.

-Mm…

-¿Qué? ¿Está mal?

El reportero le habla con franqueza. 

-Estar en la plenitud significa que en cualquier momento dejará de estar en la plenitud. Lo siento. Se vienen las nubes.

A Savka se le pone la mirada oscura.

-Ufff…claro…una dice que está en la plenitud y de repente queda una cagada.

Eso sí, enfatiza Savka, el libro no es la revista Playboy. No es, replica, “50 sombras de Savka”. El sexo, explica, está narrado amenamente, es un fluir de anécdotas, una compilación de las aventuras de tantas otras.

-Pero aún está en la plenitud…

-¡Así es! De momento estoy súper bien…

Y el reportero, absurdamente, le dice:

-¿Y la tele?

Es como preguntarle a una persona que está feliz si acaso no recuerda un ataque de tos.

Savka responde con educación.

-Lo pasé tan bien en la televisión…

-¿Y los egos?

-No vi eso.

-¿Y la competencia salvaje, el mundo hostil tras bambalinas?  

-Para nada.

-¿No se arrepiente de haber rechazado el Festival de Viña?

-No sé. Pero tenía 23 años. Estaba contenta animando un programa en La Red. Y…¿sabes? Yo tomo las decisiones por cómo me siento. Y por eso le dije que no a Mega, que hacía ese año el Festival.

-¿Y en la política vio cosas horribles? ¿Hay un submundo en la política, un submundo lleno de ambiciones y zancadillas?

-Nunca vi eso. Yo tuve una gran experiencia.

Savka, en el 2021, fue candidata a alcaldesa por Macul, apoyada por Evópolis. Obtuvo cinco mil votos. No resultó electa. Tiempo después, fue candidata a diputada por el Distrito 10. Obtuvo más de ocho mil votos. No resultó electa.

-¡Pero quedé feliz! ¡Quedé con ganas de más! ¡Lo voy a volver a intentar!

-¿Quiere ser Presidenta de Chile?

-No.

-¿Quiere ser senadora de Chile, si es que hay Senado?

-Sí, eso sí.

Y ahora habla como política.

-Estuve con mucha gente que se saca la mugre. Estuve codo a codo con la gente. 

En alguna ocasión, durante la campaña, un distraído le gritaba: “¡Ahí está la Pinochetista!”. Y ella alzaba los hombros, pues “no tengo nada que ver con ese baile”. Ella, según parece, forma parte de una derecha sin bototos. Admira a la ex ministra Gloria Hutt. Admira a la ex ministra María Emilia Undurraga. Admira a Luz Poblete, la presidenta de Evópoli. Le gusta Camila Vallejo. Izkia Siches, parece, le gusta menos. Si fuese senadora, apenas pisara el hemiciclo ella pondría de inmediato un proyecto de ley: Mejoras al tema de la pensión de alimentos. Sanciones efectivas a los que no cumplan, reclama. 

-¿Cómo ha sido con su ex marido?

-Uf. Va y viene.

Y añade:

-Mira, entre los hombres que no pagan hay dos grupos: 1) Los Halley: los que pagan muy de vez en cuando, 2) Los que no pagan más y abandonan a su familia.

-¿Y, con estas situaciones, los hijos le toman odio a sus papás?

-Yo hablo por mí porque yo lo viví.

En alguna ocasión, durante la campaña, un distraído le gritaba: “¡Ahí está la Pinochetista!”. Y ella alzaba los hombros, pues “no tengo nada que ver con ese baile”.

-¿En qué sentido?

-Mi papá no existió para mí.

Su voz se mantiene firme.

Dice que muchas veces ella lo buscó y él se escondió. A los 15 años lo fue a buscar y él no la recibió. A los 18 años lo fue a buscar y él no la recibió. A los 29 años, cuando ya era mamá de tres hijos y quería resolver los cabos sueltos, lo fue a buscar y él la recibió. “Nos hicimos súper amigos. Nos vimos muy seguido por un tiempo, luego nos empezamos a ver menos”, recuerda.

Quizás recuperó algo de ese vínculo. Quizás se dijeron de todo, quizás no. Aún así, Savka Pollak siempre sintió que le faltó algo: su propio papá.   

Hace cuatro años Juan Guillermo Pollak murió.

Sin tonteras

En la actualidad Savka Pollak trabaja en la Municipalidad de Vitacura, cumpliendo un rígido horario laboral. Trabaja en el área de las comunicaciones de ocho y media de la mañana a cinco y media de la tarde, todos los días, con un corto espacio para la colación, el cual ella comparte con otras funcionarias municipales que destacan por su simpatía o profundidad. Savka dice que está aprendiendo. Ya no es una figura de la televisión, pero, de todos modos, es una figura de las comunicaciones.  

-…en su momento hubo quienes dijeron que yo era tonta…- señala de pronto.

-¿Por qué se dijo eso?

-No sé. Quizás porque yo estaba en la televisión, en programas medios libreteados. No sé la verdad. Pero me da lo mismo.

Queda en silencio.

-¿Y usted se considera tonta, Savka?

-No. Yo no creo ser tonta.

¿Tonta? Ha criado a cuatro seres humanos. Ha estudiado: fue rebelde en el Villa María (“no calzaba ahí”) y estudiosa en la universidad. Ha hecho emprendimientos de sombreros. Ha conducido programas de televisión. Ha postulado al Congreso. Ha escrito un libro. Ha buscado a su papá.

Y afirma que hoy está en su plenitud.

-Quiero hacer algo constructivo- apunta, finalizando…

Y comenta:

-Quiero escribir otro libro.

-Por supuesto- apoya el reportero-…si usted es, oficialmente, una escritora…

-Uy- exclama ella.

-¿Qué?

-Se me paran los pelos… 

Y ríe. 

-¿Y, finalmente, usted es erótica, Savka?

-Sí, soy erótica…y caliente también- y los ojos verdes, su sello hipnótico, le brillan como nunca. Y con una carcajada confirma toda su plenitud.

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