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11 de Diciembre de 2022

Psicólogos responden tras publicación viral mexicana: ¿Es abuso sexual tener relaciones cuando compartes cuarto con tu hijo y él duerme?

¿Has escuchado o leído alguna vez lo que dice el título de esta nota como una afirmación? En Internet y en medios extranjeros es posible encontrar artículos que respaldan esta frase como una aseveración. The Clinic contactó al ‘Colegio de Psicólogos’ y a la ‘Fundación para la Confianza’, quienes analizaron esta oración. Los expertos además, comentaron las implicancias de exponer a menores a este tipo de situaciones: una cosa es que creas que duerman y otra muy distinta es que lo hagan. A su vez, consideraron el factor hacinamiento entre las causas.

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Existe una publicación que circula en redes sociales y que afirma: “Es abuso sexual tener relaciones sexuales en la misma habitación donde están tus hijos. Aunque creas que están dormido”. La frase en cuestión ha sido difundida por varias instituciones que han demostrado estar de acuerdo con ella, como la Asociación Mexicana para Vivir Libre y Sin Violencia, el Centro Psicopedagógico Vivir en Armonía -del mismo país- o el medio especializado para el cuidado enfocado en padres y madres, BBmundo. El texto en cuestión explica que “Los niños que presencian las relaciones sexuales fueron sometidos a un abuso sexual sin contacto físico”.

Consultada por esta afirmación, la presidenta del Colegio de Psicólogos, Isabel Puga es cauta. “No calza con la definición de abuso sexual. Esta definición da cuenta de un adulto que busca placer sexual utilizando a un niño. Una persona que aprovecha su situación de más poder para lograr satisfacción sexual con una persona de menor poder. Pero podría estar en la línea de los maltratos y negligencias. Como abuso infantil”.

Por el mismo motivo, Mauricio Urra, miembro del directorio del colegio de psicólogos, es categórico. “Lo primero que tiene que quedar claro es que la vulneración, en el ámbito de la sexualidad de niños, niñas y adolescentes, tiene que ser algo que ninguna persona puede transgredir. Teniendo esa primicia clara, los padres no deberían tener relaciones en el mismo espacio donde están juntos. No deberían, tajantemente”, reitera.

Respecto a la frase, su respuesta sigue la línea de Puga. “La afirmación puede ser excesivamente categórica, yo creo que constituye un riesgo y ese es el problema. Ningún adulto debería arriesgar el ámbito de la sexualidad de NNA. No constituye por sí mismo un abuso sexual, pero sí es una irresponsabilidad”.

Paula Vergara, psicóloga y directora del área de acompañamiento de Fundación para la Confianza, también concuerda en que la frase es demasiado categórica, y que no contiene toda la realidad del fenómeno

“Hay que considerar muchas variables cuando uno habla del abuso sexual. El abuso es muy complejo y multicausal. Cuando pensamos en abuso, hay características bien particulares: una, que hay un acto o acción de connotación sexual. Otra, que hay una dinámica de poder o de dependencia entre las personas: dependencia económica, afectivas. Otra, es que exista coacción, es decir que se somete al otro explícitamente a través de la fuerza física, por ejemplo o implícitamente a través de la seducción de las distorsiones cognitivas de la manipulación afectiva. Otro de los elementos del abuso, es que no hay consentimiento válido o informado dependiendo la etapa de desarrollo de la persona. Y otro de los elementos súper importantes en el abuso sexual es que la gratificación es solo del adulto”.

No obstante, una cosa es que descarten que esta acción constituya abuso sexual por sí sola, y otra diferente es que no tenga repercuciones en los menores, o que no constituya una falta grave y negligente por parte de los padres.

Consecuencias en los menores

Para Isabel Puga, cuando ocurren este tipo de situaciones se genera un problema con las figuras de los cuidadores. “Entramos en el mundo de cuáles son las funciones de los cuidadores y cuidadoras, que tienen que ser contenedores, tienen que calmar, estar disponibles y estimular”. Cuando ocurren este tipo de conductas, se suele hacer ruido aunque se evite. “El sexo no es silencioso, y no es pasivo, hay movimiento, aunque digan ‘lo hacemos piola’, se nota”, menciona. “Aquí se están satisfaciendo las necesidades personales por sobre la de los hijos”.

“La afirmación puede ser excesivamente categórica, yo creo que constituye un riesgo y ese es el problema. Ningún adulto debería arriesgar el ámbito de la sexualidad de NNA. No constituye por sí mismo un abuso sexual, pero sí es una irresponsabilidad”

El problema es que, aunque se piense que los menores duermen, jamás se tendrá la certeza de que lo hacen. Marcelo Urra, explica parte de las consecuencias que se puede dar en los niños o niñas que despierten mientras sus padres tienen relaciones cuando comparten el mismo cuarto, y presencien el hecho. 

“Primero, hay que pensar en que mostrar pornografía a un niño, por ejemplo, es un delito. Podría constituir una experiencia traumática. Puede generar rememoración involuntaria del hecho, que es molesta, triste, genera desesperanza. Consecuencias inhibitorias en cuanto a la sexualidad, evitarla, sentir ansiedad ante la sexualidad, no poder vivirla de manera normal”, explica 

“Mostrarse hipersensible ante ese tema o en general, molestias corporales. Cualquier experiencia traumática puede generar entonces una respuesta traumática que constituye un conjunto de síntomas y eso es lo que podría ocurrir a niños y adolescentes. Además de ser un delito, están en presencia de conductas de connotación sexual inadecuadas para su edad”, complementa.

Isabel Puga, menciona que podría haber hipersexualización en los menores, “pero eso no correspondería precisamente a que el niño vio a sus padres tener relaciones, podría haber más factores que hay que analizar”.

La psicóloga, también explica que el hecho de que haya niños o niñas, “que estén sometidos o expuestos a ver situaciones de connotación sexual, son motivos suficientes para que tribunales de familia también hagan algunas acciones cautelares, por ejemplo, enviar al niño a otros familiares. Hay un tema ahí también que requiere una intervención”.

Hacinamiento

El hacinamiento es un factor importante a considerar: que un menor esté expuesto a estar en el mismo cuarto en el que sus padres podría ser explicado por este motivo. “Muchas veces la excusa es que no tenemos donde hacerlo, pero eso no es suficiente excusa para pasar a llevar a los niños. El hacinamiento también es lo que puede provocar estas situaciones, es un factor de riesgo”, opina Puga.

Por su parte, Urra comenta. “Los seres humanos necesitamos espacio donde podamos desplegarnos con nuestras individuales y nuestras colectividades. Es muy importante, no tenerlo sin duda genera condiciones de estrés, genera conflictos interpersonales, no es saludable”.

“En las situaciones donde existe hacinamiento, donde las personas vienen en un mismo cuarto, por ejemplo, si es que con suerte hay dos camas, sino una cama que la comparte una misma familia, o bien  hay dos camas y hay una cortina de tela que las separa, se entiende que el hacinamiento es global, no solamente en relación a lo que los adultos eventualmente necesitan hacer. Pero en esos casos, igualmente se corre el riesgo, cuando se corre el riesgo uno no debería hacerlo”, enfatiza.

Para Vergara, una de las razones de por qué la frase es demasiado categórica tiene que ver con el hacinamiento. Puntualiza que este factor explicaría que no hay intencionalidad detrás del hecho. Pero a su vez, también es enfática. “La idea es evitar ese tipo de cosas. Los niños no están preparados ni emocionalmente, ni físicamente, ni biológicamente para enfrentarse a la sexualidad adulta, no han pasado por el desarrollo psicosexual.

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