Fortaleciendo su círculo de confianza: El para qué del tercer cambio de gabinete

La magnitud y el alcance del cambio de gabinete que realizó el Presidente Gabriel Boric este miércoles fue cuestionado por partidos y parlamentarios, tanto de la oposición como desde el oficialismo.

Desde la oposición acusaron un cambio de gabinete “cosmético”. La ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, afirmó que uno “nunca va a estar conforme con un cambio de gabinete de un gobierno del cual es oposición“.

Sin embargo, según informa La Tercera sería el cambio de gabinete más íntimo del Presidente. Mientras estaba en la investidura del nuevo presidente de Paraguay, Santiago Peña, el Mandatario aprovechó cada minuto libre para llamar y enviar mensajes a sus ministros para anunciarles que haría su tercer cambio de gabinete desde que llegó al poder, junto con notificar a algunos de los presidentes de los partidos.

Una de las primeras personas a quien llamó el Presidente Boric fue a la actriz, Carolina Arredondo, quien se encontraba viviendo en España. La actual ministra de las Culturas, Artes y Patrimonio es amiga cercana de Irina Karamanos, pareja del Mandatario, y por quien sabía que la actriz se encontraba disponible. Arredondo voló ese mismo día hacia Chile para poder estar a primera hora en La Moneda.

El fondo de este ajuste ministerial es que el Presidente Boric quiso imponer su sello y darles la oportunidad a figuras de su entorno y extrema confianza para salir de la crisis. Nicolás Cataldo (PC), nueva cabeza de Educación, fue coordinador territorial de su campaña e íntimo amigo de la ministra Vallejo. La actual ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, fue pareja del Jefe de Estado y la conoce desde sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

Los parlamentarios no entendían cuál fue la intención de un cambio de gabinete en el que esperaban mayor envergadura, y se mostró esa confusión en las conversaciones y grupos de Whatsapp. Sin embargo, el Presidente lo dejó para su círculo más íntimo y fueron pocos los que pudieron participar, más allá del comité político y jefe de asesores, Miguel Crispi (RD). El ajuste ministerial no tenía como objetivo un cambio de dirección, sino más bien un asunto de confianza y gestión.