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Opinión

15 de Septiembre de 2022

Víctor es pueblo

Porque Víctor no solo canta, también es testimonio de vida, de arte y de un profundo amor por el prójimo.

Cristián Galaz
Cristián Galaz
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Cuando decimos que son 90 años los que cumpliría Víctor Jara este 28 de septiembre, las personas se sorprenden. Porque su figura se mantiene vigente, porque su sonrisa -plasmada en decenas de fotos- es cercana y porque su legado sigue ahí, eterno.

“Víctor es pueblo” escuchamos en las plazas, en las calles y en las múltiples actividades que desarrollamos como Fundación Víctor Jara. La gente lo siente como parte de ellos. No existe esa distancia entre “artista” y “público”, y esa es probablemente una de sus mayores herencias. Porque él fue muy claro al expresar: “Al pueblo hay que ascender, no descender. Digo esto porque muy a menudo los intelectuales y los artistas tienen actitudes paternalistas o mesiánicas frente al pueblo, lo que constituye un profundo error ideológico, además de una desorientación para saber entregar lo que le pertenece”.

Con esa visión en nuestras mentes y corazones, este año hemos congregado a más de 50 artistas, quienes siguen haciendo florecer lo que Víctor sembró, para celebrar su vida y su legado en el Festival Arte y Memoria Víctor Jara (FAM 2022). Es un encuentro cultural, una celebración de su paso por este mundo, pero que no olvida la memoria, esa que nos duele y nos marca el camino en la lucha por la justicia, una lucha que cumple medio siglo el próximo año.

La gente lo siente como parte de ellos. No existe esa distancia entre “artista” y “público”, y esa es probablemente una de sus mayores herencias.

Nos juntaremos en el recinto que lleva su nombre y que hoy llamamos Sitio de Memoria Estadio Víctor Jara, porque trabajamos para reivindicar a los más de 5 mil detenidos que, en los primeros días tras el golpe, estuvieron ahí, el último lugar donde se pudo ver con vida a Víctor y Littré Quiroga.

Entre el 23 de septiembre y el 2 de octubre llenaremos de música ese espacio, hoy con escaso uso y que soñamos con transformar en un gran sitio de memoria, que también albergue un centro de cultura y arte popular, una escuela de formación artística, junto a espacios para el deporte y la educación.

En esos nueve días de actividad, los acordes volverán a llenar el estadio Víctor Jara, abarcando desde el bolero, el canto de autor, el folclor, el rock, el hip hop y la música urbana. Estamos seguros que es lo que Víctor, como artista arriesgado que era, desearía. El director que dejó huella en el teatro nacional a cargo del primer montaje de “La remolienda”, el que juntó las guitarras eléctricas de Los Blops con el mensaje de “El derecho de vivir en paz”; el que escribió hasta el último minuto, desde ese mismo estadio, con una humanidad y verdad que hasta hoy nos conmueven.

“Víctor es pueblo” repetimos hoy más que nunca. El que canta a “los que no pueden ir a la universidad, a los que viven penosa y duramente de su trabajo, a los que son abusados, a todos esos que se llaman pueblo, con toda la magnificencia que encierra la palabra”.  Porque Víctor no solo canta, también es testimonio de vida, de arte y de un profundo amor por el prójimo.

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