La comuna que no duerme: un recorrido por las ocho cuadras más peligrosas de Estación Central
El 65% de los delitos registrados en la comuna de Estación Central se cometen en ocho cuadras a la redonda, que componen principalmente el eje comercial y de terminales de buses. Comercio ambulante, hurtos y robos con intimidación son alguna de las fechorías que se han incrementado en los últimos años. Pero, las autoridades municipales también advierten de un aumento en los homicidios. The Clinic recorrió, junto a inspectores, el radio más conflictivo de la comuna.
Por Catalina Martínez SotoCompartir
Son las 18.00 de un miércoles de abril. Comienza a oscurecer en Estación Central. En calle Toro Mazote, a una cuadra de la Alameda, comerciantes ambulantes ofrecen ropa y comida a los transeúntes que regresan a sus casas del trabajo y zigzaguean para evitarlos. En un instante llega una patrulla municipal que recorre preventivamente la comuna. Se bajan tres inspectores. Los vendedores, en menos de diez segundos y sin ningún intercambio de palabras, guardan sus productos en bolsas y escapan con sus carros del lugar. Pasan cinco minutos y los funcionarios municipales regresan al vehículo.
El recorrido continúa por Toro Mazote, una de las zonas más críticas de Estación Central, denominada “pequeña Caracas”. De hecho, es parte del radio, compuesto también por las calles Exposición, General Velásquez y 5 de abril, donde se cometen el 65% de los delitos.
Se trata de ocho cuadras a la redonda donde hay una alta concentración de comercio, cuatro terminales de buses, una estación de trenes y construcciones residenciales, y por el que además circula un alto flujo de personas. El escenario perfecto para la instalación del negocio informal y la comisión de delitos.
Según cifras de la Municipalidad de Estación Central, de acuerdo a información otorgada mensualmente por la fiscalía, en el primer trimestre de este 2023 se han registrado 2.852 delitos: 1.029 en enero, 655 en febrero y 1.168 en marzo.
Entre esos delitos también se han reportado homicidios. Si en el primer trimestre de 2022 se contabilizaron seis asesinatos, según la Subsecretaría de Prevención del Delito, entre enero y marzo de este año la cifra aumentó a 11.
La crisis de seguridad preocupa al alcalde Felipe Muñoz (independiente-Frente Amplio), quien ha planteado la posibilidad de decretar estado de excepción ante la crítica situación.
“Dentro del sector que yo represento han existido muchos temores respecto de poder plantear esta idea. Hoy no nos podemos negar a que se puedan usar todos los recursos del Estado para poder hacer frente a la crisis”, comenta el alcalde Muñoz desde su oficina, ubicada en el radio conflictivo de la comuna.
El jefe comunal, que asumió en 2021, precisa que, en caso de implementarse la medida constitucional, el toque de queda debería “evaluarse en su mérito”. Pero señala que en algunos sectores de la comuna ya existe un toque de queda “de facto” por parte de los vecinos.
“Apenas anochece, tipo siete de la tarde, algunos vecinos ya no salen más. Es precisamente porque sienten mucho temor respecto de lo que está pasando en al calle”, agrega el edil.
El alcalde es crítico de la situación de inseguridad que que viene arrastrando Estación Central. Y si bien enumera las acciones que han impulsado para intentar enfrentar la crisis, asegura que el estado en que recibieron la comuna ha dificultado el proceso.
“Creo que nunca fue prioridad el abordar el comercio ambulante ni el problema con al seguridad pública, no había voluntad política“, apunta.
Delitos más violentos
El patrullaje municipal sale de la sede de la municipalidad, ubicada en Nicasio Retamales, a las 17.40. Es uno de los tantos que se han realizado durante el día y se sumará a los que también se concreten en el turno de noche, para monitorear la situación por las calles que abarcan el radio más conflictivo de la comuna.
Van tres de los 25 inspectores municipales de Estación Central –de los cuales dos son mujeres– en el vehículo. Visten chalecos antibalas y llevan en el automóvil bastones isomer que pueden utilizar -según lo establecido en el municipio- en solo dos situaciones: riesgo de vida de la persona o de un tercero.
El jefe de inspectores, Víctor Marín -que también forma parte de la comitiva de patrullaje-, recuerda que una vez tuvo que hacer uso del bastón, ante una situación de peligro. Fue en diciembre de 2019, a pocos días de Navidad, mientras realizaba un control al comercio ambulante y se vio amenazado por un hombre que intentaba lanzarle una piedra.
“Le pegué en la mano para que soltara la piedra”, recuerda, mientras avanza el vehículo.
Los funcionarios municipales realizan patrullajes preventivos a diario y también operativos mixtos junto a Carabineros, quienes tienen mayores facultades para intervenir en ciertos delitos. Los días más complejos de monitoreo son entre el jueves y el domingo, aunque Marín asegura que siempre hay situaciones de conflicto.
–Esta -dice- es una comuna que no duerme.
Entre los delitos que más se cometen en Estación Central, según el jefe comunal, está el robo con intimidación y el hurto, pero además advierte un aumento en los homicidios.
La misma observación hace la directora de la Dirección de Seguridad Pública de Estación Central, María Olga Letelier, quien también comenta que si bien antes habían códigos entre quienes cometen delitos sobre las eventuales víctimas, hoy no.
“Antes no se atacaba a mujeres embarazadas, ni a mujeres con niños, ni abuelitas. Esa diferenciación hoy ya no existe”, dice.
Letelier agrega otro dato: “Los delitos son mucho más violentos, y eso ha ido aumentando, lamentablemente, con la criminalidad de migrantes”.
“En términos de nacionalidad, nosotros tenemos, de acuerdo a los datos duros, que el 37% de los delitos que ocurren en la comuna son ejecutados por migrantes. Pero de ese 37%, son los más violentos”, subraya y precisa que son ejecutados, principalmente, por “venezolanos, colombianos y dominicanos”.
Para intentar controlar la situación delictual, explica la funcionaria municipal, realizan controles de identidad tanto a transeúntes como a vehículos, sobre todo en las cercanías de los terminales de buses.
“Cuando hacemos un control vehicular nosotros pedimos la identificación y los papeles, pero no por una infracción de tránsito, sino que es para ver si tiene una orden vigente y vamos sacando de circulación”, señala.
Los operativos se realizan junto a Carabineros, quienes son los encargados de realizar las respectivas detenciones en caso de requerirse. “Hemos retirado, junto a Carabineros, más de 300 motos, solamente desde enero a la fecha”, agrega Letelier.
Eso sí, puntualiza que se requiere de mayor control preventivo en los terminales de buses, sobre todo para las personas que llegan de otras ciudades.
Lo mismo plantea el alcalde Felipe Muñoz: “Acá circulan una gran cantidad de personas, que muchas veces traen drogas en su interior, nos sabemos qué contienen esas maletas. Ocurren muchos delitos afuera y, por eso, creemos que es necesario contar con algún tipo de control de las personas que ingresan. Un control de identidad y un control respecto al equipaje“.
Los ambulante y las comunidades verticales en Estación Central
Uno de los paisajes que se repite durante el patrullaje por las calles de Estación Central es el comercio informal. Personas que se instalan con carros o mantas en el suelo para vender desde comida -que se fríe en el lugar- hasta vestimenta. Buzos, zapatillas, polerones y ropa interior es lo que más se repite entre las avenidas principales, pero también en las calles estrechas.
Si bien la municipalidad -en un año de asumida la nueva administración- logró despejar la Plaza Argentina de toldos azules, ubicada en el frontis del terminal de trenes, aún hay vendedores que se instalan en distintos puntos del espacio público.
El jefe de inspectores relata que a veces es complejo desalojar a los comerciantes, sobre todo en las zonas donde se emplazan las comunidades verticales, principalmente en el eje de María Rosa Velásquez.
Mientras el automóvil de patrullaje circula por las calles de Estación Central, Marín cuenta que en diversas ocasiones en que han intentado remover a vendedores informales de ese lugar, los residentes de las comunidades verticales, desde los departamentos, lanzan objetos para espantarlos.
“Cuando nosotros llegamos a las comunidades verticales tenemos que ir muy preparados, porque de la altura nos tiran cosas. A un inspector una vez le cayó una taza en la mano y se fracturó. Si eso le cae en la cabeza podría morir”, señala la directora de Seguridad.
El alcalde Felipe Muñoz entrega otro dato sobre el comercio irregular: “Acá se concentra la mayor cantidad de personas que está de manera irregular en el país y que, efectivamente, se dedican a trabajar no de manera formal. Con total responsabilidad puedo decirlo, el 95% de las personas que ejercen el comercio ambulante en nuestra comuna son personas que están irregulares”.
Ante esa situación, explica que desde la municipalidad no otorgarán permisos para el comercio ambulante.
“Varias veces me han preguntado por la posibilidad de regularización. Nosotros hemos sido súper claros con nuestra política de no permitir ningún tipo de permiso al comercio ambulante en este eje principal de la Alameda, que es súper complejo”, agrega.
La crisis de seguridad en Estación Central, además, ha empeorado con el aumento de población residente. “Hace como cinco o seis años éramos 120 mil personas, hoy calculamos que somos cerca de 210 mil”, relata el alcalde Muñoz.
Y si bien precisa que no hay un censo que pueda verificar exactamente cuántos habitantes son en total, explica que “en términos súper gráficos es como que en ese periodo de cinco o seis años hubiesen llegado todos los habitantes de la comuna de Cerrillos a vivir a Estación Central. Y eso no vino acompañado de equipamiento comunal para recibir a los vecinos nuevos”.
Eso representa un problema grave, según la directora de Seguridad. Sobre todo porque -según explica- el incremento de población residente trajo consigo un aumento en los requerimientos de los habitantes. Un hecho que implica mayores recursos municipales y policiales y que se suma, además, a que la flota de funcionarios se encuentra, en su mayoría, monitoreando el radio conflictivo de la comuna.
“Hay mucha demanda en este sector (donde ocurre el 65% de los delitos), y por ende no hay manos para abordar otros procedimientos”, subraya Letelier, sentada en una mesa en su oficina. A su izquierda, hay varias cajas con mercancía para celulares -como carcasas-, que fue requisada a comerciantes ambulantes.
El problema, además, es que gran parte del aumento de la población se ubicó en las comunidades verticales, donde -reconocen desde la municipalidad- es difícil mantener el control.
“Hemos tenido resultados con los comités de administración de las comunidades verticales. Por ejemplo, que nos dejen ingresar para poder fiscalizar los ruidos molestos con las ordenanzas que nosotros generamos a raíz de la mala convivencia”, comenta Letelier.
También explica que pueden ingresar para realizar procedimientos ante denuncias por Violencia Intrafamiliar (VIF).
“Tenemos mucha violencia intrafamiliar (en las comunidades verticales), sobre todo en población migrante, que es muy brutal, es muy asociado a la tortura. (…) Los hechos de violencia son utilizados con otras herramientas como martillos o cuchillos”, explica la funcionaria municipal.
Esas determinaciones, dice, son un avance para poder fiscalizar al interior de esos espacios privados. Aún así, remarca que las comunidades verticales tienen alrededor de 30 a 40 pisos y se componen de 16 departamentos. “Podrían ser más”, advierte.
“Usamos todos los recursos municipales en un contexto adverso”
“Nosotros usamos todos los recursos municipales en un contexto que es totalmente adverso”, dice el alcalde Felipe Muñoz, al mismo tiempo que reconoce que aún así no es suficiente para enfrentar la crítica situación de seguridad.
“Lo que necesitamos y que nos pide la comunidad es que Carabineros llegue, por supuesto nuestra presencia, pero que Carabineros llegue. La gente quiere que se pueda realizar la denuncia mucho más rápido”, agrega.
También, puntualiza que se debe impulsar un mayor control migratorio. “Hay muchos temas que se tienen que trabajar para generar desincentivos a la migración descontrolada que tenemos. Una persona que ingresa por paso no habilitado, sin documentación, que no sabemos quién es, está atentando contra la seguridad nacional”, remarca.
El jefe comunal, asimismo, espera que Estación Central sea una de las comunas incluidas en el plan “Calles Sin Violencia” impulsado por el gobierno, para enfrentar los delitos más violentos que se concentran en 30 comunas a nivel nacional.
El programa se comenzará a implementar en abril, en una primera etapa que se desarrollará en Valparaíso, Los Ángeles, Concepción, Santiago, Lo Espejo, Puente Alto, Copiapó, Iquique, Arica y La Pintana.
A la espera de conocerse las comunas restantes, el alcalde Muñoz asegura que sería “ilógico” que no se considerara a Estación Central.
“El no considerar nuestra comuna es realmente no entender lo que hoy está pasando dentro de nuestras comunas de la región y el país. Estoy confiado de que nosotros vamos a estar dentro de ese listado”, manifestó.