Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

20 de Agosto de 2023

Columna de cine de Cristián Briones: Asteroid City, una de Wes Anderson

"Wes Anderson, como cualquier otro autor, nos entrega exactamente lo que nos promete. No está decepcionando a nadie. Los que nos sentamos en las butacas salimos ganando", escribe el comentarista Cristián Briones en su columna de esta semana, sobre el estreno en cines de "Asteroid city". "Y por eso es que en esta ocasión, quizás la idea sea dejar de pensar desde ese ángulo. Y empezar a pensar en el creador de la obra", apunta.

Por Cristián Briones

“Asteroid City” lo tiene todo para ser recomendada como uno de los buenos estrenos de los últimos meses. Interpretaciones precisas de un reparto de lujo, diálogos tan ingeniosos como cuidados, una estética exquisita, una fotografía bellísima, una banda sonora que equilibra a la perfección el uso de canciones acordes a la época en que transcurre la película (y al tono que caracteriza a su director), con las notas inconfundibles de Alexandre Desplat. Un ritmo en su narración que es casi tan una firma de autor como lo son sus paneos para pasar de un personaje a otro, los carteles de una escena a otra, o un narrador. Una película que se escucha, se ve y se siente como un autógrafo de un cineasta consagrado en su estilo distintivo.

“Asteroid City” es nada menos que una película de Wes Anderson.

El problema, quizás, es que no es nada más.

A ver. Mantengamos la calma. De partida, traté de elaborar esa frase de toda otra forma posible. Busqué la manera de ponerle comillas a la palabra “problema” para dejar en claro que no es exactamente el término que se debiera usar. Que, en realidad, no hay absolutamente modo alguno de denominar una película tan lograda como “Asteroid City”, “problemática”. En ningún nivel. Ni temática ni narrativamente. Excepto porque en ningún momento mientras la veía no sintiera que era exactamente aquello que sabía que iba a ser. Y claro, siendo audiencia cautiva de una pantalla que exuda belleza, disfruté el menú como el comensal más dispuesto. Pero la idea rondaba ahí, en esa parte del cerebro que va a ponerte a escribir estas barbaridades después.

Dejemos en claro que las películas de un autor pueden ser muy similares entre ellas. Parafraseando a Alfred Hitchcock: un gran cineasta espera ojalá hacer siempre la misma película, pero con distintas tramas. Claro, uno acá podría decir que “Vértigo”, “Notorious” o “North By Northwest” no se parecen entre sí. Pero sabemos que sí lo hacen. Hay un manejo de las temáticas, claves en las puestas en escena, la búsqueda de momentos climáticos, repartos, que las unifican (y quizás a la gran mayoría de las obras del Maestro del Suspense).

Esto no tiene nada de malo. De hecho, mirado desde el punto de vista de la audiencia, Wes Anderson, como cualquier otro autor, nos entrega exactamente lo que nos promete. No está decepcionando a nadie. Los que nos sentamos en las butacas salimos ganando. Y por eso es que en esta ocasión, quizás la idea sea dejar de pensar desde ese ángulo. Y empezar a pensar en el creador de la obra. En el director como artista. Si un artista no está desafiándose a sí mismo frente a una hoja en blanco, un atril, una partitura o una troupe en las tablas, entonces se está fallando a sí mismo. Por mucho que nosotros como audiencia salgamos completamente satisfechos de esa obra. El artista necesita un empujón más.

Y siento que esta vez, Wes Anderson lo sabe. Está puesto en la trama de la historia. Esa incapacidad de desligarse de la obra misma. El personaje está indeleblemente unido al creador. Claro, es la historia de la representación de una obra de teatro, escrita por un afamado dramaturgo (Edward Norton) llamada “Asteroid City”, protagonizada por un variopinto grupo de personajes que incluyen a un general (Jeffrey Wright), una astrónoma (Tilda Swinton), un grupo de niños genios, un fotógrafo reciéntemente viudo (Jason Schwartzman), una actriz de hitchcockiana (Scarlett Johansson), un tour de colegio con su profesora (Maya Hawke), una banda country (Rupert Friend, Seu Jorge, Jarvis Cocker), el dueño del Motel dónde se alojan (Steve Carrell) el suegro del protagonista viudo(Bill Murr… perdón, Tom Hanks).

Alter egos diversos, un narrador (Brian Cranston) y un etcétera que me vuelve a poner a pensar en si puedo sostener el argumento de este escrito.

Pero claro, ejemplos de repartos de lujos para directores con firma autoral, tenemos. Y sí, sé que ya no hablamos de ese genio neoyorkino, pero vamos, el señor aquel chasqueaba los dedos y juntaba un reparto de estrellas (muchas de las cuales hoy se llevan la mano al pecho y se preguntan cómo es que no habían colgado el teléfono y ya estaban en el plató), echaba a andar guiones en un santiamén y sacaba tres películas en dos años. Y sí, muchas se parecían entre ellas, tanto que hay una década en que se vuelven nebulosas. Pero cada cierto tiempo, salía una “Match Point” que remecía todo. Y claro, puede que también debiéramos referenciar “Crímenes y Pecados”, pero aún así se sentía cómo se salía de la zona de confort. Lo sabíamos en la misma butaca. El director estaba en el proceso de flectar los músculos después de muchos ejercicios rutinarios.

Es ahí dónde se siente “Asteroid City”. En un lugar cómodo para la audiencia. Pero no estoy seguro de poder decir que lo mismo corra para su director. No es solo que no logre desligarse a sí mismo de ella. Es que la usa para cuestionar(¿se?). Y lo hace patente. El tema aparente de la película pareciera ser cómo lidiar con los traumas, y sin embargo subyace otro cómo: el de cómo enfrentar una narrativa. O más bien dicho, cómo enfrentar el cambio en ella. El dilema del General cuando cambia la rutina. El dilema de la Profesora cuando cambian las clases y sus contenidos ahora pesan menos. El de la Astrónoma cuando ya no es la líder ni tiene un legado, el del Dramaturgo para concluir la obra, el del Actor para cuajar a su personaje, el de la Banda Country, entre recibir a ese niño incómodo y crear con él. Todos en algún momento enfrentan a sus propios personajes y su lugar en la narrativa:

“Sigo sin entender la obra”, dice uno de los Wes Anderson en la película.

“Eso no importa. Tú sigue contando la historia”, le contesta otro de los Wes Anderson.

“Asteroid City” puede leerse como una reflexión de un autor consagrado en su estilo, preguntándose si está entendiendo su propio lugar en el arte cinematográfico. Pero ese, quizás, es sólo su problema. Porque no parece serlo para nosotros, la audiencia. Nosotros vamos a ver una de Wes Anderson. Y vaya que la pasamos bien con ello.

*Cristián Briones, comentarista de cine y TV, dueño de la Tienda Fílmico.

Temas relevantes

#cine#wes anderson

Notas relacionadas

Deja tu comentario