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28 de Julio de 2022

¿Por qué los monos nos hacen esto?: Las otras enfermedades transmitidas de simios a humanos

Crédito: Creative Commons

Con la viruela del mono acaparando portadas en todo el mundo, sumado a los 45 casos que se han registrado por ahora en Chile, The Clinic quiso identificar qué otras enfermedades zoonóticas pueden -eventualmente- ser transmitidas de simios a humanos. Herpes B, tuberculosis y el virus del Ébola son algunas. Y la culpa no es de los animales: es de las personas, que cada día invaden más sus hábitats naturales.

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No es que los monos nos odien, como en “El Planeta de los Simios”. De hecho, ellos ni tienen la culpa. Lo cierto es que con la expansión de la viruela del mono, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el sábado 23 de julio como una “emergencia de salud pública de interés internacional”, los focos quedaron puestos sobre nuestros parientes primates, apuntados como el origen de la enfermedad que mantiene en alerta a las autoridades.

Según el recuento de la misma OMS, al menos 16.000 casos de la viruela del mono han sido reportados en 75 países. En tanto, al jueves 27 de julio, el Ministerio de Salud registraba 45 chilenos infectados. La ministra de la cartera, Begoña Yarza, puso paños fríos ante la propagación del patógeno en suelo nacional, afirmando que el país “tiene la capacidad de evaluar y dar cuidados a toda persona que llegue a un servicio urgencia cuándo tenga lesiones que sean sospechosas”.

Pero, ¿qué es exactamente la viruela del mono? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Y cómo se propaga? De acuerdo con la OMS, la enfermedad es causada por el virus de la viruela símica, miembro del género Orthopoxvirus, de la familia Poxviridae.

Sus principales síntomas son fiebre, cefalea, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía y ganglios linfáticos inflamados. A esto se suman las conocidas lesiones en la piel, que pueden aparecer en la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies, los ojos, la boca, el cuello, la ingle y las regiones genitales o anales del cuerpo. Los síntomas suelen durar de dos a tres semanas, y la tasa de letalidad fluctúa entre un 3% y 6% de los casos.

En cuanto a las fuentes de contagio, la forma más común es el contacto directo con alguien que posee una erupción cutánea de viruela símica, especialmente mediante el contacto piel con piel, el contacto sexual, gotas provenientes del sistema respiratorio y, posiblemente, aerosoles de corto alcance.

Aunque todavía no se ha definido exactamente la duración del período de contagiosidad de los afectados, la OMS considera que las personas son infecciosas hasta que las lesiones cutáneas se cubren de costras, se caen, y se forma una nueva capa de piel por debajo.

¡Pero no se alarmen! Existe una vacuna contra el patógeno, que puede dar una protección adicional a los grupos de riesgo, tales como recién nacidos, niños pequeños, y personas con inmunodepresión subyacente. Sin embargo, hasta el momento, la OMS asegura que la vacunación masiva contra la viruela del mono no es necesaria.

El virus de la viruela símica tiene, asimismo, otra característica clave, que comparte con el SARS-CoV-2, el virus responsable del Covid-19: ambos son de origen zoonótico; es decir, se transmitieron desde un huésped animal a uno humano. Sin ir más lejos, la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH) estima que “el 60% de los agentes patógenos que causan las enfermedades humanas provienen de animales domésticos o silvestres”.

Una enfermedad contagiada por zoonosis  

Su nombre lo dice. La viruela del mono surgió de un simio. Según la OMS, se detectó por primera vez en colonias de monos criados para investigación, en 1958. Años más tarde fue descubierto un caso en humanos, en 1970, en el continente africano.

¿Por qué los monos nos hacen esto?: Las otras enfermedades transmitidas de simios a humanos
Un macaco rhesus, portador del virus Herpes B. Crédito: Creative Commons.

“Hay un porcentaje muy significativo de infecciones que son transmitidas por animales a los seres humanos, de distintos orígenes”, explica a The Clinic el doctor Roberto Olivares, jefe de Infectología de la Clínica Dávila e infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. “El ejemplo más cercano en Chile es el Hanta, que es transmitido desde los ratones. Así, hay un montón de cuadros de agentes infecciosos, como en los orígenes del virus de influencia pandémico del 2009, que está radicado en una combinación de virus que vienen de los cerdos y de las aves”, agrega.

El Dr. Olivares destaca cómo el ser humano “ha ido expandiendo su influencia, adentrándose en la naturaleza y tomando contacto con mayor frecuencia con una serie de especies animales”. Por lo mismo, sostiene que “la frecuencia, la probabilidad, o el riesgo de que se produzcan transferencias de agentes infecciosos hacia humanos que son, inicialmente, puramente animales, es cada vez más alto”.

Su conclusión es clara: “El avance de la globalización y de la tecnología, más el aumento de la población, hace que lamentablemente invadamos espacios que son de la naturaleza propiamente tal, y que nos pongamos en contacto con especies animales, aumentando el riesgo de que se produzcan estos fenómenos zoonóticos”.

Las otras patologías que transmiten los monos

De acuerdo con un instructivo del Departamento de Salud estadounidense, son varias las enfermedades que los humanos pueden contraer de los monos.

La que califican como “la más peligrosa” es el virus Herpes B, o herpesvirus simiae. Este patógeno es portado comúnmente por los primates clasificados como “macacos”, como el Rhesus o el Cynomologus, más conocido como “macaco cangrejero”.

¿Por qué los monos nos hacen esto?: Las otras enfermedades transmitidas de simios a humanos
Un macaco cangrejero, usual portador del virus Herpes B. Crédito: Creative Commons.

El mecanismo de transferencia para que un humano se contagie de Herpes B es sufrir mordeduras o arañazos de uno de estos macacos. En las personas, un cuadro de Herpes B puede derivar en una encefalitis -inflamación del cerebro- con resultados fatales.

No obstante, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., las infecciones de Herpes B en personas son raras: desde que el virus fue identificado en 1932, sólo se han documentado 50 contagios en humanos, de los cuales 21 fallecieron.

Otra enfermedad que puede ser transmitida por los monos -al ser un animal mamífero- es la rabia, que tiene diversos síntomas, y puede ser letal en caso de que el sujeto infectado no cuente con la vacuna antirrábica.

A pesar de que los simios podrían ser vectores de la rabia, la OMS asegura que “en hasta el 99% de los casos humanos, el virus es transmitido por perros domésticos” y sus mordeduras.

Según el instructivo del Departamento de Salud gringo, la tuberculosis también puede ser traspasada por los monos. De todas formas, la inmensa mayoría de los casos son por contagio entre humanos. Causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, la enfermedad ataca principalmente los pulmones, pero también puede impactar en los riñones, la columna vertebral y el cerebro.

La tuberculosis es un cuadro aún muy extendido: la OMS cifra en 1,5 millones a los fallecidos por la enfermedad en todo el mundo, durante 2020. Los países en donde se encuentra una mayor prevalencia son India, China e Indonesia.

Un ejemplo más de patologías zoonóticas es la enfermedad por el virus del Ébola (EVE), caracterizada por su sintomatología terrible, con fiebre intensa, debilidad corporal, dolores musculares, vómitos y fallos hepáticos y renales. Los simios pueden ser el origen.

La OMS cifra en un 50% la letalidad del Ébola. El brote más reciente se reportó en el país africano Guinea, en febrero de 2021. Al menos nueve personas murieron en esa ocasión.

https://twitter.com/WHOAFRO/status/1373939972068229121?s=20&t=w_In1r7LnbKCrTrmBKveMQ

El instructivo oficial estadounidense lista otras dos enfermedades que podrían ser contagiadas por monos: la salmonelosis y la shigelosis, ambas de carácter bacteriano.

“Un proceso dinámico”

En vistas del avance de la viruela del mono, el Dr. Olivares entrega a The Clinic su análisis y proyecciones. “Estamos en un proceso dinámico. Afortunadamente, esta variante, que es la de África Occidental, tiene una mortalidad más bien baja. La gran mayoría de los cuadros de este tipo son casos leves”, dice, en primer lugar.

“Pero los virus tienen una capacidad de cambiar y, por lo tanto, tenemos que ver cómo se va comportando a medida que pase el tiempo, y si se produce una escalada en los casos”, señala.

En la misma línea, opina que hay que estar atentos a “cómo va a ser el comportamiento en niños, que sabemos son los que, por lo menos en los casos endémicos africanos, pueden cursar con infecciones más severas”, además de las mujeres embarazadas, y pacientes con comorbilidad.

“En la medida que esta epidemia se expanda, y salga un poco de este grupo inicial, puede el comportamiento sea distinto”, cierra el infectólogo.

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