Tras rechazar una oferta para estar nuevamente en el Festival de Viña, el comediante estuvo en el ojo del huracán por la cifra que habría pedido. En entrevista con The Clinic, devela cómo fue realmente esa conversación y cuenta lo que espera presentar en el Festival de Olmué, el 22 de enero. Además, señala que los chilenos “aparte de estar tristes, estamos amargados y agresivos”.
Compartir
Con 59 años, el humorista Daniel Haroldo Fica o Bombo Fica, como se presenta desde hace décadas ante el público, está muy actualizado de lo que está de moda. Cuenta que le gusta el cantante Pailita, a quien conoció personalmente, que le ha sorprendido el género urbano que se está haciendo en Chile y que entiende por qué los jóvenes se identifican con ellos.
De los comediantes de la vieja guardia, Fica es uno de los que mejor supo actualizar sus rutinas. Cuando partió el boom del stand up local, él logró una exitosa reinvención y, hasta hoy, permanece en la primera línea de figuras del humor. Una muestra de ello es que será uno de los protagonistas del próximo Festival del Huaso de Olmué: se presentará el próximo 22 de enero. Será su tercera vez en el Patagual, luego de que en 2017 marcara 32 puntos de rating y estuviera casi dos horas sobre el escenario.
“Es un festival muy de piel, cálido. Uno se siente muy grato actuando ahí. A diferencia de Viña que, siendo el más importante, es un festival más frío y mediático, entonces te provoca cierta diferencia con respecto a cómo te paras en el escenario. Acá es 100% grato, dan ganas de estar ahí haciendo mi trabajo”, dice Bombo Fica sobre la presentación que alista.
“Voy a tratar de sorprender a la gente con algo. Después de tanto tiempo sin tener estos magnos espectáculos -como los festivales de Viña y Olmué-, espero hacer un trabajo que pueda marcar”, añade, refiriéndose a los tres años de pandemia que obligaron a eliminar o reducir los shows masivos.
-¿Crees que a Chile le falta reír?
-Más que nunca. Siempre fuimos considerados en el mundo como un país triste. Y hoy día, aparte de estar tristes, estamos amargados y agresivos. Por lo tanto, tenemos que recuperar todas las expresiones culturales, porque es lo único que nos acerca a ser verdaderos seres humanos. El canto, la risa, el baile y la entretención minimizan un poco las miserias humanas: las agresividades, la violencia, todo. Hay que invertir mucho en eso.
-¿Hay un cambio entre tu versión pre y pospandemia?
-Todos cambiamos. La pandemia nos cambió la escala de valores y cómo enfrentar la vida. Algunos cambiaron todo po’, incluso la señora. Pero, en mi caso, trato de rescatar el aprendizaje, y de hecho mi rutina está basada justamente en esto de cómo vivimos el período del encierro, las cosas buenas y malas. La obertura, de hecho, tiene que ver con eso, con recuperar lo que perdimos: la risa, el canto, la ilusión, la magia, todo lo que tiene que ver con el espectáculo.
-La comedia y el stand up hoy están muy volcado a la contingencia. ¿Cómo lo hace un artista para diferenciarse del resto?
-Uno tiene sus estilos. La plataforma que he ocupado siempre, a través de los festivales, ha tenido siempre un contexto de contingencia. Hablo de las realidades, y de hecho hay una crítica hacia las deficiencias sociales que tenemos, dentro de lo que provoca gracia. Lo que pasa es que hoy día nuestra sociedad está tan sensible, que de repente lo que podría ser gracioso hoy en día ya provoca rabia. Esto tiene que ver mucho después del estallido social: hice una rutina el 2012 donde toqué puntos donde la gente se reía de lo huevones que éramos, que el 2019 llegó un momento en que la gente estaba hastiada.
-¿De qué se puede reír en Chile hoy y de qué no?
-Creo que se puede reír de todo, pero lo importante es saber cómo lo dices y cómo lo planteas: sin descalificar, ni ser ofensivo, agresivo o vulgar. Ese es el trabajo del comediante: buscar cuál puede ser el parámetro. Necesitamos una autorregulación en eso, y es re difícil, porque no todos tenemos la misma mirada. No hay una fórmula, sólo podría hablar de la mía.
-¿Y cuál es esa fórmula?
-Todos tenemos opciones políticas, religiosas o culturales, entonces uno tiene que ser respetuoso de los que piensan distinto. No se trata de que le actúe a los que piensan como yo. La idea es que uno sea lo más transversal posible, riéndonos de lo más universal. Ojalá que se rían los de derecha, los de izquierda, los amarillos, los morados. Ojalá se puedan reír todos, entendiendo el contexto en el que haces, a lo mejor, una crítica social.
“No puede ser tan distante lo que le pagan a un artista chileno versus un extranjero”
En noviembre pasado, Bombo Fica descartó su participación en el Festival de Viña 2023, quejándose del pago que le habían ofrecido. Trascendió que habría exigido $100 millones por su show y días después reveló que le habían ofrecido $40 millones, una cifra que consideró baja para sus pretensiones.
-Me dijeron ‘este presupuesto hay para ti’, y estaba muy lejano a lo que significa ir al festival más importante de Latinoamérica, entendiendo las platas que se manejan ahí. Esto es un negocio, no un acto de beneficencia. Cuando ves que solo en tickets se generan más de 5 mil millones de pesos, más la publicidad y otros beneficios andaremos no sé, por los 10 mil, 15 mil millones de pesos, y que vienen artistas muy bien pagados de afuera -que seguramente ese es el precio y lo que corresponde pagarles-, uno dice que lo que me estaban ofreciendo está bastante distante de lo que significa el costo para mí como artista de ir a este festival.
-Con los anuncios de festivales, suelen difundirse lo que ganan los artistas y surgen críticas, casi como si deberían ir gratis. ¿Te molestó la filtración y la polémica que se generó?
-Yo tomo la opción de ir o no ir. Era una oferta distante a mis pretensiones, y ahí viene todo un comentario que tiene que ver, a lo mejor, por mi opción política. Con este anuncio, creen que porque soy cercano al Partido Comunista o milito en él, debería actuar gratis. Eso me causa gracia, porque yo nunca tomé votos de pobreza, ni soy franciscano: yo soy comunista. Vivo bajo este sistema, donde hay que pagar educación, salud, todo, y tengo tratar de sacar la mejor rentabilidad de mi trabajo, como lo haría cualquiera.
Para este tipo de magnos eventos, no puede ser tan distante lo que le pagan a un artista chileno versus un extranjero. Más encima en el humor, que es lo que más marca. Al final, el éxito de un festival se ve en el rating, y yo en estos últimos 10 años he marcado los ratings más altos del Festival de Viña, no he sido superado por nadie, por lo tanto uno monetiza y valoriza eso.
-Cuando te preguntaban sobre las críticas, tú hablabas de la “picardía del chileno”…
-Es que me causa más gracia que rabia. Es parte del folclor nuestro. Pero lo simpático de esto es que tiene que ver conmigo y no con el resto. Nadie está preocupado de lo que le pagan a los cantantes, los animadores o los artistas que vienen de afuera. Sería bueno transparentar las plantas de cuánto van a ganar Karol G, Cristina Aguilera o Maná. Me extraña lo de Maná, porque dijeron que no volverían a Chile hasta que no le diéramos mar a Bolivia. Estoy cachando que le van a dar mar a Bolivia. Por Punta Arenas me enteré.
-Antes era usual verte invitado en diferentes programas de TV, habían más programas en vivo. ¿Hay espacio para los artistas en la televisión actual?
-No, eso ya no existe. Ahora tenemos una televisión absolutamente preocupada del tema político y de las realidades sociales. Los programas de entretención son demasiado básicos. Ya no existen los programas glamorosos.
Y sobre los programas de talento, la verdad es que hay muchos talentos, pero no tienen dónde ejercer y realizar sus trabajos. Al final, es un círculo muy pequeño que nace y termina ahí mismo. Por suerte existen las redes sociales y la gente se proyecta con sus trabajos por internet y sacan sus propias producciones.
-Coco Legrand celebró el humor de Felipe Avello. También hay otros destacados como Edo Caroe o Natalia Valdebenito. ¿Cómo ves a las figuras del stand up más destacadas?
-Tengo la mejor impresión de ellos y de todo aquel que se sube al escenario. Más encima, el que quiere hacer humor, merece ser aplaudido y reconocido por la valentía. Espero que les valoricen bien sus trabajos y que puedan ejercer, ojalá, con la mayor de las posibilidades, que en este país es tan difícil.
-¿Tienes algún favorito de la nueva camada de comediantes?
-A (Felipe) Avello lo encuentro muy gracioso, pero es difícil para nosotros, que nos dedicamos a esto, buscar un favorito. Uno siempre lo ve como colega, hace un análisis del trabajo del colega, en vez de disfrutarlo como un espectador más.
-¿Sientes que cuesta mucho sacar adelante un espectáculo?
Los artistas somos autogestores, tenemos que crear nuestros propios espacios. Contratar un teatro es carísimo, y tienes que contratar audio, seguridad, la ticketera, la publicidad. Al final, tienes que cobrar un tremendo billete para pagar todo, y si la gente no va, quedas endeudado. Es todo un riesgo. Nada nos facilita poder realizar algo que es tan noble como llevar entretención y sanidad mental, porque los que nos dedicamos al espectáculo, la cultura y la entretención, tenemos que ver con el equilibrio emocional de los países.
Los países necesitan la entretención, y en este país no existe política cultural para facilitarlo. Esta es una crítica para todos los gobiernos que han estado, derecha o izquierda, da lo mismo. No ha habido una seriedad con respecto a este tema. Hoy en día el país que tenemos, lleno de violentos, agresivos, delincuentes y narcotraficantes, tiene que ver con un país que no invirtió ni en educación, ni en cultura. Y aquí está el resultado.
“No conozco a nadie que haya patentado un chiste”
-¿Cuál es tu técnica para mantener los trajes tan blancos? ¿Cuántos tienes?
-El cloro. Echarle un poquito de cloro a la lavadora. Tengo como cuatro trajes, entonces trato de ir turnándolos para que no se desgasten. Y tengo un buen sastre, Martinelli, que me hace los trajes durante muchos años.
-¿Tendrás muchos shows este verano?
-Este verano estoy bien demandado, hasta por Impuestos Internos. Tengo hartos festivales, hago casinos, y tengo algunas actuaciones en eventos privados. Será un verano contundente.
-¿Y cuánto cloro gastas en temporada alta?
-Por lo menos unos 15, 20 litros más o menos. Porque no solamente el traje, sino que los guantes, los calzoncillos, los calcetines, todo. Aprovechamos de echar algunas poleritas también. Ahí se consume harto cloro.
-Ricardo Meruane, hace algunas semanas, insinuó que le habías copiado un chiste sobre cómo, en un decomiso de drogas, va bajando la cantidad de cocaína. Un chiste que, dijo él, se lo había “regalado” Hermógenes Conache. ¿Qué respondes a eso?
-La verdad es que la autoría en el humor no existe. No conozco a nadie que haya patentado un chiste. Lo que sí puedes patentar es tu estilo, a lo mejor el libreto, el cómo tú lo cuentas. Ese chiste me lo contó hace muchos años atrás Sergio Feito, y yo lo contaba en programas de TV, adaptado a mi estilo. Pero sí, me extraña que Hermógenes Conhache no haya hecho el reclamo y que sea Meruane el abogado de él. Me parece sospechosa la hueá.
-El chiste de “Sospechosa la hueá…” ya es parte del imaginario popular chileno. ¿Cuál fue el hito 2022 más apropiado para tener ese sentimiento?
-Hay tantas cosas de carácter sospechoso en este país. Pero estoy en una actitud de preocuparme más de lo positivo que de lo negativo. Hoy en día tenemos que entender que si nos quedamos en eso, no vamos a avanzar. El sospechoso me tiene medio agotado. Estoy más por apoyar la nuevas causas, vengan de donde vengan, de mi partido o del otro lado.
-Bombo, ¿cuáles son tus predicciones para el 2023?
-Creo que va a haber un cobro referil muy discutido. Y este invierno va a hacer mucho frío en Santiago. ¿A eso te refieres?
-No específicamente…
-Jajaja. No, la verdad es que en este país es re difícil predecir, porque hoy en día, como vivimos el diario vivir, estamos vulnerables a cualquier cosa. No solo acá sino en el mundo, con la guerra, la pandemia y los virus raros que aparecen. Piensa que el Coronavirus apareció porque a un chino se le ocurrió hacer una cazuela con un murciélago. Imagínate un huevón, ahora, hace un guarisapo al pil pil, y aparece otro virus raro y nos tenemos que volver a encerrar. Es muy difícil proyectarse. Trato de vivir el día a día como viene y con metas muy cortas. Cualquier cosa que venga, que sea lo mejor.