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Entrevista Canalla

7 de Marzo de 2023

Yasna Provoste: “No seguí ejerciendo como profesora porque era muy barrera”

CRISTOBAL ESCOBAR /AGENCIAUNO

Tras el Súper Lunes y el inicio del Año Escolar, la senadora, profesora de educación física y también ex Ministra de Educación analiza temas educacionales. Habla de la deserción escolar, la deserción de los profesores, los recursos que hay, los mejores profesores, el mejor colegio, su vida como profesora y la influencia de su padre, quien acaba de fallecer.

Por

Aparece la senadora, Yasna Provoste -53 años, dos hijos grandes, un marido al parecer memorable, el mismo partido de siempre, la DeCé, el partido que une tibiamente a Dios con la República-, y, sin demora, en los instantes del Súper Lunes, en la precuela del estrés y el desborde de tacos, del Día Nacional de la Histeria, empieza a hablar de la educación.

“Hay que dejar de lado la retórica”, desafía Yasna, la exdiputada, la exministra de educación agobiada entre los años 2006 y 2008, la excandidata a la Presidencia, una mujer tildada por algunos como “la Bachelet de Vallenar”, la que estuvo a punto de obtener un tercer lugar en la carrera presidencial.

¿A qué se refiere, senadora? Y ella dice: “Se habla mucho y se actúa poco”. A Yasna le disgusta el lenguaje populista y la frase táctica. Le enojan esas frases que ahora, con sarcasmo teatral, ella misma reproduce:

“Nosotros, uy sí, vamos a abordar seriamente el problema de la educación…”, parafrasea con voz de actriz.

Todos los años, dice Yasna, ahora con voz irritada, se escuchan esas frases al inicio del Año Escolar. Empieza marzo y a los políticos les viene un golpe de sensatez. Empieza marzo y la comunidad se apiada con ese establecimiento que aparece en el noticiero con las murallas rotas. Y empieza marzo y la clase política, mirando con el rabillo del ojo a un camarógrafo, pide más recursos, apoyo a los profesores, mejorar los establecimientos.

No, dice Yasna. Basta, agrega Yasna. Es pirotecnia, se queja Yasna. Son slogans aptos para las portadas. Aquí hay que trabajar.

-¿Pero qué va a ocurrir con la educación este año?

Yasna eleva la mirada y revela, creyente, que tiene fe:

-Mire- dice-, hay una crisis en la educación, pero soy optimista por naturaleza.

-¿Faltan recursos?

-No hay recursos.

Y si los hay son ocupados sin inteligencia. Ocupados a prisa. Ocupados donde no debían ocuparse. Incluso, expone, tiempo atrás tramitó unas becas para que los profesores pudiesen aprender inglés. Las becas casi no fueron ocupadas. 

-El problema es de gestión- analiza.

Y, de pronto, Yasna Provoste se agita:

-¡Y no deja de llamar la atención la violencia en los sistemas escolares! La violencia verbal, la violencia física, la violencia que pueden generar las desigualdades. Es violento que los establecimientos no se hagan cargo de la interculturalidad.

-Y ahí entra el bullado bullying potencia la prensa.

-Por supuesto, aunque también esto va más allá. Es la posibilidad de integración que debe ocurrir en una sala de clases.

-¿Todo eso se está ignorando?

-Muchas veces se ignora.

-¿Usted le hizo bullying a alguien, senadora?

-Nunca.

-¿A usted le hicieron bullying alguna vez?

-Nunca.

Eso sí, Yasna sabe que este tema, y muchos otros más, resultan urgentes. Aquí enumera velozmente urgencias en el ámbito de la educación: a) Acciones potentes con la comunidad: controlar la deserción escolar, b) Poner en el centro los derechos de los estudiantes, c) Mecanismos eficaces para ocupar los recursos: ¡Basta con la retórica!, d) Apoyo a las unidades formadores de profesores. 

-Si usted- interviene con coraje el reportero- tuviese recursos millonarios para ocuparlos en educación, ¿dónde pondría esa plata, Yasna?

-Parte importante la pondría en las universidades que forman profesoras y profesores…¿tiene usted noción del impactante número de deserción de profesores en sus primeros años de trabajo?

-Claro que sabía- simula el reportero.

-Es una cifra terrible- profundiza Yasna.

-Ni me lo diga.

El silencio es contundente.

-¿A la gente le gustaría saber a qué se debe esa alta cifra de deserción de profesores?…-indagamos, guiñando un ojo.

-Creo que hay una tensión muy grande entre lo que esos profesores aprendieron en la universidad y lo que ocurre en la práctica.

-¿Los profesores son idealistas?

-Los profesores imaginaban algo que después no es tan así…bueno…-su voz en este instante alcanza un matiz emocional-…yo soy profe…

-La felicito- lanza conmovido el reportero, como si Yasna le hubiese dicho: “Soy donadora de sangre”.  

Los ojos de Yasna brillan.

-¿Era una buena profesora?

-Obvio- admite y lanza una carcajada dje color blanco, una risa nortina, la explosión de alegría de Vallenar. 

Lo cierto es que Yasna, más allá de la política, fue una profesora de educación física que por un tiempo enseñó gimnasia en un colegio ordenado de la Quinta Región y luego en un colegio desordenado de la Quinta Región. En el colegio ordenado había un vínculo con Dios y la religión. En el colegio desordenado había un vínculo con la libertad.

Eran dos sistemas de educación distintos y una misma profesora egresada de la Universidad de Valparaíso, una elástica nativa de Vallenar que representó a Chile en un torneo de gimnasia. Yasna, vestida de buzo, daba órdenes e instrucción atlética, con la intención de enderezar los hábitos físicos. Yasna recuerda que había profesores infelices. Otros estaban relativamente realizados.

Recuerda, además, que se formaban camarillas de profesores.  Recuerda, con pesar, que ella no fue integrada a las camarillas de profesores. Alguna vez, sostiene, hizo clases de natación en una institución ligada a la Escuela Naval. 

-¿Alguna vez echó a algún estudiante de la sala?

-No…

-¿Ponía notas rojas?

-No…

Aunque, luego de un significativo silencio, Yasna recapacita:

-Bueno, aún con el riesgo de perjudicar mi imagen pública…yo debo reconocer que no seguí ejerciendo como profesora debido a que…

-¿A qué?

Yasna se complica.

-No seguí ejerciendo como profesora porque…era muy barrera.

Y ella ríe con timidez. Pero el reportero, generando un momento de tensión, la mira con seriedad, como si fuera un fiscal apegado a los reglamentos. Un fiscal agigantado por la ética. Yasna se intimida, ríe otra vez en vano.

-¿Favorecía a cierto alumnado, Yasna?

-No, no, no…jajaja.

-Me pareció haber entendido eso. He escuchado que tener barra es normal…

-…Sí…¡es que yo no lo podía evitar!- se justifica.

Y continúa:

-¡Es como en la vida! ¡Uno se lleva mejor con ciertas personas!

Yasna Provoste, la gimnasta, la profesora de gimnasia, la que buscó un horizonte en Valparaíso, fue finalmente una profesora humana. Una profesora dulcemente ablandada. Yasna Provoste, piensa el reportero, tal vez fue simplemente una demócrata cristiana que ejercía la docencia.  

Opiniones de la Miss Provoste

-¿Ganan bien los profesores?

-No sabría decirle, pero un profesor joven, que está empezando, por una jornada de 38 horas puede ganar un millón de pesos.

-¿Cuánto sería lo justo que ganaran los profesores?

-Uf. Eso es bien relativo.

-¿Es verdad que los profesores en Finlandia -sí, siempre Finlandia- ganan lo mismo que los ingenieros de allá?

-Es posible. Y ahí se ve que, junto con el tema de las remuneraciones, va el tema de cada sociedad. El profesor no es realmente respetado en la sociedad.

Y aquí Yasna retrocede el tiempo y hace mención a un ministro de economía que, en plan ofensivo, dijo: “Los profesores son dignos de un estudio sociológico”. 

Y ahora también Yasna, molesta, dice que ya no hay tarjetas que celebren El Día del Profesor. Hay tarjetas que celebran otros días, cientos de días, pero la que va destinada a los profesores ya no está en el frío mercado.

Y dice:

-Ser profesor es una profesión y una vocación.

-¿Los profesores, en general, son melancólicos, Yasna?

-Hay profesores y profesores- desliza. Y relata los numerosos profesores que, quizás apurados por la decepción, han intentado gestionar sus jubilaciones anticipadas, sin obtener resultados.

Y, al rato, ella misma pone una sonrisa resignada en su cara. Como suelen hacer esos profesores barreros. 

Mi colegio perfecto

-Si hoy tuviera un hijo chico, Yasna, de unos cinco años…

Yasna pone atención, el reportero continúa.

-…a qué colegio lo metería?

-A uno mixto, sin fines de lucro, con mucho deporte y con mucha ciencia.

-Según esos datos, revueltos en un computador, el colegio que da es el San Ignacio…- estima la prensa.

-¿Sí?

-¿No le gusta el San Ignacio?

-Mm…pero ahí tendría que vivir en Santiago…y no viviría en Santiago por nada del mundo. Yo estoy en Vallenar.

Yasna fue educada en el Liceo Santa Marta de Vallenar. Y, además, estuvo un tiempo en el Internado Nacional Femenino (“echaba de menos, pero ahí aprendí que la vida es dura”). Yasna, al parecer, apenas está en Santiago, inmediatamente quiere irse de Santiago.

-¿Y prefiere un colegio con mucho inglés o con poco inglés?

-¡El inglés es fundamental! Aunque el inglés, justamente, es lo que muchas veces genera la mayor desigualdad en nuestra educación.

-¿Cuál es el mejor profesor o profesora que ha conocido?

-El profesor jefe de mi hijo menor.

-¿Cuál ha sido el mejor rector o rectora de universidad que ha conocido?

-Mmm…

-¿Carlos Peña? 

Hace un brusco gesto negativo.

Y lanza nombres:

-Juan Manuel Solessi, Víctor Pérez, Ignacio Sánchez de la Universidad Católica….

-¿Y cuál es el mejor colegio de Chile, Yasna?

-El colegio al que todos los niños llegan contentos.

Y los ojos le brillan. Es que, además, Yasna Provoste admite estar sensibilizada por estos días: Carlos Provoste Arcos, su papá, falleció hace algunas semanas, en mitad de las vacaciones, mientras disfrutaba esos momentos de descanso junto a Yasna, la hija. Murió bruscamente, sin previa enfermedad. Cayó de pronto, y Yasna se desmoronó junto a él.

-Mi papá me hizo ser militante de la DC…- recuerda enternecida.

Según parece sus padres, Carlos y Nelly, eran dos DeCé enfáticos, ideológicamente centrados, o inclinados hacia una izquierda sutil. Por ellos, Yasna Provoste se sumó al partido.

-Y aquí estoy- señala, emocionada, la heredera de Carlos.

-¿Y la política? ¿Especula que habrá muchas peleas este 2023?

Y la cara de la profesora, o bien, la cara de ternura de la hija nostálgica, muta rápidamente a la cara seria de una política. Yasna Provoste, la senadora, La Hija Ilustre de Huasco, Caldera y Vallenar, está de vuelta.

-Habrá que conversar más- sugiere. 

-Para finalizar…entonces…¿cuál es el mejor colegio de Chile?

-El colegio al que todos los niños llegan contentos.

Y sonríe otra vez con la blancura de siempre. Y, por un momento, da la impresión que ahora sí la Miss Provoste ha cerrado el libro de clases.

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