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Opinión

30 de Abril de 2023

Columna de Yerko Ljubetic | Cambio de Constitución: otra cancha, pero el mismo partido

"Es cierto que esta nueva cancha no es la que quisiéramos, sin embargo, no podemos quedarnos afuera viendo cómo la derecha dibuja el país que le conviene a los mismos de siempre. A pesar de los notorios defectos del diseño del nuevo proceso, seguimos frente a la posibilidad de disputar un pacto social que redistribuya el poder", escribe el candidato de Convergencia Social, Yerko Ljubetic.

Por Yerko Ljubetic

Para nadie es una novedad que los últimos años de la política nacional han sido agitados. El enorme descontento popular de octubre de 2019 manifestó una fuerte crítica a la institucionalidad en su conjunto, que en las últimas décadas no ha atendido adecuadamente las necesidades del pueblo de Chile. Ello se plasmó en revuelta y movilización que, en un hito notable, se encauzó políticamente hacia un proceso de cambio de la Constitución que es la base de dicha institucionalidad cuestionada.

Se dio curso entonces a un proceso constituyente que, por primera vez en nuestra historia, se abriría con elecciones democráticas y en paridad y un 78% aprobó dejar atrás la Constitución de 1980. Dicho proceso nos dio la oportunidad de poner al centro del debate público todas las aristas de la vida que el Estado subsidiario ha relegado al mercado y que un nuevo pacto social debe acoger.

Luego del 4 de septiembre hemos podido reflexionar, hacer autocríticas, pero si algo está claro, es que debemos persistir en la lucha por una nueva Constitución. Las familias de Chile saben que los cambios no solo son necesarios, sino que urgentes. Y es que el origen del descontento, justamente, es que el Estado no tiene las herramientas suficientes para cambiar la vida cotidiana de las personas. La tragedia de esta falta de fuerza la vemos día a día: los abusos de las empresas sin sanciones, un sistema de salud para ricos y para pobres, pensiones de miseria luego de una vida trabajando. Todas se han topado con el muro que representa la Constitución del 80.

Aunque la derecha fanática insista en pretender que estos problemas, incubados por décadas, dejaron de estar ahí, el progresismo tiene hoy la misma tarea indispensable que ha tenido siempre: defender los derechos y libertades de todos y todas, esos que no existen con el Estado subsidiario. Nadie es libre si trabaja doble o triple jornada, si tiene la obligación de decidir entre el pago del arriendo o el arancel universitario y aún así pelear por llegar a fin de mes, o si endeudarse por enfermarse, ¡el cuidado de la vida misma! Nadie es libre teme a las calles en las que camina.

Es cierto que esta nueva cancha no es la que quisiéramos, sin embargo, no podemos quedarnos afuera viendo cómo la derecha dibuja el país que le conviene a los mismos de siempre. A pesar de los notorios defectos del diseño del nuevo proceso, seguimos frente a la posibilidad de disputar un pacto social que redistribuya el poder, que consagre una democracia paritaria, proteja el medio ambiente y la naturaleza y garantice derechos sociales de verdad.

Tenemos la responsabilidad política de no claudicar ante esta nueva oportunidad. Aún quedan etapas de este proceso que ya inició, y será el Consejo Constitucional, órgano en que residirá la soberanía popular y electo paritariamente, el que deberá expresar el corazón de las demandas históricas del pueblo de Chile y respecto a aquellas en que no sea posible avanzar todo lo que quisiéramos, deberemos remover los actuales obstáculos que impidan su debate futuro. Es nuestra tarea empujar con más fuerza que nunca un pacto social sin exclusiones, y que a diferencia de la actual Constitución, confíe en la democracia en lugar de limitarla.

* Yerko Ljubetic, exministro de Trabajo y Previsión Social. Candidato de Convergencia Social al Consejo Constitucional por la Región Metropolitana

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