Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Entrevistas

28 de Mayo de 2023

Rodrigo Pérez de Arce: “De no existir renovación en Chile Vamos, el primer paso es caer en la irrelevancia”

Rodrigo Pérez de Arce analiza la situación política de Chile Vamos. Foto: Joaquín Alvujar.

En entrevista con The Clinic, el subdirector del IES plantea que la poca claridad del proyecto político de Chile Vamos, junto con la escasa renovación de liderazgos, son factores que explican la derrota electoral que tuvieron el 7 de mayo. "Me parece que la renovación de la derecha, al menos por rostros, está en republicanos", dice. También, analiza el despliegue del Partido Republicano y la situación política del gobierno.

Por

Un nocaut fue el que recibió Chile Vamos tras las elecciones del Consejo Constitucional. El Partido Republicano -fundado en 2019 por José Antonio Kast– resultó ser el gran ganador del 7-M, posicionándose por sobre la coalición que agrupa a Renovación Nacional (RN), Evópoli y la Unión Demócrata Independiente (UDI).

Para el subdirector de desarrollo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Rodrigo Pérez de Arce, quien se ha dedicado a estudiar a la derecha, ese resultado tiene varias explicaciones. Una de ellas es la falta de claridad en el proyecto político que propone Chile Vamos y cada uno de sus partidos.

“Hay que hacerse la pregunta sobre qué defiende Chile Vamos. ¿Qué harían si fueran gobierno de nuevo? ¿Qué hicieron cuando fueron gobierno? En ciertos momentos las administraciones de Piñera se parecieron más a los gobiernos de la Concertación”, dice el abogado y máster en Sociología. 

A ese análisis añade que -a su juicio- se aceptaron sin mucha reflexión agendas de “corte progresista” en la derecha. Para ejemplificar, se remonta al 1 de junio de 2021, cuando el expresidente Sebastián Piñera, desde la testera del Congreso Nacional, anunció urgencia al proyecto de matrimonio igualitario, ingresado durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet

El anuncio dejó perplejos a varios militantes de las tiendas políticas de Chile Vamos, quienes incluso cuestionaron la decisión del entonces jefe de Estado. 

El otro antecedente que expone el investigador y autor del libro “Contra todo lo podrido. Una crónica sobre nacionalismo chileno” sobre la derrota de Chile Vamos ante los republicanos, tiene que ver con una escasa renovación de liderazgos. 

Si bien reconoce que hay rostros nuevos, alerta que no han logrado convocar a más adherentes. “Son más de lo mismo, no enganchan con la ciudadanía, son muy de élite, son muy cuicos. Ahí no hubo proyección, y formar liderazgos políticos es un proceso largo. Entonces hoy están pagando los costos de no haber hecho ese trabajo desde 2005”, plantea.

Por lo mismo, advierte que Chile Vamos debe hacer un análisis profundo sobre su propuesta política e identidad para mantenerse vigente.

-¿En qué situación política está Chile Vamos?

-Evidentemente está derrotado, esa es la palabra que resume su momento actual. Ahora, es una derrota que puede ser leída como más grande de lo que realmente es, porque Chile Vamos hizo una apuesta durante el proceso constituyente anterior, sobre todo en la campaña del plebiscito de salida y luego para negociar la salida constitucional, que yo creo que el tiempo va a ir mirando mejor.  

-¿Debería buscar una reconfiguración Chile Vamos?

-Las corrientes que hay en Chile Vamos son muy distintas entre sí: lo que hay en la UDI es muy distinto a lo que está pasando en Evópoli y RN. Renovación Nacional hoy día es un partido donde convergen muchas almas que no parecen tener una identidad muy clara y que se disputan el poder entre distintos lotes. Entonces, más que reconfigurarse, creo que cada partido tiene que mirar hacia adentro y preguntarse cuál es su proyecto político. Ahí es donde los republicanos han mostrado mayor eficacia. 

-Sin ese cambio ¿se avecina una derrota más grande a futuro?

-Es difícil, porque han cambiado demasiado rápido las cosas y porque hoy lo que está haciendo Chile Vamos es no ser el Partido Republicano, es una identidad negativa. Entonces, de no existir renovación en Chile Vamos, más que derrota, el primer paso es caer en la irrelevancia. 

-¿El problema de Chile Vamos pasa también por los rostros que lideran a la coalición?

-Ha habido una especie de renovación de rostros. Javier Macaya, Diego Schalper, por ejemplo, son caras nuevas, pero creo que todavía no logran sumar a más personas. Es una renovación muy tímida. Uno se queda con la impresión de que siguen mandando los de siempre y que son partidos que pensaron la renovación solamente en el sentido de volverse más liberales. Me parece que la renovación de la derecha, al menos por rostros, está en republicanos. Evópoli es un caso muy curioso, porque pareciera tener los mejores rostros nuevos y un potencial electoral cercano a cero.

-¿No hay ningún liderazgo político que pueda tomar la conducción de los partidos de Chile Vamos?

-Al menos en la UDI es un problema más grave, porque la generación anterior ya está casi completamente retirada, salvo José Antonio Coloma padre. Y la generación que debería tomar la posta es la de José Antonio Kast, pero ahí hay un grupo que se fue al Partido Republicano y otro que derechamente dejó de militar.

-Considerando la situación actual de Chile Vamos, ¿es imprescindible una alianza con el Partido Republicano en el Consejo Constitucional?

-Para lograr ciertas mayorías, Chile Vamos tiene la llave, sea con quien sea. Es mucho más natural la alianza de Chile Vamos con republicanos que con otros sectores. No me parece que Chile Vamos tenga mucho que pactar con Apruebo Dignidad. Ahora, Chile Vamos no puede disolverse en el Partido Republicano. En el fondo, hay agendas que son parecidas, pero son proyectos políticos distintos. Está bien que negocien lo que quieran en el Consejo Constitucional, pero que no se les olvide que aquí hay que distinguirse en lo que sea necesario.

Rodrigo Pérez de Arce. Foto: Joaquín Alvujar.

“Es importante acordarse de que en esta elección (republicanos) corrían con el viento a favor”

Desde que el Partido Republicano se posicionó como la principal fuerza política en el futuro Consejo Constitucional, los militantes de la colectividad -que no querían un nuevo proceso constituyente- han mantenido un discurso moderado, incluso apelando a la construcción de un proyecto constitucional transversal. 

-¿Es creíble el cambio de tono de republicanos?

-Tienen que demostrarlo en el órgano constitucional. En política se han visto a muertos cargando adobe. No hay nadie que no haya tenido que darse volteretas en política. El desafío está en cómo enmarcar las volteretas de manera coherente. Si el tono de los republicanos se mantiene en esta línea, puede volverse creíble. Ahora, el problema que tienen es que su base más dura no les va a perdonar el transar en cosas más importantes.

Por lo mismo, Pérez de Arce plantea que uno de los grandes desafíos del Partido Republicano en el órgano redactor será convocar a quienes no votaron por ellos para el Consejo Constitucional, pero también a su “ala más derecha”.

En esa misma línea, también plantea que además de saber capitalizar el hastío de la ciudadanía, deberán demostrar “que son más que la fuerza del enojo” y evitar errores que muestren una indisciplina partidaria.

-¿Es sostenible en el tiempo la superioridad electoral de republicanos?

-Tienen todo por ganar. Ahora, es importante acordarse de que en esta elección corrían con el viento a favor, porque la seguridad, los temas económicos y la crítica de la política fueron los temas importantes, lo que les acomoda mucho. Y también que no eran incumbentes. Esos cuatro factores ayudaron a que la marca del partido fuera muy reconocible. Después viene el plebiscito, donde van a tener que saber ganar.

Sin embargo, el subdirector de desarrollo del IES advierte que el proceso electoral que podría definir el posicionamiento político de republicanos son las municipales. 

Si hacen bien la pega en el Consejo, podrían ganar montones de alcaldes, y cuando se consolida el poder en alcaldías, se transforma en una fuerza política mucho más respetable”, afirma.

Rodrigo Pérez de Arce. Foto: Joaquín Alvujar.

“Apruebo Dignidad pareciera que solo defiende temas de élite”

Rodrigo Pérez de Arce no duda al asegurar que el gobierno quedó “derrotado” el 4 de septiembre, tras el aplastante triunfo del Rechazo a la propuesta de nueva Constitución. “Eso te habla del error que significó involucrarse tanto en el plebiscito, y eso se ha ido confirmando en el tiempo”, dice.

Al mismo tiempo, asegura que la administración del Presidente Gabriel Boric no tiene claridad en la agenda. Y que si bien la ha intentado recuperar a través de materias ligadas al Ministerio del Trabajo, liderado por Jeannette Jara -a quien le reconoce “mucha habilidad”-, no ha tenido éxito.

Asimismo, plantea que el jefe de Estado está “lesionado” en su credibilidad: “En seguridad el Presidente decidió el primer día gobierno retirar querellas por Ley de Seguridad Interior del Estado y cierra el año con los indultos”. 

-Los indultos era una promesa de campaña, en algún momento se vendría ese anuncio. Sobre todo porque estaba presionado por un sector político.

-Sí, pero yo creo que el Presidente, que es quien toma la decisión y carga con toda la responsabilidad, en algún momento iba a tener que renunciar a alguna de sus dos alas, ya sea a la más radical, que es la que le pedía indulto, o el ala más moderada, que fue la que le da el triunfo. El gran problema de los indultos es que se elige personalmente y con el agravante de que se ejecutó todo muy mal. Entonces, se mezcla el tema de la falta de control de la seguridad con la mala ejecución. Lo que queda para la ciudadanía es que el Presidente abraza a su lado más ultrón y lo hace mal.

-¿Falta autocrítica en el gobierno?

Sí, me parece que es muy evidente, pero una autocrítica no basta. Esto lo ha dicho Juan Pablo Luna varias veces, y es porque, sobre todo Apruebo Dignidad, es una coalición aérea y no terrestre, no tiene vínculos con la ciudadanía. Por lo mismo, pareciera que sólo está defendiendo temas de élite, que es una coalición ñuñoína y no tiene mucho que ofrecerle al país. 

-En esa línea, ¿tienen sentido las palabras de Natalia Piergentili, más allá de la forma?

-Piergentili se expresa de manera muy tosca. Ahora, la respuesta de los ministros Elizalde y Tohá lo único que hace es patear la pelota al córner, porque no se hacen cargo del problema, que es muy evidente cuando te ha ido tan mal electoralmente. Uno no sabe de qué está hablando el comité político en La Moneda. Uno no sabe muy bien cómo se trabaja la relación entre dos coaliciones que son muy distintas entre sí. 

-Y que conviven con problemas. 

-El Frente Amplio nació como una crítica a la Concertación y hoy están sentados en la misma mesa. Entonces, al centrarse en las palabras desafortunadas de Natalia Piergentili, se pierde una oportunidad de mirar con más detención por qué se perdió tan rápido el capital político y por qué se perdieron dos elecciones tan importantes de manera tan estrepitosa. Ese también es un problema que pueden tener los republicanos con Chile Vamos.

-¿En qué sentido?

-Si los republicanos construyen su identidad política sólo criticando a la “derechita cobarde”, la “derechita acomplejada”, si les toca ser gobierno van a tener que sentar a Chile Vamos en la mesa, y es muy difícil sentar en la mesa de manera eficaz a alguien a quien hiciste pebre tanto tiempo. Hoy día Piergentili les devuelve la mano y Tohá se ve en un fuego cruzado muy extraño.

Notas relacionadas

Deja tu comentario